No a la reforma laboral del PRIAN
Araceli Damián*
El pasado viernes 21 de septiembre un nutrido contingente
marchó para manifestar su repudio a la reforma laboral presentada por Felipe
Calderón. Este lamentable personaje de la vida nacional no se conforma con haber
iniciado una absurda y fallida “lucha” contra el narcotráfico que ha causado
decenas de miles de muertos en el país, sino que quiere cerrar su gestión con
“broche de oro”, golpeando los derechos laborales.
Dados los tiempos y la forma en que se presentó la reforma (como
iniciativa preferente), parecería que es la moneda de cambio ofrecida por
Calderón al teleimpuesto presidente Enrique Peña Nieto, para “cargar” con el
costo político (aunque ya no tiene nada que perder) a cambio de inmunidad ante
futuras investigaciones sobre delitos cometidos durante su sexenio. Cabe
mencionar que la reforma no parece haber sido diseñada por el equipo
calderonista, el cual ha mostrado una total falta de “inteligencia” política,
sino por los propios líderes priístas, que saben muy bien cómo negociar con las
huestes sindicales charras emanadas de su propio partido.
Es una reforma laboral tramposa porque se introdujeron cláusulas
que obligan a los sindicatos a la transparencia y a garantizar el voto secreto
de los agremiados, a sabiendas que los líderes charros estarían dispuestos a
aprobar la reforma, si se eliminan las cláusulas que ponen en peligro sus
propios e ilegítimos intereses. La zanahoria es bastante grande como para
arriesgarla: sin este obscurantismo sindical no podría haber riquezas como la de
la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo y del charro petrolero Carlos
Romero Deschamps.
Este y otros temas fueron abordados en el Seminario sobre la
iniciativa de Reforma Laboral del Ejecutivo Laboral, realizado también el pasado
viernes en El Colegio de México. Participaron distinguidos especialistas en el
tema, Enrique de la Garza (Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa),
Graciela Bensusán (Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco), Edith
Pacheco (El Colegio de México), Héctor de la Cueva del Cilas (Centro de
Investigación Laboral y Asesoría Sindical), así como Pablo Gómez (ex senador
por parte del Partido de la Revolución Democrática), Josue Marachis Gastelum (representante
del #Yo soy 132, de El Colegio de México), Julio Boltvinik (organizador) y una
servidora (ambos profesores del Colmex).
De la Garza y Bensusán señalaron que son falsas las bondades
ofrecidas por la reforma laboral en materia de aumento de la productividad y el
empleo, ya que no se abordan los problemas medulares de producción en el país.
De acuerdo con de la Garza, el crecimiento de la productividad por trabajador
durante el periodo neoliberal en México, ha sido menor a la observada en el
periodo de sustitución de importaciones, aun cuando el primero se ha caracterizado
por una mayor flexibilidad laboral.
Uno de los problemas de la reforma identificados por este
prestigiado académico es que, en lugar de proponerse alcanzar el aumento del
valor agregado por ocupado o por hora trabajada (principal objetivo de la
reforma) a través de una mayor inversión, se pretende alcanzarlo mediante la
precarización del empleo.
Por un lado, la contratación se hace más precaria al
permitir que el empleador contrate como quiera (a prueba, por hora, por
temporada, etc.), en las condiciones que quiera (tiempo parcial, subcontratado)
y pueda despedir cuando quiera, ya que se reducen los derechos laborales haciendo
casi imposibles las huelgas, se cierra el paso al sindicalismo legítimo y se
reduce a un año el pago de salarios caídos en caso de demanda laboral por
despido injustificado, cuyos juicios duran hasta cinco años.
Bensusán planteó que los supuestos sobre los cuales se funda
la ley (a mayor flexibilidad, más empleo y productividad) son falsos. Señaló
que no existe ninguna evidencia empírica a nivel mundial que muestre que la
flexibilidad en el empleo aumenta el crecimiento económico; por el contrario, señaló
que se ha comprobado que durante las crisis económicas los países con mayor
flexibilidad laboral son los que tienen mayores problemas para enfrentarlas.
Subrayó que la reforma laboral no aborda el mayor problema que tiene el país:
la desigualdad. Para Bensusán mientras ésta no se resuelva, no podrá haber
crecimiento económico y, por tanto, tampoco habrá el número de empleos que requiere
el país.
Planteó que es falso hablar de que el mercado laboral en
México es poco flexible, ya que las estadísticas muestran que la rotación del
personal es de 70% anual. Subrayó que la reforma busca que el país obtenga las
“estrellitas” necesarias para mejorar su posición en las clasificaciones
internacionales, pero que ninguna reforma laboral de papel cambiará el problema
estructural del empleo en México.
Otro de los grandes problemas de la reforma,
señalados en el seminario es que se modifica el concepto de salario, éste se vuelve
más flexible al dar un mayor peso a los bonos de productividad. De acuerdo con
de la Garza ello afectará todas las prestaciones asociadas al salario, ya que
la parte “flexible” (los bonos) no cuenta para el cálculo del pago de jubilaciones,
antigüedad, primas vacacionales, etc. Además, desaparece el escalafón por
antigüedad y se sustituye por el de productividad, lo cual lacera derechos
laborales fundamentales.
Si esta reforma se aprueba, los que votaron por el PRIAN llevarán
a cuesta la responsabilidad y tendrán que dar la cara a sus hijos, ya que serán
las nuevas generaciones las más afectadas.
*El Colegio de México,
www.aracelidamian.org
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR