Por el pleno respeto al derecho de las personas

El 11 de marzo ya es una fecha emblemática para la nación mexicana. En 2010, después de una lucha de años, celebramos las primeras bodas gays en la ciudad de México, lo que constituye un paso importante por la ampliación del marco democrático y la lucha por las libertades de los ciudadanos. Sin embargo, a dos años, las mil 300 familias que nos hemos unido, continuamos sin que se reconozca nuestro derecho a la seguridad social.

Este hecho constituye una violación flagrante a la reforma constitucional aprobada en 2011 que reconoce los derechos humanos y el principio pro personae que establece que ante las distintas interpretaciones de una norma deberá elegirse la que más proteja al titular de los derechos, además de establecer la obligación del Estado mexicano de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos.

Es claro que los derechos de la comunidad de la diversidad sexual no son prioridad de las agendas de los partidos políticos representados en el Congreso, y ello lo confirma su pretendida exclusión de las candidaturas en curso de aprobación.

Las y los mexicanos comprometidos con el progreso social y económico exigimos que se ponga fin a esta práctica discriminatoria que rompe con el clima de paz y cordialidad que debe prevalecer entre nuestra sociedad y viola los principios de libertad e igualdad constitucionales.

¿Cuál es la vía que nos ofrecen el gobierno federal y los partidos políticos representados en la Cámara de Diputados para quienes exigimos revertir la exclusión social por identidad sexual de las personas, y sus efectos nocivos, como las agresiones, crímenes de odio y transmisión de VIH/sida?

Su omisión avala la agresión homofóbica de Juan Pablo Castro Gamblé, joven panista a quien denunciaremos, pues en efecto, los jotos estamos cansados de los ataques a nuestra dignidad y la de nuestras familias.

Jaime López Vela, Agenda LGBT