Terror
para justificar la imposición de más terror.
Morpheo
regio
5
septiembre 2011
Los eventos recientes
ocurridos en la ciudad de Monterrey, donde en un ataque a un casino, planeado
con toda la saña y coordinación, murieron al menos cifras oficiales un total de
52 personas, remueven la conciencia de quienes habitamos este país, y nos hacen
cuestionarnos el cómo y porqué llegamos a estos niveles de terror.
Mucho se ha criticado, que uno
de los rubros más perniciosos del actuar del gobierno de Calderón, es el de la
estrategia contra el crimen organizado. Si bien, dicha estrategia se ha
señalado como incorrecta, por las diferentes voces críticas del gobierno, se
tiene que entender, que para éste, ha sido un éxito, en su objetivos
implícitos, manifestados desde el primer día de su aplicación: Terror, miedo,
desmoralización, desahucio, aflicción, etc.
Los elementos que componen
un régimen así como el que vivimos, son los mismos ahora, como lo fueron
anteriormente a lo largo de la historia. A partir de la segunda mitad del siglo
XX, el armamento con el que disponían los Estados, para confrontar peligros
externos y defender su suelo, pasaron a ser altamente destructivos. El caso
paradigmático de esto, lo vemos en el poder que tiene el armamento nuclear,
donde un artefacto, puede en cuestión de minutos, acabar con cientos de miles
de personas, dejando ruina y muerte.
Por ello, las continuas
guerras, echadas a andar por las élites político-económico-militares, han
transmutado de guerras convencionales, es decir, guerras donde no participen
ejércitos militares como tal, a guerras de tipo no convencional, en donde un
estado puede alentar la desestabilización de otro estado, mediante métodos
deleznables como el episodio reciente del “Fast
& Furious”, o la introducción de los Zetas, como parte de un programa geopolítico de desestabilización
regional, donde lo que se pretende en términos generales, es la imposición de
un Estado Fallido, que necesite de la
ayuda de otro Estado (no tan fallido), para dizque ayudar de sus problemas
internos.
Como es obvio, el colapso de
la economía norteamericana, arrastrará a todo el mundo, particularmente a
Estados, cuyas instituciones se encuentren erosionadas, producto del
sistemático desgaste y desmantelamiento a los que han sido sometidos, como es
el caso de México. Es en ese escenario, en el que el Establishment (o gobierno invisible, como en ocasiones es traducido
el anglicanismo) necesita, (para mantener el control político del colapso) lo
más parecido a una dictadura militar, de manera que se puedan imponer los
sacrificios que exigen las élites, a un pueblo que lucha por mantener la
sobrevivencia. Es evidente que las oligarquías están aferradas en mantener su
decadente sistema, y no piensan reorganizarlo ni reformarlo. Prefieren que el status quo se mantenga, así sea
necesario gobernando autoritariamente.
Las excusas que se busquen
para justificar la imposición de dicho Estado
policíaco, se encuentran en atentados como el acaecido en Monterrey. Eso
nos lleva a pensar y ver con desconfianza, que a poco tiempo del lamentable
acontecimiento, la clase político-mediático- empresarial, salga a exigir la
aplicación de la Ley de Seguridad Nacional, que será debatida en este periodo
en la Cámara de Diputados.
El PRI, quien ya se siente
de nuevo en la silla presidencial, piensa que podrá maniobrar la crisis y
mantener el control político y social, para lo cual necesita de instrumentos como esta Ley; pero actúan
ingenuamente, si creen que confiriéndole poder a Calderón, éste, dada su
irracionalidad e intransigencia, vaya a dejarles la estafeta a ellos.
Nosotros como pueblo, no
debemos callar, pero además de eso, debemos hacer un esfuerzo por politizarnos
más, por entender realmente que es lo que está detrás de la imposición de un
régimen de terror, como el que se pretende y avanza ominosamente en nuestro
país, y no actuar a tontas y locas como en ocasiones se percibe, dentro del
colectivo popular. Recordemos que muchos movimientos fascistas fueron creados
(bajo el engaño, por supuesto) por elementos de la misma sociedad[1].
Nuestra supervivencia
depende de ello. Por el bien de todos.
[1] Les recomiendo ver el filme “El
triunfo de la voluntad ” (1935) de la cineasta alemana y apoyadora de Hitler, Leni
Riefenstahl.
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