¿Pueden los legos ser psicoanalistas?
¿Adónde llevan los grupos interdisciplinarios?
Esquema para el análisis político
por Gastón Pardo Pérez
Las circunstancias en las que Freud sustuvo que no es indispensable ser médico para ser psicoanalista son muy específicas y son mencionadas en este artículo líneas abajo. Pero quienes ignoran el carácter circunstancial del pronunciamiento pueden incurrir en el error de hacer un formato impreciso si fijan su atención sólo en sus palabras. La razón es la siguiente: en efecto, el doctor Sigmund Freud sostuvo ese punto de vista, que tenía como contrapeso el hecho de haber sido expresado por un médico. Un médico que dice que no es necesario serlo para ser psicoanalista.
Este pronunciamiento parecía estar fuera de contexto o ser susceptible de la crítica porque habiendo sido hecho a principios del siglo XX, tiene como marco científico, aceptado en los círculos académicos: al positivismo. Este método de las ciencias acuñado por el sociólogo francés Auguste Comte, concibe cada saber científico formando una entidad conpartimentada y, además, jerarquizada, colocando a la sociología en la cúspide. Este método del saber científico llegó a México de la mano de la arquitectura neoclásica que estampó su firma en varias partes de la capital del país. el edificio neoclásico de la Castañeda en Mixcoac fue un ejemplo de la belleza del estilo francés que ocupó una parte de la gran capital mexicana.
Psicoanalistas notables que no fueron médicos.
En 1926, a raíz del proceso de Theodor Reik en aplicación de la ley austriaca por curanderismo y charlatanería, Freud escribió un texto en el que decía: "Después de cuarenta y un años de actividad médica, mi autoconocimiento me dice que no fui un verdadero médico... creo que mi falta de una genuina inclinación médica causó perjuicio a mis pacientes, pues no redunda precisamente en ventaja de estos si el interés terapéutico del médico tiene un excesivo énfasis emocional".
Freud no se valoraba debidamente y tal vez influyera en ello la hostilidad que sentía por la profesión médica. Hans Sachs, quien realiza este análisis, recomienda una ligera aproximación del futuro psicoanalista con la medicina y más profunda con las ciencias sociales, para integrar una buena formación psicoanalítica.
El psicoanálisis, dice Freud, tiene una aplicación que no se encuentra limitada al campo de las funciones psíquicas patológicas, que son materia de la psiquiatría, rama de la medicina.
¿Pueden los legos, que debe entenderse en este entramado como las personas ajenas al saber y la disciplina médica, ejercer el psicoanálisis?
Teodor Reik es un ejemplo de que la respuesta puede ser positiva. Si bien su incidente judicial habla de incompetencia.
No obstante, en la primera etapa de la historia del psicoanálisis hay numerosos casos de psicoanalistas que no siendo médicos desempeñaron un papel clínico notable. Sachs menciona: "de entre los más descollantes contribuyentesal psicoanálisis, que no eran médicos, están: el propio Hanns Sachs, Hermine Hug-Helmuth, Oskar Pfister, Otto Rank, Melanie Klein, Anna Freud".
Los sistemas complejos y la interrelación de las disciplinas científicas
Comentario a la presentación del libro: Psicoanálisis y la Teoría de la Complejidad
Autor Guillermo Sánchez Medina
El academico José Félix Patiño comenta el libro Psicoanálisis y la teoría de la complejidad, cuyo autor es Guillermo Sánchez Medina. Dice el comentarista que en el siglo XXI ya se acepta una inversión del paradigma clásico de la ciencia establecido por la física: lo natural era lo determinista y reversible, lo que obedecía a las leyes de los sistemas lineales , y lo excepcional era lo aleatorio, lo irreversible.
Pero el mundo que nos rodea, dice Patiño, no es geométrico: las nubes no son esferas, las montañas no son conos, los lagos no son círculos. Los fenómenos naturales son impredecibles por las leyes de la física y de las "ciencias duras". Y tampoco lo son nuestras vidas, nuestro comportamiento fisiológico y psicológico, nuestra organización social. Los físicos trabajan con sistemas en equilibrio termodinámico; los médicos con organismos vivos de altos niveles de organización dinámica e interactiva. Los saberes están interrelacionados porque todos están impregnados de complejidad, lo que rompe con la rigidez del positivismo al hacer de cada ciencia un saber inmaculado.
Los saberes pueden ser medidos y cuantificados con toda precisión y su comportamiento es predecible por las leyes de la física clásica; para otros sin embargo, como el Derechos y las ciencias eidéticas, sólo se conoce el azar; su comportamiento se rige por leyes subyacentes todavía carentes de un impacto definitorio como ciencias. Pero es un hecho a estas alturas del siglo XX que a la complejidad del organismo humano se suma la sobrecogedora complejidad del cerebro y de la actividad mental. Todo interrelacionado.
La nueva visión de la ciencia es la de lo que es más común en la naturaleza: los sistemas complejos no lineales, los procesos irreversibles. La biología, la fisiología, la medicina tienen hoy esta perspectiva. A ella llegan ahora la psicología y, como lo plantea Guillermo Sánchez Medina, el psicoanálisis.
En su comprensiva obra anterior, que fue comentada por el académico Adolfo de Francisco Zea, Modelos Psicoanalíticos Arquitectura y Dinámica del Aparato Mental, Sánchez Medina ubica el psicoanálisis como ciencia. Hace una taxonomía de las ciencias, las que clasifica en energéticas y conceptuales, ubicando el psicoanálisis entre las conceptuales. Propone el psicoanálisis como una construcción lógica, y al concebirlo como método de investigación del funcionamiento mental afirma que el método no es la técnica.
