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miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tráfico de personas: impune en Mexico, Internet lugar de subastas


"Se ha disfrazado de prostituta y de madrota, se ha sumergido en las redes clandestinas de la trata de mujeres para seguir buscando a su hija Marita, raptada hace siete años en Tucumán, Argentina, para obligarla a prostituirse. Desde entonces, Susana Trimarco ha logrado rescatar en su país y en España a cientos de jóvenes de distintas nacionalidades que fueron víctimas de secuestro y explotación sexual. Ha creado refugios, ha establecido fundaciones, ha logrado que se encarcele a varios tratantes de blancas e incluso ha conseguido que se enjuicie a un juez corrupto. Por esta cruenta batalla en busca de su hija es que el Departamento de Estado de Estados Unidos le ha dado un reconocimiento que no suele ser para latinoamericanas: el de Mujer de Coraje. Pero sobre Marita, apenas indicios ha obtenido.

Por Sanjuana Martínez
|Revista EMEEQUIS | 17 de noviembre de 2009
Miami, Florida.- La vida de Susana Trimarco cambió radicalmente el 3 de abril de 2002, cuando secuestraron a su hija Marita Verón, de 23 años, a plena luz del día en San Miguel de Tucumán, Argentina. Todo lo que había construido se derrumbó en ese momento y empezó una cruzada: la lucha contra la trata de mujeres con fines de explotación sexual.Dice no tener miedo “ni al diablo” en su batalla. Ha sido capaz de disfrazarse de prostituta o proxenetapara recorrer los burdeles de Argentina y España, en donde ha rescatado a cientos de jóvenes de distintas nacionalidades víctimas de trata. Hace dos años creó la Fundación María de los Ángeles, por la Lucha contra la Trata de Personas, que ofrece asistencia social, psicológica y jurídica a las jóvenes rescatadas. El año pasado fundó la Casa Refugio Tucumán, un albergue temporal para las muchachas que aún no se sienten preparadas para volver a sus hogares.
Esta “madre coraje” viaja ahora ofreciendo su testimonio y cursos de capacitación a policías, funcionarios
o autoridades judiciales, sobre el segundo negocio ilícito más lucrativo en el mundo, después del tráfico de drogas. Anualmente las redes de trata de personas obtienen 32 mil millones de dólares, 85 por ciento proviene de la explotación sexual. Cada año, se registran 6 millones de víctimas de trata, de las cuales 90 por ciento son mujeres o niñas.“A partir del primer día que empecé a buscar a mi hija fui rescatando víctimas –dice Susana Trimarcoen entrevista con emeequis–. Y esas víctimas me fueron dando información sobre ella. Ahora hay 13procesados y 11 más en espera de juicio por haber secuestrado a Marita”.
No ha sido fácil. Susana vive amenazada de muerte por las mafias del tráfico de personas que operan en Argentina y otros países. Se ha visto obligada a aceptar protección policial para proteger a Micaela, su nieta de 10 años –hija de Marita–, y ha asumido el riesgo que implica denunciar públicamente la connivencia entre los traficantes de mujeres y políticos, policías o funcionarios judiciales.
“Cuando los delincuentes que están siendo juzgados me ven, salen corriendo. Me tienen miedo porque les digo sus verdades y les hago pasar vergüenza. Les grito: ‘¡Devuélveme a mi hija! ¡Basura! ¡Cobarde!’ ”.
Susana decidió no esperar a que las autoridades hicieran su trabajo y emprendió personalmente sus
