EN CORTO
José Luis Avendaño C.
De telenovela
Después de 12 años, regresa el PRI a la presidencia, aunque en la práctica nunca dejó de ser partido hegemónico,
al tener la mayoría de las gubernaturas, congresos locales y alcaldías,
y al tener –unas veces de la mano del Verde y Nueva Alianza, otras
veces con el PAN— la mayoría legislativa. Así, el PRI nunca se fue del todo.
Ahora, bajo el sino del Estado privatizado, viene por todo o por el resto.
Los
personajes que forman el gabinete, dividido en político y de seguridad,
y económico-social no auguran un mayor cambio respecto a lo que vimos
durante los 12 años del panismo. Salinistas, hijos de éstos o de la escuela salinista. De estirpe jurásica. Los dinos andan sueltos.
La intención (en calidad de veremos) de hacer de Gobernación una súper secretaría al querer concentrar las funciones de política interior y de seguridad pública, reflejan la necesidad de hacer de la seguridad un asunto político:
seguridad de las personas, de las instituciones, del sistema tal cual,
en la que la democracia –con todo lo incipiente que es, es un peligro
social— es secundaria.
De la misma forma, el crecimiento es secundario, sacrificable, respecto a la estabilidad macroeconómica. Lo que le importa al mercado, maltrecho y chiquito, es la salud de la bolsa de valores (el 1%), y no la de los millones de bolsillos del común de la gente (el 99%), que podrían fortalecerlo, pero cuya miseria y desigualdad –acicates de la vieja lucha de clases— acaba por infectar el sistema. Un feo termino, el de la lucha de clases, que se trata, inútilmente, de exorcizar.
Por cierto, Paul Krugman se refiere a las luchas de clases en el año que termina. En su columna, el Premio Nobel de economía, que lejos está de ser marxista, considera que la pasada elección presidencial en Estados Unidos fue una muestra de la lucha entre los muy ricos –la plutocracia—
contra la clase media y los pobres. “Lo importante de entender ahora es
que mientras la elección pasó, la lucha de clases no” (The New York Times, 29-11-2012). Una elemental clase de economía política.
Regresemos
a México. José Antonio Meade, alumno de Pedro Aspe y ex secretario de
Hacienda saliente, es secretario de Relaciones Exteriores con PN, lo que
acentúa el carácter económico de la diplomacia, que incluye el libre
comercio y la migración, pero, sobre todo, la integración energética (petróleo, gas natural, electricidad, agua) con Estados Unidos, como extensión de la cadena productiva americana.
Otra
mención es la Rosario Robles al frente de la Secretaría de Desarrollo
Social. Economista por la UNAM, jefa del Gobierno del Distrito Federal,
sustituyendo a Cuauhtémoc Cárdenas, cuando éste fue candidato a la
presidencia, le ganó el corazón y salió del PRD –nacido como izquierda del PRI—, y ahora reaparece en un gobierno priista.
La política social es el complemento de la política económica, su envés y resultado. Política que se ha reducido a lo asistencialista,
a aminorar los efectos de la política neoliberal. A falta de empleos
formales y salarios dignos, pulverizados por el dogma neoliberal
prevaleciente, subsidios y transferencias, que parecen dádivas y
resultan insuficientes frente al crecimiento de la pobreza.
La
mejor y única política social que vale, se debe traducir en empleo
formal y salario remunerador, que sirva para detonar el crecimiento
económico sostenido a través del mercado interno. Es el salto
cualitativo del mero crecimiento al desarrollo. De lo contrario,
seguiremos en las mismas. Esto último es lo más probable, pues todo
indica que no habrá cambio de orientación y política económica, y que
seguirá dominando el Estado privatizado.
¿Qué
tanto cambiará la estrategia de la guerra contra el narcotráfico? ¿Qué
tanto aumentará la seguridad y disminuirá la violencia? ¿La educación y
la cultura se manejarán bajo los criterios televisivos de la desinformación y el show?
El
sexenio comienza con un déficit de cinco millones de empleos formales,
para no hablar del déficit público o del presupuestal de las entidades
del país. ¿Cómo es que, con precios que rozaron los 100 dólares el
barril de petróleo, apenas se creció una tasa anual 1.9 por ciento en el
sexenio calderonista?
