Aunque el trueque ha existido toda la vida, nuestro modelo de consumo está basado en poseer las cosas. Libros, cds o ropa en propiedad que en todo caso prestamos o donamos cuando ya no queremos a un círculo social cercano. Internet amplia ese círculo, pero también facilita la expansión de una forma diferente de consumo, donde lo importante no son tanto los objetos como el uso que hacemos de ellos.
A excepción de las familias con algún aficionado al bricolaje, la media de uso de un taladro en un hogar es de un cuarto de hora. Tras ese tiempo, el taladro ocupa un rincón en el desván, a la espera de que en algún momento pueda volver a ser útil. Algo parecido pasa muchos libros, películas o videojuegos, que solo pueden ser disfrutados un número finito de veces, para luego quedar aparcados en las estanterías como objetos más bien decorativos.
Rachel Botsman, co-autora del libro What's mine is yours, afirma que con la expansión de la Red ha surgido también un nuevo modelo de consumo donde las personas damos más importancia a la experiencia o necesidad que satisfacen las cosas que al objeto en sí, "queremos la película, no el aparato reproductor, queremos la música, no el cd", explica. Dejando a un lado los objetos de coleccionista, una buena parte de las cosas que nos rodean ya han dado todo lo que podían dar de sí.
Junto con Roo Rogers, Botsman habla en su libro de una práctica que se está extendiendo en Internet, el intercambio de objetos, que nace de la dinámica colaborativa propia de la Red. Primero han sido imágenes, vídeos o ideas, y ahora también libros, ropa o herramientas, aunque no se trata de una práctica altruista, sino de un consumo diferente que además alarga la vida de los objetos, con consiguiente beneficio ecológico.
Alrededor de este consumo colaborativo están surgiendo múltiples iniciativas empresariales, especialmente en Estados Unidos. Una de las más conocidas es Swaptree, un portal que ofrece la posibilidad de intercambiar libros, películas y videojuegos usados, donde los usuarios pagan solo los gastos de envío y una pequeña cuota por el servicio, aunque existen otros ejemplos como ThredUP, un espacio donde las familias pueden intercambiar la ropa de sus hijos que ya no les vale, o Book Mooch, una red internacional para donar libros usados.
Todas estas iniciativas se basan en la construcción de confianza a través de la red social de usuarios. Tal y como explica Botsman, es un fenómeno que se da no solo por la facilidad que ofrecen las herramientas de Internet, sino por un cambio en las dinámicas sociales, puesto que "hace años, sería impensable que te atrevieras a intercambiar tus cosas con un extraño, del cual no conoces ni el nombre".
Este fenómeno va ligado además a un cambio de mentalidad hacia la reducción del consumo, sin que por ello se reduzca también el acceso a bienes o experiencias. Una tendencia que se está produciendo también en otros ámbitos como la movilidad, con un aumento de alternativas para compartir o alquilar vehículos en lugar de poseerlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR