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domingo, 1 de febrero de 2009

A 28 años, conmemoran el asesinato del profesor Misael Núñez Acosta

El acto fue aprobado por el Estado, acusan maestros disidentes

Laura Poy Solano

“El asesinato del profesor Misael Núñez Acosta fue un acto planeado y aprobado desde el Estado, perpetrado con la autoría intelectual de Elba Esther Gordillo Morales y la cúpula charra del SNTE”, afirmaron ex dirigentes del Consejo Central de Lucha (CCL) del magisterio del valle de México, quienes a principios de los años 80 iniciaron uno de los movimientos de docentes del centro del país más importantes por la democratización sindical.

A 28 años del homicidio de uno de los principales líderes de maestros del valle de México –baleado la noche del 30 de enero de 1981–, y luego de una asamblea de padres de familia en la escuela primaria Héroes de Churubusco, en Tulpetlac, estado de México, los ex dirigentes aseguraron que su lucha “está vigente ante un gobierno depredador y una dirigencia sindical que ha traicionado los valores más elementales de la educación y el magisterio”.

José González Figueroa, líder histórico de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) e integrante del grupo de quienes encabezaron el CCL, afirmó que los responsables intelectuales de la muerte de Núñez Acosta son “Carlos Jonguitud, Elba Esther Gordillo y su cúpula charra, porque, como se sabría meses más tarde al detener a los asesinos materiales, que poco después se dieron a la fuga, todo fue planeado y ejecutado con la aprobación de aquélla y sus cómplices”.

Destacó que otro factor decisivo para acabar con la vida del docente fue “el temor del charrismo de enfrentar un movimiento magisterial encabezado por líderes que no sólo tenían un amplio consenso; también comenzaban a sumarse personajes que, como Misael, contaban con un amplio apoyo de obreros y colonos, además de que era experimentado en luchas populares, lo que era más peligroso”.

Tras la muerte de Núñez Acosta, agregó González Figueroa, “se desató la represión generalizada que hasta el momento ha provocado más de 200 maestros muertos o desaparecidos. A partir de ese momento el charrismo se vuelve despiadado, cruelmente criminal, e inicia una espiral de muerte que aún no hemos logrado parar, pues aún hay compañeros desaparecidos”.

Por su parte, Ramón Couoh Cutz, fundador de la CNTE, quien encabezó en 1980 el comité ejecutivo disidente de la sección 36 del valle de México, afirmó que el asesinato de Núñez Acosta “fue un crimen de Estado, porque el charrismo sindical lo planeó, pensando que con ello golpearían a uno de los movimientos magisteriales de mayor efervescencia”.

Agregó que a partir de 1979 la “cúpula charra del SNTE, primero encabezada por Carlos Jonguitud y después por Gordillo, ha intentado destruir la CNTE y cualquier espacio de disidencia, pues a la fecha tenemos decenas de profesores muertos, a lo que se suma la represión de cientos de miles, la marginación administrativa y la violación sistemática de los derechos laborales. Desde el poder sindical han practicado de todo con el magisterio: torturas, asesinatos, órdenes de aprehensión y terrorismo laboral”.

Asimismo, a casi tres décadas del crimen, Teodoro Palomino, quien también formó parte de la dirigencia del CCL y fue fundador de la CNTE, aseguró que “con el asesinato de Misael quedó demostrado que el charrismo está sustentado en una vena criminal, pues concentra la corrupción, la incapacidad, el abuso de poder y el autoritarismo”.

También, puntualizó, es “producto del atraso cultural y educativo, pues es una de las manifestaciones del rezago caciquil”.