Jesús Saavedra (El Sur de Acapulco)
Las Palancas / Coyuca de Catalán
Integrantes del ejido Río Frío de Los Fresnos que tiene como punto de partida esta comunidad enclavada en el macizo central de la Sierra Madre del Sur han rechazado la tentativa de explotar sus bosques y por ello han iniciado un proyecto productivo para cosechar aguacate financiado por el gobierno federal y estatal; no obstante desde el año pasado son víctimas de cateos de sus viviendas y el martes pasado el pastor cristiano de la comunidad se salvó de ser asesinado cuando soldados le dispararon a quemarropa y desarmado.
Esta comunidad se ubica a unos 10 kilómetros de Las Ollas, en donde el martes 9 de junio irrumpieron efectivos del Ejército y desde aquí se desplegaron a Las Palancas en la búsqueda de guerrilleros y de una decena de varones que huyeron de Las Ollas hacia el monte, cuando las tropas empezaron a disparar.
La familia del pastor de la religión Cristiana de esta comunidad y otra familia, son las únicas personas que habitan este poblado y explicó que se dirigía a unas tierras de labor cuando vio que llegaba un grupo de soldados y le marcaron el alto desde unos cien metros.
“Voltee a ver y pensé que no traían nada bueno en manos y decidí seguir caminando, cuando cerrojearon el rifle y me dispararon en seis ocasiones, alcancé a tirarme a un costado del camino y pude sobrevivir, me tuve que ir al monte también”, relata con tono nervioso y pide el anonimato, “perdonen es que ustedes no vienen seguido y los militares sí”, se excusa en la conversación.
Dijo que el miércoles regresó con su familia para enterarse de que los soldados revisaron su vivienda, hicieron hoyos en la tierra para buscar armas, “no sabemos qué buscan, dicen que a guerrilleros y nosotros no sabemos nada, no nos metemos en esas cosas”, asegura.
Mientras se desarrolla la plática, muestra los seis casquillos percutidos del arma del militar que le disparó e informa que esta comunidad y Las Ollas, pertenecen al ejido de Río Frío de Los Fresnos y que no tienen ninguna actividad ilícita, “eso lo saben los militares, constantemente vienen para acá y revisan las casas, no han encontrado nada y sólo queremos que nos dejen trabajar, que respeten nuestras garantías individuales”, señala.
En total, el Ejército ha cateado esos pueblos tres veces desde el año pasado, informa.
Dice que en esta área, los vecinos son opositores a la exlotación forestal, y revela que no han permitido, ni avalan la tala de sus bosques, “buscamos una forma de organizarnos, de producir, de atender las necesidades de nuestras familias, por eso iniciamos un proyecto de producción de aguacate”.
Explica que el proyecto es financiado por el gobierno estatal y federal, que tiene como afiliados a 86 ejidatarios y que tienen como meta producir 3 hectáreas de aguacate.
Su esposa también está asustada por el cateo del martes, “vienen y revisan las viviendas, pero ahora sí se pasaron porque llegaron como locos, diciendo disparates, preguntando por gente que ni conocemos, no sabemos de qué se trata”, añade.
En la comunidad de Las Ollas, informan que aunado a la presión militar, enfrentan la presión, vigilancia e intimidación de “grupos civiles armados desde el 2000, que insisten que explotemos el bosque y una y otra vez nos hemos negado, no lo vamos a permitir”, sostienen.
Abundan que en el 2000, fue la primera incursión de gente civil armada “llegaron a las viviendas, sacaron a los hombres en la madrugada, los desnudaron, los golpearon y los amenazaron de que aceptaran la tala del bosque y no queremos pues”, sostiene en una entrevista una señora de 65 años.
Desde esa fecha, los esposos de las señoras de Las Ollas, prefieren dormir en el monte, temerosos de las incursiones de esas gentes armadas y que dicen los mantienen vigilados de todas sus actividades.