propias investigaciones el mismo día de la desaparición: “En la comisaría no nos quisieron tomar la denuncia porque decían que había que esperar 72 horas. Iniciamos nuestra propia búsqueda y al tercer día me llamaron diciendo que mi hija había sido secuestrada por tres tipos en un coche. A partir de entonces, comenzamos a salir por la noche y una mujer le dijo a mi marido que la habían secuestrado para prostituirla. La vendieron en 2 mil pesos argentinos, luego la llevaron de Tucumán a La Rioja, donde la entregaron a cambio de droga; luego la llevaron a Río Gallegos y después la trasladaron al norte de Argentina. De allí, la ubicamos en España”.
...
Susana ha caminado por las rutas de la trata que operan en América del Sur buscando a su hija. Incluso fue capaz de infiltrarse en la misma mafia haciéndose pasar por proxeneta a fin de obtener información. Infatigable, sigue disfrazándose con lentes y peluca, para recorrer bares y burdeles en busca de víctimas de trata y de pistas sobre Marita. Recuerda a la primera muchacha que rescató en un burdel. Se llama Andrea Darrosa y llevaba ocho años secuestrada. El marido de Susana, que siempre la acompaña en su búsqueda, se paró en medio del lugar y gritó: “¡¿Hay alguien aquí contra su voluntad?!”.
Después de un largo silencio, Andrea fue la única que se animó a cruzar el salón y refugiarse en sus brazos: “He rescatado muchas víctimas. Las protegí, las cuidé, como imagino hacer con mi hija cuando la encuentre”.
Susana ha alimentado su búsqueda con las pistas que va obteniendo de las jóvenes rescatadas. Andrea
Darrosa tenía 15 años cuando la secuestraron y vio a Marita en distintos prostíbulos de Argentina: “En la
casa de Liliana Medina, dueña de varios prostíbulos, porque yo la atendí cuando llegó y la hice pasar al
living. Ella me preguntó si yo tenía un hijo y me dijo: ‘Yo dejé un bebé con mi mamá’. Luego la vi dos veces
en el Candy, allí le tiñeron el pelo rubio y le pusieron pupilentes azules”. El testimonio de Andrea fue revelador porque vio a Marita platicando con Liliana y El Chenga Gómez, proxeneta e hijo de la dueña de los prostíbulos. Ambos son parte del grupo de 13 procesados por la desaparición de Marita: “Cuando la vieja Liliana estaba viendo la tele una noche, yo estaba con ella al lado de su cama. Aparecieron los padres de Marita y la vieja se mataba de risa y dijo: ‘Estos boludos la andan buscando y ella está en España’ ”.
Susana recuerda el día en que secuestraron a su hija: “Todo lo tenían preparado. Los traficantes estudiaron
sus movimientos. Una vecina, enfermera, le dijo que fuera al hospital público a hacerse unos exámenes ginecológicos, que no pagara. Después descubrimos que ella fue la entregadora, la tratante; que el médico peruano que la atendió era parte de la red de tratantes, porque después desapareció”.
Los traficantes eligen a mujeres guapas y Marita lo era a sus 23 años. A Susana no le gustaba el barrio donde vivía su hija en unión libre con un joven y su bebé de un año. Cuando la secuestraron, madre e hija preparaban un proyecto de negocio de vino: “Íbamos a trasladar su supermercado a un local que yo había acondicionado en un barrio nuevo. Yo andaba tramitando lo necesario para poner cabinas telefónicas en el nuevo local y ella tenía que ir al hospital a hacerse los exámenes. Me dijo: ‘Mamá, me demoro una hora y vuelvo’ ”. Marita salió de su casa sin su bolso, sólo con cinco pesos que le pidió para pagar un boleto: “Ella dejó en el ropero su billetero con la plata. No se llevó nada. Me pidió prestada una playera porque hacía calor y unos tenis de cuero que le arreglé con parches del mismo material”.