Blanquiazul o tricolor, es, como sintetiza Carlos Fernández-Vega (México SA, La Jornada, 1-12-2012), “más de lo mismo”. Y más de lo mismo, con el mismo modelo neoliberal, dará los mismos erráticos resultados en materia económica. “Su
gobierno estará al servicio del gran capital y de los intereses más
retrógrados y reaccionarios del país”, dice Arnaldo Córdova de EPN
(La Jornada, 2-12-2012).
Es hora –en una producción al estilo Televisa—, de la telenovela sexenal. Es hora, pues, del melodrama.
Violencia y mensaje. El montaje
Mapa Cerco militar |
Todo
se inició una semana antes, con el cierre de calles y seis estaciones
al Metro, cercanas a san Lázaro, sede de la Cámara de Diputados. El
cerco, que afectaba en primer lugar a vecinos, parecía desmedido. Yo Soy 123 había anunciado movilizaciones contra la imposición del candidato de la televisión.
El
sábado 1 de diciembre, a media noche, Felipe Calderón le entregó la
bandera nacional a Enrique Peña Nieto, símbolo de que formalmente, desde
el primer minuto de ese día, era Presidente de México. En una ceremonia
de siete minutos, en la Cámara de Diputados, con una oposición de izquierda alebrestada, EPN recibió la banda presidencial.
Ya, en Palacio Nacional, Peña Nieto dio su primer mensaje: cinco ejes y 13 acciones de gobierno, entre ellas una cruzada nacional contra el hambre y abrir a la competencia las telecomunicaciones. ¿Qué tanto? Un guiño al poder fáctico del duopolio televisivo.
Su oferta es hacer de México una sociedad de clase media. Desafío descomunal con más de 80 millones de pobres –caldo de cultivo explosivo— o al menos con una carencia social.
El cerco policiaco-militar parecía desmedido. Pero no. El malestar se respira por doquier. El escenario estaba listo para la violencia y la represión,
que se concentró en San Lázaro y se fue extendiendo, mientras
transcurría la mañana, a otros lugares, en particular en la recién
remozada Alameda Central, que recordaba el mural de Diego Rivera.
Vestidos de negro, encapuchados, con máscaras antigás, palos y tubos. ¿Les recuerda algo? Otra manera de descalificar y criminalizar la protesta social.
Como en los viejos tiempos
La nueva administración busca recuperar el tiempo perdido (¿12 años?). Vuelven los tiempos de los pactos. El día 2, en el alcázar del Castillo de Chapultepec, partidos y gobierno federal suscriben el Pacto por México.
Incluye cinco acuerdos: 1) Sociedad de derechos y libertad; 2)
Crecimiento económico, empleo y competitividad; 3) Seguridad y justicia;
4) Transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción, y 5)
Gobernabilidad democrática.
En el corto plazo, irán por tres reformas:
en telecomunicaciones, educación y responsabilidad hacendaria, que
garantice un mayor control de las finanzas de los estados. Las tres
significan pisar uno que otro callo. ¿El PRI sí puede?
Un párrafo significativo del Pacto, dice, sin dar nombres ni apellidos: “La creciente influencia de poderes fácticos frecuentemente reta la vida institucional del país y se constituye en un obstáculo para el cumplimiento de las funciones del Estado mexicano.
En ocasiones, estos poderes obstruyen en la práctica el desarrollo
nacional, como consecuencia de la concentración de la riqueza y poder
que está en el núcleo de nuestra desigualdad. La tarea del Estado y de sus instituciones en esta circunstancia de la vida nacional debe ser someter, con los instrumentos de la ley y en un ambiente de libertad, los intereses particulares que obstruyan el interés nacional”.
Empleo y desempleo. La incómoda realidad
Los inadvertidos: Reséndiz |
El éxito y eficacia de una política económica se mide por su política social, a través del bienestar de la población, en términos de empleo. Por los resultados, Felipe Calderón fue el presidente del empleo –su compromiso de campaña—, pero del empleo informal, precario, como corresponde a un crecimiento mediocre, que no crecio en términos de Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, lo que representa estancamiento económico y regresión social.
Una economía que se mantuvo a flote, o que no se hundió más, primero, por las remesas –trabajo mexicano en el exterior—, y después por la actividad de la economía informal, incluyendo la narcoeconomía (ésta suma más de 20 mil millones de dólares), con la respectiva generación de empleo precario y sin prestaciones.
