Colombia:Ana Fabricia una negra con el corazon enardecido, otra victima del conflicto armado en Colombia

Ana Fabricia Córdoba / En su memoria - VIDEO

http://www.youtube.com/watch?v=GdBln5Y9m4Q

Panoramica del funeral de Ana Fabricia Córdoba, cementerio San Pedro, Medellín. 9 de junio de 2011. Fotografía: De La Urbe Digital.

Tantas veces me mataron y tantas veces me morí”, dice una canción de María Elena Walsh. Y para el caso, cuántas veces hemos asistido al drama de las víctimas del conflicto armado en Colombia (el mismo que Uribe y sus secuaces dijeron que no existía), de los muertos que vos matáis y que, para desgracia de sus parientes y otros dolientes, están bien muertos y sus crímenes impunes. Acaba de pasar, por ejemplo, con la señora Ana Fabricia Córdoba, asesinada en Medellín. A cuántas Anas Fabricias siguen matando en Colombia, un país sin verdad ni reparación. Sin justicia social. Y lleno de victimarios que se ríen de sus “pilatunas” y gozan de cabal impunidad.  Reinaldo Spitaletta, El Espectador, 13 de junio de 2011.


Durante la Despedida de Ana Fabricia Córdoba / Foto: Diego Delgado


Durante la Despedida a Ana Fabricia Córdoba / foto: Diego Delgado.

El crimen de Ana Fabricia

Ana Fabricia, una negra con el corazón enardecido

No era una negra común y corriente. Ella fue el reflejo de miles de personas que, en condición de desplazamiento forzado, han visto vulnerados sus derechos fundamentales.Llegó a Medellín huyendo de las balas y los desafueros, en 2001. Venía de Urabá, donde le habían matado a su esposo y a nueve familiares más, quitado la tierra y amenazado a sus hijos, Como muchos otros creyó encontrar en Medellín un cielo, sin saber que llegaban a otro infierno.Ana Fabricia, que tenía dotes de líder, comenzó a hablar duro, porque les tocaron a sus hijos: a uno lo mataron, a otro lo desaparecieron. Responsabilizó del crimen a policías, con nombre propio, con placas y todo. Como dijeron sus vecinas: “A las víctimas no les creen en este país”.La amenazaron, persiguieron, hostigaron. Y ella denunciaba, pero las autoridades poco o ningún caso hicieron.Ana Fabricia vivía de pieza en pieza, de hotel en hotel, intentando protegerse de los asesinos. Denunció la persecución. No le pararon bolas ni en procuraduría, ni en fiscalía, ni en la alcaldía. Los sicarios la “cazaron” en un bus.LEER MAS AQUI
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Pasó sus últimos días desconectada de servicios básicos como el agua y la luz, esperanzada en la posibilidad de que se le devolviera lo que le pertenecía y le fue arrebatado. Hasta el día de su muerte rechazó el abandono y el miedo al que las autoridades la habían sometido. Ana Fabricia, quien dio la pelea por el restablecimiento de sus derechos y nunca pudo conciliar con el Estado, siempre consideró que su historia de vida necesitaba ser contada. LEER MAS AQUI

AQUI EL VIDEO

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A cuántas Anas Fabricias siguen matando en Colombia, un país sin verdad ni reparación. Sin justicia social. Y lleno de victimarios que se ríen de sus “pilatunas” y gozan de cabal impunidad.

ÁREA DE COMUNICACIONES / ASOCIACIÓN CAMPESINA DE ANTIOQUIA
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