La agredida se manifestaba en Ciudad Juárez en apoyo a parientes de desaparecidos
Malú García, vocera de la ONG Nuestras Hijas de Regreso a Casa, aseveró que su vivienda fue incendiada porque denunció que en el centro de Ciudad Juárez opera una banda de tratantes de personas
Rubén Villalpando
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 18 de febrero de 2011, p. 14
Ciudad Juárez, Chih., 17 de febrero. Sujetos no identificados rociaron con gasolina la casa de la vocera de la organización no gubernamental Nuestras Hijas de Regreso a Casa, Malú García, y la incendiaron mientras la activista acompañaba la noche del miércoles a la familia Reyes Salazar en una huelga de hambre para exigir que los hermanos Malena y Elías Reyes, así como la esposa de éste, Luisa Ornelas, sean regresados con vida del levantón que sufrieron el pasado 7 de febrero.
Malú García dijo: “afortunadamente mis dos hijos no estaban. Vecinos avisaron que gente armada bajó de un vehículo, roció la casa con gasolina y la incendió, por lo que se quemó de manera parcial, sobre todo el techo”. La vivienda se encuentra en la calle Tamaulipas 6128, colonia Colinas de Juárez.
“Yo estaba en el campamento, y la verdad no me he acercado a la casa por temor, pero vecinos me informaron vía telefónica que fueron dos hombres los que bajaron de un vehículo para incendiar la casa”, agregó.
Dijo tener la seguridad de que el incendio se debió a que denunció “de manera pública y penal la existencia de una banda en la zona centro de Juárez, que se dedica a secuestrar adolescentes, a las que obligan a prostituirse en otras ciudades”.
Añadió: “por amenazas que he recibido anteriormente, tengo medidas cautelares, como traer protección policiaca, y cuando he hecho recorridos en la zona centro, gente extraña nos ha seguido”.
Lo anterior ocasiona que su trabajo se limite, porque ya no puede salir a la calle: “eso me queda claro, y es posible que sea uno de los objetivos de estas bandas”.
Apenas el martes fue quemada la casa de Sara Salazar, madre de los activistas Josefina y Rubén Reyes, asesinados el año pasado. También es madre de Malena y Elías Reyes, levantados la semana anterior.
Por lo pronto, Marisela y Claudia Reyes, acompañadas de Julián Contreras, se encuentran en huelga de hambre ante las instalaciones de la Fiscalía General del Estado en Juárez, para exigir el regreso con vida de sus parientes.
Entregan a hija de Rubí Frayre
Heidi, hija de Rubí Marisol Frayre y nieta de Marisela Escobedo –ambas asesinadas–, fue devuelta a su familia en El Paso, Texas, tras una campaña que emprendieron organizaciones no gubernamentales (ONG) estadunidenses, encabezadas por el grupo Amigos de las Mujeres en Juárez.
Diversas ONG solicitaron mediante cartas a la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos, Janet Napolitano, la libertad de Juan Manuel Frayre y de Heidi Frayre, de tres años. El primero está en un centro de detención migratoria en Nuevo México, y la segunda se hallaba en Houston, en una casa de asistencia para hijos de indocumentados.
Juan Manuel era hijo de Marisela Escobedo, activista asesinada el 16 de diciembre anterior frente al palacio de gobierno en la ciudad de Chihuahua, y la niña es hija de Rubí Marisol, a quien su marido, Sergio Barraza, asesinó en 2008.
El hijo de Marisela y su sobrina huyeron de Juárez el día del funeral de la activista, luego de que el primero recibió amenazas de muerte. Huyeron a El Paso para solicitar asilo político en Estados Unidos, y Juan Manuel permanece detenido desde el 19 de diciembre en el centro de detención de Otero, en Chaparral, Nuevo México.
Heidi estaba en la Casa Hogar Infantil San Miguel, a cargo de organismos caritativos católicos, en Houston, donde se le atendía a nombre del Departamento de Refugiados y Asentados de Estados Unidos.
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