Sánchez Medina plantea el psicoanálisis como una construcción lógica y el cerebro como un objeto de investigación en un nuevo contexto: el de los procesos irreversibles, o sea el de la teoría de la complejidad, la cual algunos ya ven como la teoría del todo. Con claridad, el autor hace una erudita analogía entre esta teoría de los sistemas complejos y del pensamiento sistémico y determinados conceptos psicoanalíticos. Así, pues, siguiendo a la ciencia soviética, cada discíplina científica tenía su propio método pero hay un método general que las incluye a todas.
La teoría de la complejidad "se refiere más a una concepción o concepto de pluralidad de intervención y de interacción de principios y elementos… La ciencia trató hasta hace poco, de describir y entender todos los fenómenos naturales como hechos lineales predecibles; así se desconocían las propiedades emergentes de los sistemas biológicos que son complejos no lineales.
La ciencia o teoría del caos se centra en los modelos subyacentes que aparecen ocultos, en los matices, en la sensibilidad de las cosas y en las reglas sobre cómo lo impredecible conduce a lo nuevo… el modelo de la complejidad y el caos es extensible a lo psíquico y a lo social, y sometido a cambio constante; por ejemplo, todos somos la misma persona a través de los años pero sustancialmente una nueva persona a la cual se han agregado matices de distintas procedencias, y cada uno está interconectado con los otros sistemas de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento que nos rodea. Dentro de este pensamiento, el caos nace de los órdenes psicológicos y físicos que conocemos, y que se desordenan e interactúan unos con otros para crear alternativamente zonas de colapso".
Con sana lógica, Sánchez Medina procede a ubicar el psicoanálisis desde la perspectiva del pensamiento complejo: "el funcionamiento psíquico pertenece a un sistema complejo no lineal con tendencia al desorden y caos (en sus partes, en sus acciones libres y atención flotante), y luego al orden, y, con semejanzas en la interpretación transferencial, para formar un conjunto que no ofrece certeza o certidumbre sino sólo probabilidades". El psicoanálisis que se imparta si marcha como método en paralelo al estudio de los sistemas complejos no lineales, cuya difusión avanza en las universidades públicas de la ciudad de México, podría ser muy provechoso incluso para quien pudiera tener interés en que el psicoanálisis deje de ser una ciencia proscrita, y que entre con pleno derecho en el ámbito universitario asumiendo todos los riesgos a que la ortodoxia podría enfrentarse.
Esquema para el análisis político
Desde 1951 sobre la experiencia del análisis político al que obligó la necesidad de contar con información estratégica al área anglosajona de su contraparte soviética, se desveló que tras la escollera del positivismo las raíces de las ideas están tal delicadamente entrelazadas que a menudo desafían a toda clasificación precisa. De allí que David Easton en su Esquema para el análisis político se haya visto inclinado a partir de sus experiencias en un grupo interdisciplinario de extraordinario calibre, reunido en la Universidad de Chicago: el Comité de ciencias de la conducta (la eficacia de estos centros lo deja adivinar el así llamado que aparece en el filme estadounidense El silencio de los inocentes, en el que ha sido reclutada Jodie Foster interpretando a una agente del FBI.), que fue fundado en ese año por el doctor James G. Miller.
Miller era entonces presidente del Departamento de Psicología de esa Universidad de Chicago, donde se dedicó a un estudio prolongado de problemas comunes dentro del marco de un enfoque sistémico considerado desde el punto de vista de la física, la biología y las ciencias sociales.
Esta práctica no desligó a Easton del Seminario de Teoría del Instituto de investigaciones sobre salud mental, de la Universidad de Michigan. Tras subsanar algunas dificultades debidas a las diferencias de idiomas, hubo consenso en un método, que consistió en el empleo de conceptos comunes para fenómenos diferentes y conceptos diferentes para fenómenos casi idénticos. De tal manera, se tomó el acuerdo de examinar la perspectiva de un análisis sistémico que sirviera para unir a las ciencias naturales y sociales, y hacer posible y provechosa la comunicación entre ellas para resolver problemas comunes que el examen interdisciplinario puede ayudar a resolver.
El reconocimiento académico que hizo que Easton fuera tomado en cuenta para formar parte de ese comité nació por su pertenencia al Centro de Estudios superiores de ciencias de la conducta, de la Universidad de Stanford.
El psicoanálisis en la encrucijada del orden y el caos
Freud defendió el psicoanálisis ejercido por legos, es decir, personas familiarizadas con otras ciencias aparte de las psicológicas. La publicación de su reflexión, que contenía sus puntos de vista sobre el complemento de la teoría del sujeto desde el punto de vista de la ortodoxiacon otros saberes, provocó la puesta en primer plano las grandes diferencia existentes en las propias asociaciones psicoanalíticas en lo que se refería a si eran admitidos para el ejercicio del psicoanálisis, las personas sin título de médico.
Poco a poco va entrando Freud en el problema que quiere examinar. Explica cómo a partir de la forma de procesar el material que el paciente en analisis expone, se puede plantear una interpretación, lo que permite entender porqué es necesario el paso por el analisis para ejercer, y esto nos retrotrae al texto con una dificultad del psicoanálisis, las interpretaciones interdisciplinarias permiten disolver los conflictos para entender el psicoanálisis.
Al final del capitulo hace la pregunta esencial, "¿cómo y donde se aprende lo necesario para el ejercicio del análisis?". Tras hablar de los Institutos que en esa fecha estaban funcionando y como lo hacían, siguiendo las directrices marcadas antes para terminar con la afirmación que una vez instruido, "ya no es un lego en el campo del psicoanálisis".