Solicitó "investigación completa e imparcial" sobre el caso del migrante Anastasio Hernández, y dar a conocer el resultado.
México, DF. Amnistía Internacional (AI) se pronunció a favor de que se revise la política de la Patrulla Fronteriza sobre el uso de armas de choques eléctricos tras la muerte causada al mexicano Anastasio Hernandez por parte de los elementos de esa corporación, quienes lo golpearon con un bastón y utilizaron un Taser cuando trató de evadirlos. El organismo adviertió su preocupación por los señalamientos que existen contra la Border Patrol en el sentido de que hizo un uso innecesario de violencia contra el indocumentado, quien fue retenido el 28 mayo en el punto fronterizo de San Ysidro, California.
A través de un comunicado, Amnistía Internacional expresó su atención por la seguridad de las armas de electrochoque, tales como las Tasers, ya que las considera potencialmente letales y son permisibles para cometer abusos. Por ello, solicita una estricta regulación de éstas y que sean utilizadas únicamente en "situaciones donde sean necesarias para proteger la vida y evitar el uso de armas de fuego".
La postura del organismo se puso de manifiesto en el marco del "homicidio" del mexicano, por lo que pide una "investigación completa e imparcial sobre este caso, publicando los resultados, incluyendo la autopsia, tan pronto como sea posible". También hizo un llamado a la agencia estadunidense de Aduanas y Protección Fronteriza para suspender el uso de las Tasers o "limitarlo a situaciones en que los oficiales se enfrenten a una amenaza inmediata de muerte o heridas graves que no pueda ser contenida por otros medios".
Según los primeros informes del caso, Anastasio Hernández, quien había sido deportado dos meses antes, fue retenido por los elementos aduanales, quienes además de golpes le inflingieron choques eléctricos que causaron que dejara de respirar. Apenas 21 horas después de lo ocurrido se le declaró muerte cerebral en un hospital; y el lunes pasado fue desconectado de la máquina que lo mantenía vivo.
El médico de San Diego anunció el miércoles que Anastasio Hernández murió de un ataque cardiaco, con síntomas de abuso de metanfetaminas y alta presión arterial; se le declaró muerte por homicidio.
Desde 2001, informa AI, más de 400 personas han muerto en Estados Unidos después de que la policía las atacara con Tasers. Aunque los forenses han atribuido las muertes a otras causas, las Tasers son consideradas como causal o factor agravante en más de 50 casos. En muchos de ellos, como en el de Anastasio Hernández, el fallecido dejó de respirar al poco de tiempo de recibir las descargas. Hay otros casos en los que la causa de muerte no queda clara.
A través de un comunicado, Amnistía Internacional expresó su atención por la seguridad de las armas de electrochoque, tales como las Tasers, ya que las considera potencialmente letales y son permisibles para cometer abusos. Por ello, solicita una estricta regulación de éstas y que sean utilizadas únicamente en "situaciones donde sean necesarias para proteger la vida y evitar el uso de armas de fuego".
La postura del organismo se puso de manifiesto en el marco del "homicidio" del mexicano, por lo que pide una "investigación completa e imparcial sobre este caso, publicando los resultados, incluyendo la autopsia, tan pronto como sea posible". También hizo un llamado a la agencia estadunidense de Aduanas y Protección Fronteriza para suspender el uso de las Tasers o "limitarlo a situaciones en que los oficiales se enfrenten a una amenaza inmediata de muerte o heridas graves que no pueda ser contenida por otros medios".
Según los primeros informes del caso, Anastasio Hernández, quien había sido deportado dos meses antes, fue retenido por los elementos aduanales, quienes además de golpes le inflingieron choques eléctricos que causaron que dejara de respirar. Apenas 21 horas después de lo ocurrido se le declaró muerte cerebral en un hospital; y el lunes pasado fue desconectado de la máquina que lo mantenía vivo.
El médico de San Diego anunció el miércoles que Anastasio Hernández murió de un ataque cardiaco, con síntomas de abuso de metanfetaminas y alta presión arterial; se le declaró muerte por homicidio.
Desde 2001, informa AI, más de 400 personas han muerto en Estados Unidos después de que la policía las atacara con Tasers. Aunque los forenses han atribuido las muertes a otras causas, las Tasers son consideradas como causal o factor agravante en más de 50 casos. En muchos de ellos, como en el de Anastasio Hernández, el fallecido dejó de respirar al poco de tiempo de recibir las descargas. Hay otros casos en los que la causa de muerte no queda clara.
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