Se niega a comentar sobre acusaciones en la FIL de Guadalajara
Domingo 12 de diciembre de 2010, p. 20
Guadalajara. El cardenal Juan Sandoval Íñiguez, arzobispo de Guadalajara, acumula causas penales, además de la denuncia por daño moral interpuesta contra él por Marcelo Ebrard Casaubon, jefe de Gobierno de la ciudad de México.
A lo largo de su carrera eclesiástica el purpurado jalisciense se ha visto involucrado en la presunta comisión de delitos, como lavado de dinero producto del narcotráfico, malversación de limosnas, proselitismo político y, en meses recientes, violar el Estado laico, proteger a curas pederastas como Marcial Maciel y conductas de orden penal
cometidas en agravio de la sociedad mexicana.
Juan Manuel Estrada Juárez, presidente de la Fundación Nacional de Niños Robados y Desaparecidos, lleva más de una década intentando sentar a Sandoval Íñiguez en el banquillo de los acusados.
El cardenal es impune y se sabe impune. Tenemos abiertas tres causas penales contra él. La pederastia lo alcanza, porque tuvo conocimiento de las conductas delictivas de Marcial Maciel y su silencio lo convierte en cómplice. En los últimos años fue el principal defensor de los curas pederastas refugiados en la Casa Alberione que él dirige y que está ubicada en Tlaquepaque.
En uno de los tres procesos se exige al cardenal presentar las supuestas pruebas sobre la existencia de corrupción de los nueve ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, acusados por él de haber sido maiceados (sobornados) por Marcelo Ebrard Casaubon para que avalaran la adopción de menores por matrimonios entre personas del mismo sexo.
Hasta el día de hoy ha sido omiso en cumplir la obligación que le impone la ley, de que toda persona que tenga conocimiento de la comisión de un delito que deba perseguirse de oficio está obligada a denunciarla ante el Ministerio Público. Estamos esperando las pruebas que el cardenal dijo tener, afirma Estrada Juárez.
El purpurado, de visita en Aguascalientes, acusó:
Creo que (los ministros) no llegan a esas conclusiones, tan absurdas y tan en contra del sentimiento del pueblo de México, si no es por motivos muy grandes, y el motivo muy grande puede ser el dinero que les dan.
Sandoval Íñiguez tuvo la oportunidad de disculparse o retractarse, pero el vocero del arzobispado de Guadalajara, Antonio Gutiérrez Montaño, declaró: “El cardenal tiene información para respaldar sus señalamientos sobre el maiceo a ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por lo que no habrá retractación ni disculpa por las afirmaciones que hizo el domingo pasado en Aguascalientes”.
La averiguación previa interpuesta por la Fundación Find ante la delegación de la Procuraduría General de la República en Jalisco sigue abierta y se continuará exigiendo su comparecencia ante el juzgado:
Es un personaje de la Edad Media. Debe ser sometido al imperio de la ley. Jalisco es su feudo y en su reinado sólo él dice qué se hace. Tiene guardias, vehículos blindados y choferes del gobierno del estado. ¿Quién es para tener todos esos beneficios? Hay desvío de recursos públicos.
El gobernador Emilio González Márquez ha sustraído de las arcas públicas más de 136 millones de pesos para donarlos a proyectos de Sandoval Íñiguez: 90 millones que ya fueron entregados para la construcción del Santuario de los Mártires, 30 millones para la ruta del peregrino, un millón más para el templo de Yahualica –tierra del cardenal–, 15 millones para el Banco Diocesano de Alimentos y 800 mil para figuras navideñas donadas al Vaticano.
Consagradas y víctimas
Otras dos causas abiertas están relacionadas con la supuesta complicidad entre Marcial Maciel y Sandoval Íñiguez. La primera fue interpuesta ante la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) por las 900 consagradas pertenecientes a los legionarios de Cristo.
“Esta denuncia ante la Fevimtra es por el conocimiento que tuvo del regnum Christus de los legionarios de Cristo, donde muchas jovencitas eran reclutadas y sometidas, bajo criterios de esclavitud moderna, para despojarlas de sus bienes materiales o fortunas. No podían reunirse con sus familiares, sino una vez al año”, explica Estrada Juárez.
Señala que todo empezó por el caso de una joven –hija de un amigo suyo– que fue enviada a España:
Francisco González, ex legionario, es parte de otra denuncia.
