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viernes, 4 de junio de 2010

Nadie se responsabiliza de tragedia en guardería: abuela de niño muerto

Es madre de una ex trabajadora de la misma, que salvó varios bebes , pero no logró rescatar a su hijo.
Notimex
Publicado: 04/06/2010 14:44
Hermosillo, Son. Guadalupe Arvizu, abuela de Denzel, recuerda a su nieto que murió dos días después del incendio en la guardería ABC de esta ciudad, por afectaciones en su sistema respiratorio y quemaduras en 90 por ciento del cuerpo.
La señora Arvizu es además madre de Daniza López Arvizu, ex trabajadora de la estancia infantil, quien en el momento de la conflagración salvó la vida a varios infantes, pero no pudo rescatar del fuego a su hijo que se encontraba en el interior del inmueble.
Señala: “En la tierra no se ha hecho justicia, pero hay una justicia divina y todo se paga en esta vida”.
Pide que se les haga justicia a los 49 pequeños que perecieron en el siniestro y a sus familias.
Plantea que el dolor y la impotencia de quienes perdieron a un pequeño en el incendio se han recrudecido al transcurrir del tiempo, porque la justicia y el castigo para los culpables no ha llegado.
Relata que su hija cubría el turno matutino en la estancia infantil y concluiría su labor a las 15 horas; los pequeños dormían la siesta y Denzel estaba entre ellos, pero decidió ir al baño antes de pasar por su hijo y en ese lapso empezó el caos.
Eran las 14:45 horas del 5 de junio de 2009, cuando el fuego sorprendió a las 14 trabajadoras que estaban en el inmueble, al empezarse a colar por la cocina y pensaron que algo se quemaba en esa área de la guardería, por lo que inició la evacuación.
“Mi hija atendía a los bebés más pequeños -30 niños estaban a su cargo- y su salita era la que estaba más cerca de la salida, sacó a los bebés que pudo, dormidos y cuando se quiso regresar a sacar a su bebé, fue cuando explotó”, dice con voz entrecortada.
Refiere que Denzel estaba en una sala para menores ubicada al fondo de la guardería y fue la primera que se afectó por el fuego, por lo que cuando su mamá quiso entrar a salvarlo, los agentes policiales que acordonaron el lugar le impidieron la entrada.
La familiar de la víctima número 41 de esta guardería, que operaba bajo el esquema de subrogación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señala que vive en las inmediaciones del centro de cuidado infantil y al llegar al lugar todo era caótico.
Recuerda que un joven hizo unos boquetes en las paredes de concreto del inmueble que antes de ser guardería sirvió como maquiladora y su hija hizo un nuevo intento de entrar a buscar a su pequeño y rescatar a otros, pero tampoco la dejaron ingresar.
En medio de la confusión, Denzel logró ser rescatado y lo trasladaron al hospital privado CIMA, el más cercano a la guardería, donde lo encontraron en terapia intensiva después de cinco horas de buscarlo en otros nosocomios.
La abuela de Denzel, cuyo recuerdo la acompaña cada día, manifiesta que a lo largo de este tiempo ha brindado todo el apoyo a su hija y ha cuidado de sus otros dos hijos para que ella participe en los movimientos para exigir justicia a la autoridad.
Ella -Daniza- estuvo al pendiente de las marchas y las investigaciones, además de participar en las investigaciones con sus declaraciones, porque ella formaba parte de la guardería, “trabajaba ahí y sabe lo que pasó y cómo pasó”.
Tras evocar los momentos que su familia vivió por la tragedia, que además dejó al menos 75 menores con quemaduras y lesiones en sus sistemas respiratorios, además de secuelas sicológicas, Guadalupe Arvizu exige castigo a los culpables.
“Debe haber responsables, a un año nadie se quiere hacer responsable de lo que pasó; toda la gente sabe que había muchas irregularidades en la guardería y nadie hace nada”, expresa.
La señora Arvizu es uno más de los familiares y la sociedad en general que piden es que se haga justicia por esta tragedia que enlutó y sumió en el dolor a decenas de familias y que se llegue al fondo del asunto para castigar a todos los implicados que tienen culpa.
Dolor, sufrimiento y angustia es lo que han vivido en estos casi 12 meses los consanguíneos que estuvieron muy cerca del trágico acontecimiento, que los dejó sin sus hijos, nietos, sobrinos o primos.
No obstante, el casi un año de transcurrido, en algunos casos los familiares de las pequeñas víctimas no han logrado superar la pena y el dolor y siguen sumidos en el duelo.
Los padres de los 49 infantes que murieron por quemaduras en sus pequeños cuerpos y por el humo altamente tóxico que aspiraron durante la conflagración, viven además con la impotencia de ver que no hay ningún culpable que haya sido castigado por los hechos.
En algunos casos, hubo familias que perdieron dos integrantes en el incendio, mientras que en otras uno de sus pequeños perdió la vida y otro resultó lesionado.

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