En México, más de 500 mil víctimas de trata Censura el Departamento de Estado el desdén del gobierno mexicano ante la trata de personas | EMEEQUIS |17 de noviembre de 2009


La impunidad cubre al tráfico de personas con fines de explotación sexual, comercial y de trabajo forzado que se registra en México, país de origen, tránsito y destino de más de 500 mil víctimas de trata.
El delito de trata es la captación, traslado, acogida o recepción de personas con fines de explotación sexual o laboral. En la trata se utiliza el uso de la fuerza, el rapto, el fraude y el engaño o la coacción para captar a las víctimas a través de pagos o beneficios.
A pesar de que en México operan 47 bandas de trata de personas, nunca se ha dictado condena alguna por este delito. En casi dos años de trabajo la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas —dirigida hasta el mes pasado por Guadalupe Morfín, quien dimitió para postularse a la Comisión Nacional de Derechos Humanos—, sólo ha iniciado 30 averiguaciones previas, de las cuales tres han terminado en consignaciones y ninguna en sentencia.
El informe Instrumento para el estudio de las condiciones de la trata de personas en México 2009, elaborado por la Asociación Americana de Abogados de la Iniciativa del Estado de Derecho, revela la existencia de estos 47 grupos de delincuencia organizada dedicados a la trata en el país, cuyos líderes viven en México, Centroamérica y Estados Unidos.
De acuerdo con el documento, los traficantes de seres humanos operan en el Distrito Federal, Baja California, Chiapas, Chihuahua, Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala, Quintana Roo, Tamaulipas y Jalisco. La cifra de víctimas se estima en aproximadamente 500 mil personas.
Los vacíos legales, la corrupción de las corporaciones policiacas y de inmigración, la falta de homologación de las leyes en los estados de la República y la obstrucción a la justicia, permiten el aumento de víctimas y la impunidad, dice Gretchen Kuhner, consultora de la Barra de Abogados, quien lamenta que el gobierno mexicano no haya asignado un presupuesto específico para erradicar este delito. En el primer Congreso Internacional sobre Migración, Trata de Personas y Derechos Humanos, celebrado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el pasado 21 de octubre, los expertos participantes de varios países coincidieron en que la trata de personas es un negocio ilícito altamente redituable, sólo superado por el tráfico de drogas.
El Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos señaló en su Informe sobre la Trata de Personas 2009 que el gobierno mexicano “no cumple completamente con los estándares mínimos para eliminar la trata de personas”. Criticó la falta de sentencias por este delito y censuró la falta de compromiso del Estado en torno a la atención de las víctimas: “El gobierno no ha completado las renovaciones planeadas del refugio para víctimas de trata, si bien continuó refiriendo a las víctimas a organizaciones no gubernamentales para recibir apoyo”. En el informe, el Departamento de Estado norteamericano pide al gobierno mexicano sentenciar a los culpables de trata, “incluyendo a funcionarios cómplices”, y aumentar la capacitación a jueces y personal de procuración de justicia, sobre todo funcionarios de migración y del trabajo: “La falta de una respuesta más firme del gobierno es preocupante, especialmente a la luz del gran número de víctimas”.
La Coalición de Florida contra el Tráfico Humano (Florida Coalition Against Human Trafficking), fundada por Anna Rodriguez, una antigua policía que desde hace 20 años se dedica a la investigación de la trata, ha detectado que México es uno de los grandes abastecedores de tráfico de personas con destino a Estados Unidos: “Lo que tenemos que hacer de este lado es parar la demanda; mientras la demanda exista el delito crecerá”.
En entrevista, afirma que el fenómeno reciente en el tráfico de seres humanos desde México es la llegada de decenas de niñas y adolescentes procedentes de Tlaxcala, que son obligadas por sus maridos-proxenetas a prostituirse: “Son niñas mexicanas que se casan a los 13 o 15 años con hombres
mayores que las embarazan y cuando tienen a su bebé lo mandan con la familia de él y ellas son obligadas a prostituirse. En este momento la mayoría de los casos que estamos viendo en Florida son particularmente niñas y mujeres de Tlaxcala. Sería bueno que el gobierno mexicano se pusiera investigar la razón”.
Según su experiencia, en el mercado sexual se encuentran niñas y mujeres mexicanas o centroamericanas: “El tráfico humano sigue en aumento. Mucho del comercio de seres humanos se está haciendo a través de internet, incluso hay niños en subasta. La última subasta que encontramos fue de una niña de 14 años de Medellín, Colombia, y a los 15 días el precio ya alcanzaba los 7 mil 500 dólares”.
Señala que en la trata se incluye el tráfico de niños y niñas, y que es fácil que los bebés alcancen cifras de entre 100 o 150 mil dólares: “Los niños mexicanos que traen los coyotes para pasar separados de sus padres son traficados, revendidos y nuevamente vueltos a vender. Es mercancía reciclable para los tratantes con muchas ganancias. “Esos niños están solos, no hay quién los reclame. Sus padres indocumentados se internaron en Estados Unidos. Son los niños perdidos, los niños invisibles, porque no ha habido una instancia gubernamental estadunidense que se dedique a hacer un censo sobre el número de menores que están en las decenas de albergues que existen”. Rodríguez hace una advertencia: “Hay que alertar a la comunidad, tenemos que educar a la población para que sepa qué es el delito de trata. Hay que ir a las escuelas, hablar con los padres de familia, hacer algo para detener esto. El gobierno mexicano tiene que empezar a actuar ya”.


Sanjuana Martínez
Periodista
www.sanjuanamartinez.com
www.elboomeran.com

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