(del IPS)
RAP CUBANO: VOZ DEL BARRIO
Una nueva realidad, una nueva música
En la última década se hace palpable en el entorno cultural cubano un crecimiento de la presencia del rap . Estas líneas no pretenden adentrarse en las características estéticas del género en la isla, sino asomarse a la relación entre esa variante sonora y el palpitar social de La Habana de estos días, pues en los últimos años ha cambiado la asimilación oficial de esta manifestación y la opinión popular también parece haber sufrido algunas variaciones.
Según Kurts Blow en su Historia del Rap , “el tema político en el hiphop surgió con el debut de Public Enemy y Krs-One. Chuck D, de PublicEnemy, quien, como Krs-One, es ahora un orador público en temas políticos, era y aún hoy es uno de los más poderosos compositores”.
En Cuba, el antecedente de un diálogo social desde la música se encuentraen la nueva trova. En los sesenta, el movimiento fundado por SilvioRodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola, entre otros, se dedicó más a los temas internacionales, agrupado bajo la tendencia de lo que entonces se llamó Canción Protesta. Pero en los primeros años aparecía a menudo la sátira o la crítica de costumbres en las obras trovadorescas.
En los últimos tiempos, el mundialmente conocido Silvio Rodríguez se ha consagrado a la ratificación del discurso oficial y las figuras que plantean una obra más crítica son menos difundidas. Un ejemplo claro es Pedro Luis Ferrer, compositor de decidida vocación cívica, que rara vez se escucha por la radio, aunque mantiene su estatus de artista cubano residente en la isla y, de cuando en vez, aparece en conciertos. A principios de este año, Ferrer aglutinó una buena cantidad de jóvenes en un escueto espacio del Instituto Internacional de Periodismo y la revista digital La Jiribilla reseñó aquellas“descargas” mensuales. Otros, como Frank Delgado, siguen también fiel a una canción de resonancia ética, mientras Polito Ibáñez autor de temas críticos en el primer lustro de los noventa- ha asumido el pop como variante artística, aunque, al igual que el popular dúo Buena Fe, su obra se sustenta en baladas inteligentes y de cierta agudeza. El bisturí social también asoma la oreja en las obras de Habana Abierta, un grupo de jóvenes músicos residentes en el extranjero, que mantienen una activa interacción con la vida cultural cubana.
La circulación del rock tuvo sus dificultades en Cuba. En diversas obras de arte se insiste en criticar el cierre de los sesenta y setenta, que incluía el disfrute casi clandestino de Los Beatles. El pasado año se estrenó la obra teatral El concierto , de UlisesRodríguez Febles, en la que se plantea la biografía sentimental de cuatro jóvenes mal vistos por su amor a los genios de Liverpool.
Pero, por una u otra razón, no ha sido abundante el rock cubano con letras originales que tengan incidencia social. Con todo, muchos habaneros recuerdan que los conciertos de grupos rockeros se producíande una forma paralela o subterránea en la década de los setenta.
En cuanto al rap , desde sus primeras apariciones -hace ahora poco más de una década- se notó la intención social y el énfasis en las problemáticas más urgentes de la vida cubana. Recientemente apareció el tercer número de Movimiento , la revista cubana de rap , publicación de la Agencia Cubana de esta manifestación. La existencia misma de la institución y de la revista expresa el grado de legitimación de este movimiento, que ha contado con el apoyo de la Asociación Hermanos Saíz, organización de artistas bisoños, patrocinada por la Unión de Jóvenes Comunistas.
En la mencionada entrega de Movimiento , el crítico Roberto Zurbano se refiere a la postura social de estos artistas: “Quiero enfatizara cerca de una importante condición del rapero cubano: es un sujeto revolucionario. Lo defino quizás esquemáticamente- como un joven capaz de describir su situación socio cultural, asumir la tradición emancipadora de la Revolución cubana y evaluar críticamente la realidad; interroga constantemente y emite valoraciones afirmativas y negativas desde cualquier emplazamiento posible. Articula en su discurso generacional sus vivencias del llamado Período Especial; en cada concierto asistimos a su anecdotario y a puntuales reflexiones sobre el turismo, la prostitución, la droga, la doble moral, la corrupción, el conformismo, cierta desmovilización política, el mercantilismo, la emigración y otras problemáticas de la sociedad cubana e internacional”.
