Escrito por José Alberto Villasana
Uno se pregunta si lo que vivimos en México no fue un experimento de “Operación Psicológica” (en Inglés Psy Op) inducido desde el extranjero.
Si lo que denuncia el congresista estadounidense Ron Paul es real, en el sentido de que el virus porcino fue creado en laboratorio y sembrado en México para provocar una involución autoritaria que justificara “en espejo” la Ley Marcial en los EE.UU., y si las epidemias son parte del diseño para precipitar la creación de la Unión de América del Norte, como lo señala el documento de la SPP de agosto de 2007, entonces podemos decir que la influenza porcina fue una operación fracasada, pues no se logró que el virus contagiara y matara a cientos y miles de personas como debió haberlo hecho.
A juicio de varios epidemiólogos, la propagación tuvo todas las características de un ataque bioterrorista, por ser fuera de temporada de influenza y, sobre todo, por ser muy focalizado. Tal propósito, como ha sido denunciado abiertamente, tendría el efecto, aparte del control político-social arriba mencionado, de crear una masacre humana y otorgar millonarios beneficios a quienes diseñaron el contagio, mismos que ahora venden a la Organización Mundial para la Salud (OMS) y a los gobiernos, la vacuna contra el virus que ellos crearon.
El gobierno mexicano hizo bien su trabajo, pues logró contener la “epidemia”, pero tiene ahora el deber de investigar y denunciar los datos tendenciosos que se le presentaron.
En primer lugar, se tiene que reconocer públicamente que no se trató de un virus nuevo, como se dijo, hay al menos tres precedentes de contagio de virus porcino. Uno de ellos, el de 1976, es muy significativo, pues resultó ser un virus creado en el laboratorio militar estadounidense de Fort Dix, en New Jersey. En esa ocasión cientos de soldados fueron infectados y el gobierno lanzó un programa de vacunación masiva para 40 millones de personas. Esa campaña se tuvo que suspender, y esto es muy importante, pues 30 personas resultaron muertas por la vacuna, y en otras provocó parálisis nerviosa.
En segundo lugar, no es un virus que procede del cerdo y de forma natural. En los mismo días que la Secretaría de Salud lanzaba su campaña sanitaria, el Centro de Control de Enfermedades (CDC), del gobierno de los Estados Unidos, informaba que el virus era una anormal combinación de cuatro virus : porcino, aviario y dos de influenza humana.
Una mezcla de ese tipo sólo se logra en cultivos de laboratorio e inoculación intencional. ¿Quién se encargó de hacerlo? ¿Por qué?
El Dr. Leonard Horowitz, experto en Salud Pública, denunció que el “nuevo” virus tiene origen en una red anglo-americana de ingenieros genéticos en que está implicado el laboratorio Novavax Inc. y cómplices del CDC y de la Organización Mundial para la Salud OMS, con el objetivo de cometer un genocidio económicamente beneficioso bajo el doble esquema de diseminar la enfermedad y vender a los gobiernos la vacuna y el antiviral.
Horowitz acusó concretamente al Dr. James Robertson (bio ingeniero y promotor de fondos para contratos de bio defensa) y a colaboradores del CDC, de haber ayudado a Novavax, en Bethesda, Maryland, a producir recombinantes modificados genéticamente, a partir de un virus de gripe aviar española, y porcina H5N1 y H1N1. También denunció que Novavax obtiene biosimilares a través del director de la sucursal de gripes del CDC, Dr. Ruben Donis, y del Dr. Rick Bright, hoy vicepresidente de los programas de Gripes Globales de Novavax.
“Recogieron pollos infectados con el virus H5N1 de gripe asiática, los llevaron a Europa, extrajeron su ADN, combinaron sus proteínas con virus H1N1 de cepas obtenidas de la gripe española de 1918, los mezclaron con genes de gripe porcina, e hicieron ingeniería inversa para que pudiera afectar a humanos”, explica Horowitz. “Luego, añade, lo trajeron a México, vía el Reino Unido y los EE.UU., a través del CDC. Ruben Donis tuvo que haberlos enviado a Novavax, donde el equipo de Rick Bright esta implicado en un plan para cometer genocidio y obtener grandes beneficios”.
¿Hay prueba de ello? Sí, dice Horowitz. El informe preliminar de Novavax en la Revista de Virología, con co-autores del CDC radicados en Atlanta, fue publicado on line en el mismo momento en que la Secretaría de Salud de México empezaba a informar de la nueva cepa, y Novavax preparó rápidamente la vacuna con aprobación fast track por parte del CDC.
