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miércoles, 11 de enero de 2012

Pretende el gobierno privatizar la educación superior: rectores

Endeudarse no es la mejor opción: Yoloxóchitl Bustamante
Es todo un logro, asegura el presidente de la FIMPES
Miércoles 11 de enero de 2012, p. 3
Ante la crisis provocada en diversas naciones por el pago de los llamados créditos académicos para cursar estudios de licenciatura o posgrado en universidades particulares, como ocurre en Estados Unidos, Chile y Colombia, no es la mejor decisión pedir a los jóvenes y sus familias que se endeuden, afirmaron rectores de instituciones públicas de educación superior y advirtieron que sin ninguna garantía de empleo al concluir sus estudios, optar por un crédito es un riesgo que debe ser analizado detenidamente.
Tras el anuncio de la puesta en marcha del Programa Nacional de Financiamiento a la Educación Superior (PNFE), con el que se busca destinar 2 mil 500 millones de pesos para créditos educativos en instituciones particulares, afirmaron que se trata de una estrategia orientada a privatizar la formación universitaria en beneficio de los grupos bancarios y crediticios.
Yoloxóchitl Bustamante Díez, directora general del Instituto Politécnico Nacional, indicó que con la decisión del gobierno federal entramos en un modelo que favorece la educación privada, cuando lo que tendríamos que hacer es reforzar la pública.
Además, sin la garantía de que un estudiante tendrá empleo al concluir su formación, es un riesgo aceptar un crédito. Deben tener una buena formación financiera para medir las consecuencias y decidir sensatamente si les conviene.
Desafortunadamente, agregó, no se han adoptado medidas para incrementar la matrícula y se argumenta que si hay lugares en las universidades privadas, los estudiantes tomen los créditos para entrar. Me parece que no es la mejor opción, porque lo más fácil es obtener el crédito, pero el problema es que los estudiantes pasan mucho tiempo comprometidos para pagar esos préstamos, porque las escuelas privadas demandan cantidades fuertes.
Fernando Bilbao, rector de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), aseguró que se trata de una estrategia del gobierno federal para dar una alternativa al problema de la cobertura, pero al final se fortalece la privatización de la educación.
Es incomprensible que se otorguen apoyos a las universidades privadas cuando las públicas enfrentan déficit financieros que, como en el caso de la UAEM, con una inversión adicional de sólo 200 millones de pesos podríamos salir adelante, pero esos recursos no nos llegan y seguimos sin poder alcanzar las metas de crecimiento.
Consideró que también es injustificable que cuando los modelos de crédito han fallado en otras regiones de América Latina, como en Chile y Colombia, donde los propios rectores exigen otras alternativas, aquí se apoye la entrega de créditos académicos, pues uno por ciento de las universidades privadas tienen ciento por ciento de sus programas académicos reconocidos por su calidad, en contraste con el esfuerzo que realizan las públicas.
René Asomoza Palacios, director general del Centro de Investigacion y de Estudios Avanzados del IPN, consideró que cualquier esfuerzo en favor de la educación es positivo, pero falta hacer muchas cosas en las instituciones públicas, como destinar más recursos a la investigación y creación de plazas para nuestros egresados de doctorado.
Ángel Cano Garza, rector de la Universidad Latina y presidente de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), consideró que quienes se vean beneficiados con los créditos académicos, cuyo monto puede alcanzar 215 mil pesos para licenciatura y 280 mil para posgrado, y no realicen los pagos correspondientes, entrarán al Buró de Crédito y tendrán problemas que ya conocemos cuando uno se ve inmerso en una deuda.
Dijo que el programa es todo un logro para las instituciones privadas y que en la primera etapa se buscará consolidar los créditos en 21 universidades particulares, sobre todo en aquellas que cuentan con la mayor matrícula, pues el préstamo no es a fondo perdido; quienes lo reciben están sujetos a los requerimientos y obligaciones de un préstamo bancario.
Cano Garza explicó que el PNFE depende de los recursos presupuestales de los próximos años y anunció que el programa será prioridad en la agenda con los candidatos a la Presidencia de la República, con quienes la FIMPES buscará reunirse en los próximos meses.
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Buscan reunir un millón de firmas para declarar moratoria
Los universitarios de EU, los más endeudados del mundo
Son parte del movimiento Ocupa
Empresarios y banqueros pretenden convertir la educación en mercado de lucro, acusan
David Brooks/Corresponsal/Periódico La Jornada
Miércoles 11 de enero de 2012, p. 4
Nueva York, 10 de enero. La actual generación de estudiantes universitarios en Estados Unidos es las más endeudada de la historia, lo que ha provocado crecientes protestas y una campaña para exigir una moratoria contra lo que se denuncia como parte de un esfuerzo de empresarios y banqueros por convertir la educación en un mercado más de lucro.
Los préstamos para educación superior en Estados Unidos están convirtiendo a generaciones de estudiantes en esclavos de la deuda, la cual ya excede a la de tarjetas de crédito, e imponen una carga de décadas de pagos que sólo beneficia a las instituciones bancarias y al negocio privado de la educación superior.