Entre las temáticas que enumera Zurbano se destaca la insistencia en lo racial. La Revolución cubana se propuso y logró en muchas esferas una igualdad de oportunidades para las distintas razas, al menos a nivel legal. Sin embargo, las obras de arte y otras formas de circulación de las ideas expresaron síntomas de que la política general no siempre se cumplía a nivel del barrio, la empresa, la familia y las tan complejas relaciones interpersonales.
Algunos poetas cubanos como la Premio Nacional de Literatura Nancy Morejón- han tomado como centro al hombre o la mujer negra, con sus especificidades y paradojas. Pero los muchachos del rap van más lejos en su militancia. La franca mayoría negra o mestiza de cultores del movimiento se deja ver en canciones que toman por los cuernos las formas, groseras o sutiles, de discriminación o, simplemente, reclaman el derecho de la raza negra a poseer una tradición cultural específica.
En cuanto a la filosofía del barrio, sería útil emprender un análisis más profundo sobre ese concepto. Al parecer, las grandes dificultadesde transporte y otras penurias de la crisis de los noventa reforzaron la vida del barrio, que ya contaba con una larga tradición en LaHabana. Últimamente se ha hecho fuerte en la jerga popular el término“repartero”, descendiente del antiguo barriotero, que asume de forma peyorativa los hábitos culturales de la gente de la periferia.
Las páginas de Movimiento dan cuenta de las diversas formas de asumir la intención social y de la tentación a ceder a los requerimientos del mercado. De hecho, grupos como los internacionalmente conocidos Orishas o Cubanitos 20-02, o bien dejan sólo matices de la línea crítica o se desentienden de la problematización y la angustia.
Entre los aficionados al género también se localizan opiniones diversas. Juan Ángel, profesor de preuniversitario de 48 años, enfatiza: “En las primeras canciones que se oían de casa en casa, a nivel de casetes prestados- era muy fuerte la carga racial. Yo sé quel a igualdad no existe ni aquí ni tal vez en ningún lugar del mundo, pero aquellas canciones eran más bien de odio al blanco, muy agresivas. También se metían, y a veces todavía lo hacen, con temas que uno no encuentra en los periódicos como la prostitución o el descaro de algunos jefes. En eso sí estoy de acuerdo con los raperos, pero en cuanto a lo racial, hay que discutirlo sin ese furor. Me acuerdo de aquella que tenía un estribillo ¿Quién tiró la tiza? y le respondían el negro ese.. . Se regó como pólvora por la ciudad con un discurso bastante resentido”.
Miguel, traductor, negro, de 30 años, argumenta: “Cuando alguien asume la identidad racial y sus derechos, enseguida lo acusan de racista al revés, de rencoroso. Pero aquí, aunque la ley protege la igualdad,siguen mirando a los negros atravesa´o, y no los ves ni bailando en el ballet, ni de protagonistas en la televisión, ni casi nunca trabajando en una empresa mixta. Muchos hay en el deporte, y eso porque lasfamilias blancas no mandan a los niños a las escuelas deportivas”.
En cuanto a la calidad artística del rap , Mireya, estudiante de medicina de 22 años, comenta: “Es demasiada la moda. Todos los grupos se parecen y aquello de la crítica se ha ido destiñendo. Ahora muchos grupos repiten cualquier bobería y así se pasan media hora cantando. De los que salen por televisión, la que más me gusta es la Fres-k ”.
Por su parte, los grupos más ortodoxos del rap cubano realizan giras amenudo, ya han presentado unos pocos discos y siguen empeñados en cumplir -con mayor o menor virulencia-- su papel de cronistas sociales