Además, Robertson tiene influencia sobre la Agencia Europea de Medicinas (EMEA) y es investigador principal de la División de Virología en el Instituto Nacional de Estándares y Control Biológico (NIBSC) del Reino Unido. Durante una reunión, en abril de 2006, debatiendo sobre la estandarización de vacunas para gripe fue denunciado que el NIBSC estaba implicado en pruebas serológicas de ensayos clínicos sobre diseminación de virus de gripe a fabricantes de vacunas. Algunos de los participantes revelaron que el EMEA convence a fabricantes de vacunas para que “cuenten con las pandemias” en la introducción de “modelos de documento”, que no son sino nuevas cepas de virus de gripe diseñados biológicamente y denominados “biosimilares”.
Robertson es el titular de los derechos de propiedad intelectual en la tecnología genética utilizada para producir los “modelos de documento” de los virus H5N1 y H1N1 que fueron usados para desarrollar la vacuna de Novavax. ¿Conflicto de intereses? No. Robertson renunció a sus derechos de propiedad “temporalmente” durante la fase de investigación de la empresa, no sin haber acordado una recompensa garantizada cuando la vacuna estuviera comercializada y vendiéndose a los gobiernos.
En resumen, el virus propagado en México viene de Novavax y de cómplices del CDC, la OMS, o el NIBSC, con incentivos de millones de dólares para cometer duplicidad comercial a partir de la masacre humana, el gobierno estadounidense se hizo copartícipe por el interés de activar ya su Ley Marcial.
Pero ¿es la reducción de la población mundial en sí misma un propósito de grupos en el gobierno de los EE.UU? Sin duda lo es, y como política oficial a partir del Memorándum NSS 200 , elaborado por Herny Kissinger en 1974 bajo financiamiento de la familia Rockefeller, en el que se estableció que el crecimiento de la población mundial representa una amenaza para la seguridad nacional y los intereses de los EE.UU. Allí se nombran trece países (Parte 2, Sección B), entre ellos México, y se proponen las medidas agresivas que se han de imponer para reducir su crecimiento poblacional.
Aparte, existen casos emblemáticos de ataques bioterroristas comprobados. La bacteria de carbunco conocida como Ántrax, enviada a diversos senadores de los EE.UU. y que mató a cinco personas en octubre de 2001, resultó hacer sido creada en el Instituto Médico Militar estadounidense (USAMRIID), con sede en Maryland.
Cuando se propagó la fiebre aviar en Asia, el ministro de salud de Indonesia señaló abiertamente al gobierno de los Estados Unidos de haber sido el causante, y lo acusó de estar llevando a cabo actos de bioterrorismo .
Otro escándalo es que Donald Rumsfeld, secretario de Defensa con George Bush, es accionista de la Gilead Sciences (al igual que George Shultz y otros funcionarios del aparato militar estadounidense). Es la empresa que posee los derechos intelectuales del Tamiflu fabricado por Roche, y se encarga de venderlo a los gobiernos como antiviral contra la fiebre aviar y ahora contra la fiebre porcina. El martes 5 de mayo la OMS anunció que distribuirá 2,400,000 tratamientos de Tamiflu a 72 países, incluido México . Rumsfeld fue presidente de Gilead desde 1997 y renunció cuando entró al gabinete de Bush, pero siguió conservando su participación accionaria. El gobierno de los EE.UU., incluido el Pentágono, ha sido uno de los principales clientes del Tamiflu.
En los últimos años, a las vacunas contra la influenza que importamos de los EE.UU. se les han venido agregando agentes que traen como efecto secundario neumonía, cáncer, hepatitis, diabetes e impotencia, así como autismo en los bebés.
Por eso volvemos a preguntarnos ¿si la reducción intencional y selectiva de la población mundial, con grandes beneficios económicos, una fantasía de la teoría de la conspiración? Parece que no. Cada vez hay más declaraciones en el sentido de que esa demencia está siendo propuesta como una necesidad para solucionar los problemas ambientales. De suyo, también se está reduciendo a la población mediante terrorismo de estado encubierto que justifica exterminios masivos.
Por último, es también grave y sospechoso que se nos imponga el inyectarnos Tamiflu o Relenza, y no se nos informe sobre los antídotos naturales que existen para prevenir la influenza, como es la ingesta de antioxidantes que están al alcance popular, o la aplicación del aceite Aceite de Rateros, que es un potente antiviral comprobado en laboratorio, o los hidrosoles de plata antimicrobiana (Oxysilver). Tampoco nos dicen que si se adquiere el contagio, existe el remedio natural de la plata coloidal. Por eso uno se pregunta si no habrá algún tipo de connivencia con los grandes laboratorios.
Hay que investigar y hay que informar. Un pueblo informado y educado es un pueblo sano. Ignorancia no es salud.
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