El total de deudas de estudiantes y trabajadores que buscan volver a capacitarse suma entre 550 mil y 800 mil millones de dólares (el Departamento de Educación y la Reserva Federal no tienen cifras precisas por ahora).
En 2011, el monto de préstamos estudiantiles superó 100 mil millones de dólares por primera vez. Ahora los alumnos solicitan el doble de préstamos que hace una década, reportó USA Today, y la deuda pendiente total se ha duplicado en los cinco años recientes.
Estos jóvenes aceptaron el equivalente a la hipoteca de una vivienda en deuda antes de gozar de un ingreso normal, basada en promesas falsas y sin saber que la deuda es inapelable (según las leyes estadunidenses), sin importar las circunstancias de vida o la capacidad de pago de los deudores, escribe Alex Pareene en la revista Salon.
Aun si, por algún milagro, nuestros egresados desempleados o subempleados de repente obtuvieran empleos decentes mañana, el dinero que ganarían se destinará a pagar los préstamos en lugar de algo productivo para la economía. En otras palabras, los bancos continuarán viendo utilidades masivas, advierte Pareene.
Según datos del Departamento de Educación sobre el sondeo que realiza cada cuatro años, acerca de cómo pagan los estudiantes y sus familias su educación superior, analizados por el Proyecto sobre Deuda Estudiantil, en 2008 67 por ciento de todos los egresados de licenciatura tenían deuda; 62 por ciento de egresados de universidades públicas y 72 por ciento de los de instituciones privadas sin fines de lucro; la cifra llegó a 96 por ciento entre egresados de centros de enseñanza superior privados con fines de lucro.
En 2012 se espera que dos tercios de egresados tendrán una deuda promedio de 29 mil dólares (hace dos décadas, menos de la mitad acababan la carrera con deuda, y el promedio era de sólo 10 mil dólares), reportó el Chicago Tribune.
En tanto, las colegiaturas en universidades públicas se han incrementado, en promedio, 8.3 por ciento, mientras cientos de universidades privadas ahora cobran entre 40 y 50 mil dólares al año por colegiatura y vivienda.
El gobierno de Barack Obama ha insistido en que la educación superior para jóvenes y trabajadores es lo más importante para superar la crisis económica, y ha promovido préstamos federales o garantizado créditos privados.
Por un lado, ahora los bancos tienen un buen negocio, promovido casi de la misma manera que con las hipotecas de vivienda tramposas que impulsaron para familias de bajos ingresos, que después detonaron la crisis financiera. Por otro, percibiendo un creciente mercado subsidiado por el gobierno, se multiplicaron las instituciones académicas de educación superior con fines de lucro (las principales universidades privadas del país son sin fines de lucro), que se han dedicado a matricular estudiantes con asistencia y préstamos federales, sobre todo alumnos de bajos ingresos o trabajadores que buscan volver a capacitarse al perder su empleo.
Una de éstas es la Washington Post Co, empresa matriz de The Washington Post, que ahora gana más en su sector de servicios de educación que en el negocio del periódico, dueña de Kaplan University, una cadena de universidades con fines de lucro, y la empresa financiera Goldman Sachs, que compró parte de la cadena de universidades con fines de lucro EDMC. Los ejecutivos de estos centros de educación ganan millones de dólares por su trabajo, reportó Bloomberg News.
La deuda es esclavitud: Ocupa
La deuda es esclavitud, afirman una y otra vez en pancartas y mantas en casi todas las acciones del movimiento Ocupa Wall Street desde que se inició en septiembre. Muchos de sus integrantes son jóvenes, recién egresados o aun estudiantes, que enfrentan un futuro inmediato cargado de deuda por una educación que, por el momento, no ofrece grandes oportunidades en medio de la peor crisis económica desde la gran depresión.
En noviembre del año pasado, desde el movimiento Ocupa en Nueva York se lanzó una campaña nacional de estudiantes y profesores cuyo propósito es lograr una moratoria de la deuda por educación.
Desde los primeros días del movimiento Ocupa Wall Street, la agonía de la deuda estudiantil ha sido un refrán constante. Hemos escuchado testimonios personales espeluznantes sobre el sufrimiento y la humillación de gente que cree que su deuda será impagable a lo largo de su vida, afirmó en ese momento el profesor Andrew Ross, de la Universidad de Nueva York, quien impulsó la campaña.
La campaña de deudores Ocupa la Deuda Estudiantil afirma que, “como miembros de las generaciones más endeudadas en la historia, nos comprometemos a parar los pagos de préstamos estudiantiles después de que un millón de nosotros hayamos firmado este compromiso. La deuda estudiantil está envenenando el proceso de la educación superior… La deuda distorsiona nuestras prioridades educativas y limita severamente nuestras opciones de vida”. Concluye: “la educación no es un producto y no debería ser un vehículo para generar deuda o utilidades para los bancos. La educación a todo nivel –desde prekínder a doctorado– es un derecho y un bien común”.
[Para mayor información: occupystudentdebtcampaign.org/]
En meses recientes, acciones de protesta contra las alzas en colegiaturas y otros costos, y contra la deuda, han sido realizadas por estudiantes en varios planteles de la Universidad de California, como en la Universidad de la Ciudad de Nueva York, insistiendo en una educación superior gratuita y de calidad, y en rechazo a la esclavitud del endeudamiento para pagar por la educación.

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