Llegan policías municipales, encapuchados y armados, a resguardar a los trabajadores
Los efectivos atendían denuncia de una balacera, explica delegado de Tránsito al comisario ejidal
HERCILIA CASTRO (Corresponsal La Jornada Guerrero)
Petatlán, 2 de septiembre. Unos 60 campesinos de las comunidades de Juluchuca y Rancho Nuevo, opositores a la concesión que otorgó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) a la empresa retroexcavadora Agritsa, impidieron el paso de trabajadores al frente de máquinas oruga y paibder, pero los comuneros fueron rodeados por unos 25 policías municipales quienes portaban armas y pasamontañas e iban en actitud retadora en seis patrullas.
Según vecinos de Juluchuca, a las 7 de la mañana observaron que los empleados de la empresa Agritsa reiniciaron los trabajos en el brazo del arroyo y corrieron la voz, por lo que después arribaron campesinos de Rancho Nuevo para detener y rodear la máquina e impedir que saliera del lugar.
Cerca de las 11 de la mañana ya estaban en el lugar más de 50 campesinos con el comisario ejidal, Jorge Luis Vargas Izazaga, quien discutía con el delegado de Tránsito de Petatlán, Juan Fernando Ortiz Villa, quien alegó que iba en representación del alcalde Albino Santos Lacunza, y estaba resguardado por efectivos policiacos que se desplegaban para rodear a los campesinos inconformes mientras llegaban más patrullas policiacas.
Ortiz Villa insistió en que buscaba el diálogo y expresó que estaba acompañado del cuerpo policiaco porque el batallón 19 del Ejército les había reportado una balacera en el poblado de Juluchuca y sólo constataban que no estuvieran armados los campesinos. Sin embargo, llegaron tres patrullas más.
Cuestionó que los campesinos llevaran machetes, a lo que respondieron a unísono los inconformes que “cómo no vamos a traer machetes si son nuestros utensilios de trabajo”.
Después de casi tres horas de fricción entre los campesinos y Ortiz Villa, incluso hubo un altercado verbal de un policía con un campesino, el cual tuvo que mediar el funcionario para que no llegara a más, los campesinos advirtieron que permitirían se retiraran las máquinas y los empleados, pero si volvían no dejarían salir las máquinas, pues se oponen a lo que consideran un daño al arroyo, el cual los surte de agua para sus milpas y oficio de pesca.
El delegado prometió que hablaría con Lacunza Santos para decirle que se incumplió con el convenio que tuvo el edil que fue con los comuneros el pasado domingo acompañado por su hermano Napoleón Lacunza Santos dueño de la empresa donde éste se comprometió a que no sacaría “ni un grano de arena”.
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