MÉXICO, D.F. (apro).- Grupo Televisa exigió una “disculpa pública” al periódico británico
horas
después que se publicara el reportaje “Archivos de computadora vinculan
tratos sucios de televisión al favorito a la Presidencia de México”, en
el que se reitera que la mayor cadena de televisión en México vende sus
espacios informativos y de entretenimiento a “prominentes políticos”
como Enrique Peña Nieto.
A su vez, la Coordinación de Comunicación
Social del candidato presidencial priista desmintió la información del
rotativo británico y de “manera categórica” afirmó: “desconocemos los
documentos a los que se hace referencia en el artículo publicado”,
durante la administración peñista “no existió ningún contrato de ese
tipo” y “todos los contratos de comunicación” están disponibles en el
portal de transparencia del gobierno mexiquense.
En un escueto
comunicado de 10 puntos, Grupo Televisa acusa a la corresponsal Jo
Truckman de mentir y de haber sido “sorprendida” por un material
apócrifo “que ha sido reiteradamente publicado y desmentido”.
En el punto 9 de su decálogo, Grupo Televisa advierte:
“La reportera reconoce que se trata de los mismos datos presentados en 2005 por Jenaro Villamil en la revista Proceso, los cuales han sido reiteradamente desmentidos y desconocidos por las partes a lo largo de siete años”.
Es
decir, Grupo Televisa respondió por la empresa y por el Gobierno del
Estado de México, mencionado en el reportaje como uno de los clientes de
la televisora para venderle 200 noticias, informes, entrevistas, tan
sólo entre 2005 y 2006.
En su comunicado, la empresa dirigida por
Emilio Azcárraga Jean señala que “los documentos a los que alude el
reportaje no fueron mostrados a Televisa, por lo que no pudimos dar una
opinión de algo que desconocemos”.
“La reportera tampoco compartió con sus lectores los documentos base del reportaje”, agrega en el punto 3.
Dando lecciones de periodismo, el comunicado advierte en el punto 4:
“La
falta de rigor periodístico con que fue escrito, se exhibe en que en el
artículo la reportera usa ocho veces la palabra ‘aparentemente’ pero
ésta no figura en el título. Todos son ‘apariencias’”.
“La
reportera atribuye dichos documentos a una persona de nombre Yessica de Lamadrid aunque el mismo artículo señala que ella rechaza la validez de
los mismos”, indica.
“El supuesto contratante (Gobierno del Estado de México) también negó conocer los documentos a los que se refiere la reportera”.
“El
reportaje señala que ‘había un cliente que pagó mucho dinero’. Así nada
más, sin precisar qué cliente ni cuánto dinero”, advierte en el punto
siete.
“Simples documentos sin firma, sin logotipo y con registros
electrónicos que desde cualquier computadora se pueden crear o alterar,
no son pruebas de nada en ningún país”, sentencia la empresa.
“La
reportera miente al decir que Televisa no difundió nada de las
protestas anti Peña en la Ibero y que dio una amplia cobertura a los
ataques a los jóvenes”.
El desmentido de Grupo Televisa no
menciona nada sobre el papel de Alejandro Quintero, su vicepresidente de
Comercialización, ni sobre el proyecto negociado con el gobierno de
Vicente Fox para “asegurarse de que López Obrador” no ganara las
elecciones del 2006.
En su último párrafo, Televisa informa que recurrió a Chris Elliot, responsable de contenido, y a Alan Rusbridger, de The Guardian “para
que realicen una investigación a fondo y ofrezcan una disculpa pública a
Grupo Televisa. De igual manera se está pidiendo la intervención a la
Press Complaints Comisión”.
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