Arizona: violenta y racista. En EUA operan 932 grupos de odio activos y se concentran en Texas y California

Samuel Schmidt
schmidt@mexico.com
Arizona: violencia esperada
Tarde o temprano tenía que haber sucedido, diría cualquier sensato que hubiera observado mínimamente la construcción de un escenario de violencia en Estados Unidos, refiriéndose al atentado contra una legisladora en Arizona. El discurso de odio, discriminación y racismo que ha envuelto al estado desde hace ya muchos años, tendría que terminar atrayendo a los desquiciados que odian a los otros y animándolos a actuar.

Uno pensaría que solamente se ha creado un clima de odio contra los mexicanos, aunque la discriminación en realidad se enfoca en todos los que son distintos. El Southern Poverty Law Center ha contado 932 grupos de odio activos en Estados Unidos en 2009, el estado que más concentra de éstos es Texas para ser seguido por California.

Arizona no es de los estados que mas de estos grupos tienen, pero si destaca la orientación de los mismos. De los diez y seis grupos existentes uno es anti gay, tres son neo nazis, cinco son cabezas rapadas racistas (Racist Skinhead) y hasta hay un grupo cuyo odio es en general (Fundamentalist Latter Day Saints). A continuación se listan los grupos de odio, su orientación y las ciudades donde actúan:

American Border Patrol
Anti-Immigrant
Sierra Vista
Deaths Head Hooligans Racist Skinhead
Faithful Word Baptist Church Anti-Gay
Tempe
Free American White Nationalist
Tucson
Fundamentalist Latter Day Saints
General Hate
Colorado City
Mesa Crew Racist Skinhead
Mesa
Nation of Islam
Black Separatist
Phoenix
National Knights of the Ku Klux Klan
Ku Klux Klan
National Socialist Movement
Neo-Nazi
Phoenix
Nationalist Coalition Neo-Nazi
Mesa
Phoenix Boot Boys Racist Skinhead
Phoenix
Sons of Aesir Motorcycle Club General Hate
Maricopa County
United for a Sovereign America (USA) Anti-Immigrant
Phoenix
Vinlanders Racist Skinhead
Mesa
Volksfront Racist Skinhead
Phoenix
White Knights of America Neo-Nazi
Tonopah

No es de extrañar entonces que sea judía la víctima del desquiciado agresor reciente y que entre los dos libros de cabecera del mismo se encuentre Mi lucha de Hitler, pero tampoco debe extrañar que la gobernadora haya eliminado un programa de trasplante de órganos para ahorrar dinero, parece quedar claro que en Arizona lo que esta de mas es el respeto a la vida humana.

Hace unos años en Sonora se propuso abrir una cárcel de operación privada en México para atender a “criminales” mexicanos cuyo delito era haber buscando trabajo sin contar con documentos migratorios, las autoridades mexicanas rechazaron el proyecto porque violaba la soberanía, la respuesta de Arizona, especialmente del senador McCain fue que había que militarizar la frontera. La actitud es muy esclarecedora: si no se someten a mis caprichos entonces no me tentaré el corazón para arrasarlos. No se puede esperar que piensen en lo absurdo de que México acepte encarcelar a ciudadanos que no han cometido ningún delito.

En Arizona se ha consolidado una postura anti-inmigrante de por lo menos dos décadas. Por un equilibrio peculiar de la política estadounidense había un gobernador(a) demócrata que bloqueaba las leyes anti-migratorias de la derecha republicana o bien los jueces las echaban abajo por ser anti-constitucionales, pero esto ha cambiado y ahora la derecha logra llevar adelante sus designios.
Podemos entender la coincidencia entre la penetración de una legislación discriminante con la presencia de grupos de odio que promueven la intolerancia y que ahora han logrado que su estado se convierta en inspiración y guía para otros estados.

Estos grupos son violentos y no dudan en agredir a los que odian y no podemos sorprendernos de este tipo de brote, sino que podemos esperar que sean más frecuentes en el futuro, pero también podemos esperar una violencia más irracional.

No hay duda que habrá –y debe haber- consecuencias políticas a este acto, pero más allá del mejoramiento o empeoramiento de la posición política de diversos actores, debemos ponernos a medir las tendencias perversas que hoy sigue la política societaria en Estados Unidos donde una vez más domina el odiar y discriminar a los otros y eso no preconiza nada bueno.