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miércoles, 14 de septiembre de 2011

"Cloro en albercas daña ADN de nadadores" y "Benefico Utilizar CO2 en lugar de cloro en las albercas cubiertas

MÉXICO, D.F.,  (EL UNIVERSAL).- Nadar en albercas tratadas con cloro puede generar daños a nivel genético de acuerdo con un estudio que reveló que los subproductos de desinfección (DBPs) utilizados pueden causar mutaciones permanentes en el ADN.
Científicos del Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) y el Instituto de Investigación del Hospital del Mar de Barcelona (Imim) encontraron que la reacción de los desinfectantes y la materia orgánica, que aparece de forma natural o bien es producida por los propios nadadores a través del sudor, las células de la piel y la orina, afecta a los pulmones.
Los desinfectantes modifica la proteína CC16, relacionada con la permeabilidad pulmonar, publicó el diario 20minutos.es. El estudio señala el aumento de los niveles de dos biomarcadores de genotoxicidad con la concentración más común de DBPs en el aire expirado después de nadar, y asegura que se descubrieron aumentos de un biomarcador predictor del riesgo de cáncer.  Además, y tras medir la exhalación de los individuos antes y después de nadar, los investigadores hallaron cambios en un biomarcador, un ligero aumento en la proteína CC16, lo que sugiere un aumento de la permeabilidad del epitelio pulmonar.
Los investigadores reconocieron que nadar es una actividad benéfica para la salud por lo que recomendaron utilizar menos desinfectante en las albercas.
Para evitar que aumente la cantidad de materia orgánica en las albercas se recomienda tomar un baño antes de nadar, utilizar gorro de baño, evitar orinar en las piscinas y realizar un mantenimiento adecuado.
El estudio está en una fase inicial de análisis y se necesitan datos a largo plazo, aunque encontró más de 100 DBPs en el agua de las piscinas, algunos cuya presencia ya había sido descrita con anterioridad en agua potable tratado con cloro. Los investigadores indican que el agua de la piscina es mutagénica, aunque es más citotóxica -puede matar células en concentraciones bajas-.
Los científicos aseguran que para contrastar estos datos son necesarias más investigaciones sobre los efectos de exposiciones de larga duración, y no solo 40 minutos, así como experimentos en los que participen más nadadores.
Investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Csic), el Hospital Clínic de Barcelona y la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB), junto con científicos de Estados Unidos, Alemania y Holanda también participaron en el estudio, que se publicó en la revista Environmental Health Perspectives. 
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Utilizar CO2 en lugar de cloro en las piscinas cubiertas reduce la emisión de tóxicos
La investigación ha sido publicada en Chemosphere
Una investigación de la UAB demuestra que utilizar CO2 en lugar de ácido clorhídrico en las piscinas reduce los compuestos nocivos presentes en el aire, manteniendo la eficacia como reductor del pH del agua. Además, el CO2 tiene ventajas ambientales, dado que su uso en el agua reduce el balance de emisiones de gas de efecto invernadero y el agua de renovación, una vez desechada al medio, es menos nociva para los organismos. La investigación ha sido publicada en la revista Chemosphere.
Investigadores de la UAB han analizado el efecto de utilizar dióxido de carbono (CO2) en substitución del ácido clorhídrico (HCl) para controlar la acidez (pH) del agua en las piscinas, en combinación con el hipoclorito sódico (NaClO) para la desinfección. La investigación se ha llevado a cabo experimentalmente a lo largo de 4 años en dos piscinas de la UAB y en una piscina del Consell Català de l’Esport, en Barcelona. El agua de las piscinas era tratada con CO2 y con HCl en períodos alternativos, y los científicos examinaban la composición del agua y del aire más cercano a la superfície (el que respiran los bañistas).
Los resultados, publicados en la revista Chemosphere, han puesto de manifiesto que el CO2 tiene ventajas muy claras respecto al ácido clorhídrico. La primera de las ventajas, la que motivó la investigación, es que utilizando CO2 se evita la posibilidad de mezclar accidentalmente ácido clorhídrico e hipoclorito sódico, provocando una reacción que libera gran cantidad de gas tóxico y que supone un riesgo tanto para el personal que manipula estos compuestos como para los usuarios de la piscina.
Pero los científicos han observado una ventaja adicional inesperada: el uso de CO2 reduce la formación de substancias oxidantes, cloraminas y trialometanos, substancias nocivas para la salud producidas al reaccionar el hipoclorito sódico con los restos orgánicos del agua, y que producen el característico olor a cloro en las piscinas.
Además, la incorporación del CO2 en el agua tiene ventajas ambientales. Por un lado, se reduce la emisión global del gas de efecto invernadero de la instalación y hace disminuir su “huella ecológica”. Por otro lado, el gas no cambia la conductividad eléctrica del agua, algo que sí sucede cuando se utiliza ácido clorhídrico y que afecta a los organismos vivos una vez el agua de la piscina es rechazada al medio como agua residual.
En la investigación han participado Anton Gomà, del Servicio de Actividad Física de la UAB; Albert Guisasola, Carlota Tayà, Juan A. Baeza, Albert Bartrolí y Javier Lafuente, del Departamento de Ingeniería Química de la UAB; y Mireia Baeza y Jordi Bartrolí, del Departamento de Química de la UAB.

1 comentario:

  1. En realidad de aquí a la fecha no es nada nuevo ni una gran noticia saber que el agua de las albercas estan llenas de cloro y que existe ciertos daños...

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