En la denuncia se expone el caso de un menor de edad con deficiencia mental que fue abusado sexualmente en Tamazula por el sacerdote Leopoldo Romero, quien fue detenido,
Otro caso es el del sacerdote Rafael Córdoba, de Temacapulín, acusado de abusar del menor Juan José Yáñez Reyes, quien padece síndrome de down. Los padres de la víctima interpusieron la denuncia en Tepatitlán. El cardenal lo defendió argumentando que eran calumnias y organizó una manifestación de 250 sacerdotes en apoyo del presbítero señalado. Luego éste salió libre tras el pago de una multa por 5 mil pesos.
La impunidad es la constante, sostiene Estrada Juárez.
Cuestionado sobre dichos asuntos en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde presentó su texto El verdadero rostro de Juan Sandoval Íñiguez, un panfleto que ensalza su figura, el purpurado se negó a contestar argumentando que
El acto terminó 20 minutos antes. Los ejemplares seguían en la mesa. No hubo firmas. El texto se vendía a 300 pesos, pero tampoco hubo compradores que solicitaran la rúbrica de recuerdo. El cardenal salió aprisa y en las escaleras fue custodiado por guardaespaldas. Sin detener su paso, se limitó a permanecer en silencio sobre las acusaciones en su contra por la protección a curas pederastas.
–¿No le importan los niños del rebaño católico? –se le preguntó.
El purpurado contestó con una procaz sonrisa.
Señala que todo empezó por el caso de una joven –hija de un amigo suyo– que fue enviada a España:
A pesar de que estuvo gravemente enferma, a sus padres nunca les permitieron verla. Y falleció. Sólo les entregaron el cuerpo. En este caso podemos hablar hasta de homicidios, porque no se saben las circunstancias en que falleció. El cardenal tuvo conocimiento de la gravedad de éste y otros casos y no hizo nada.
Francisco González, ex legionario, es parte de otra denuncia.
Este ex miembro de los legionarios de Cristo hizo del conocimiento del cardenal los abusos sexuales cometidos por Marcial Maciel contra seminaristas menores de edad en Roma y aquí. Tampoco hizo nada. El cardenal, en lugar de cumplir una obligación, se quedó callado. Y guarda todas las quejas y no hace nada. Sentimos que hay complicidad. Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata.
En la denuncia se expone el caso de un menor de edad con deficiencia mental que fue abusado sexualmente en Tamazula por el sacerdote Leopoldo Romero, quien fue detenido,
pero con la influencia de Sandoval Íñiguez, al igual que en otros casos, el sacerdote quedó libre. Él ha ido recluyendo en la Casa Alberione, ubicada en el municipio de Tlaquepaque, a los curas pederastas. Es una casa-misterio. Nadie sabe cuántos sacerdotes pederastas hay. Son los secretos del arzobispado.
Otro caso es el del sacerdote Rafael Córdoba, de Temacapulín, acusado de abusar del menor Juan José Yáñez Reyes, quien padece síndrome de down. Los padres de la víctima interpusieron la denuncia en Tepatitlán. El cardenal lo defendió argumentando que eran calumnias y organizó una manifestación de 250 sacerdotes en apoyo del presbítero señalado. Luego éste salió libre tras el pago de una multa por 5 mil pesos.
La impunidad es la constante, sostiene Estrada Juárez.
El cardenal es una figura intocable. Hace y deshace. Está por encima de la ley. Desaloja colegios en Guadalajara sin importarle los niños. Maneja un doble discurso, que en los hechos no corresponde con sus actos. El cardenal no es armónico ni probo. Ha dividido a la sociedad jalisciense. Tiene una red de complicidades. Tiene a sus sobrinos. Utiliza a su familia en círculos de poder. Tiene un sobrino que es diputado federal, a una sobrina en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. Todos los presidentes municipales del estado le rinden tributo, como si fuera una figura que cohesiona, pero Jalisco es un estado dividido por él.
Cuestionado sobre dichos asuntos en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, donde presentó su texto El verdadero rostro de Juan Sandoval Íñiguez, un panfleto que ensalza su figura, el purpurado se negó a contestar argumentando que
no tocaba hablar de esos temas, relacionados sobre su homofobia, misoginia y violaciones constantes al Estado laico.
El acto terminó 20 minutos antes. Los ejemplares seguían en la mesa. No hubo firmas. El texto se vendía a 300 pesos, pero tampoco hubo compradores que solicitaran la rúbrica de recuerdo. El cardenal salió aprisa y en las escaleras fue custodiado por guardaespaldas. Sin detener su paso, se limitó a permanecer en silencio sobre las acusaciones en su contra por la protección a curas pederastas.
–¿No le importan los niños del rebaño católico? –se le preguntó.
El purpurado contestó con una procaz sonrisa.
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