El 58 por ciento de los empleos, casi seis de cada 10,
creados en el sexenio de Felipe Calderón fueron informales, afirma un
estudio del Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Facultad
de Economía de la UNAM. Más importante aún, más grave, es que nos diga
que la tasa de desempleo no es lo que se nos dice (hoy de 5.2 por
ciento), sino que, según los estándares internacionales, es tres veces mayor:
15.1 por ciento, lo que afecta a 8.6 millones de personas, 2.1 millones
más que al inicio del anterior sexenio, es decir, diciembre de 2006 (La Jornada, 29-11-2012). Una
cifra más realista, y nosotros que presumíamos que teníamos una tasa más baja que la de Estados Unidos. Otra desilusión.
Submundo de la reforma laboral
Última aportación: Magu |
“A pesar de tres décadas de estancamiento productivo
y de un aumento alarmante de la pobreza en el país, producto de un
incremento en el grado de explotación del trabajo por la vía de la contención deliberada de los salarios y de la precarización del trabajo, así como de una política económica del estancamiento,
que tienen como propósito abaratar los costos de producción de las
empresas y orientar la economía a los mercados de exportación,
particularmente al estadunidense, la clase política insiste en impulsar
una reforma laboral que
profundizará aún más el retraso productivo y llevará a la población a
niveles de miseria inéditos en la historia del país”. Así lo señala
Laura Juárez Sánchez, investigadora de la Universidad Obrera de México,
en el número de septiembre-octubre de 2012 de la revista Trabajadores de la misma UOM.
“La
contención deliberada de los salarios y la precarización del trabajo
son de las principales causas del estancamiento de la economía por la
presión a la baja del ingreso de los trabajadores que ejercen ambas
medidas, de tal manera que la pérdida del poder adquisitivo de los salarios afecta la capacidad de consumo de los trabajadores
y, por consiguiente, la inversión y el empleo de las ramas relacionadas
con los bienes y servicios salario de los trabajadores”.
Desde Washington
Como marco de la visita de Enrique Peña Nieto, The Washington Post dice, en su edición del 28 de noviembre:
Preparandose para el Juicio: El Fisgón |
“El
presidente Felipe Calderón, quien envió batallones de soldados
pobremente entrenados a las calles para pelear contra poderosas
organizaciones transnacionales del crimen organizado, deja el campo de
batalla esta semana con, al menos, 60 mil muertos por violencia
relacionada con las drogas y la guerra esencialmente estancada”. Más
adelante, el influyente diario de la capital estadunidense habla de más
de 100 mil muertos y más de 35 mil desaparecidos en los últimos seis años debido a la guerra antinarco.
Menuda herencia
a la nueva administración: su éxito, en la percepción de la gente,
estará en función del número de muertos y/o violencia que contenga.
Seguridad energética
Más
que la migración y la seguridad, existe un tema vital en la relación
bilateral México-Estados Unidos: el de la energía; específicamente, el
petróleo, que pinta de negro dicha relación. El abasto seguro es lo que
le interesa, sobremanera, a EU, y México se halla dispuesto a ofrecer.
Por eso, se afana en la reforma energética. Ésta significa abrir Pemex y
la Comisión Federal de Electricidad a la inversión privada, nacional y
extranjera, aunque se insiste que no significa su privatización.
El 26 de noviembre, en la víspera de su encuentro con el presidente Barack Obama, Enrique Peña Nieto, señaló: “No
rendiremos la propiedad mexicana de sus recursos energéticos y no
privatizaremos nuestra empresa petrolera administrada por el Estado,
Petróleos Mexicanos. Sin embargo, daremos la bienvenida a nuevas
tecnologías, nuevas asociaciones y nuevas inversiones. Junto con Estados
Unidos y Canadá, esto muy bien podrá contribuir a garantizar la
independencia energética de América del Norte” (La Jornada, 27-11-2012).
Frontera segura, pero también abasto seguro de petróleo.
Presiones sobre México
PEMEX El Futuro esta cerca. El Fisgón |
Estados
Unidos busca que, definitivamente, México abra su sector energético
–léase Pemex— a la inversión privada extranjera. La necesita para
explotar los yacimientos en aguas profundas, pues no cuenta con la
tecnología necesaria para extraer gas natural.
Estuvo en la UNAM Michael Klare, autor de La guerra de los recursos, quien vino a hablar de fracking (fracturación hidraúlica) que asoció como asalto, pues su utilización tiene efectos ambientales y sobre el cambio climático. Es habitual colaborador de TomDispatch.com
Gaza
“Para justificarse, el terrorismo de Estado fabrica terroristas:
siembra odio y cosecha coartadas. Todo indica que esta carnicería de
Gaza, que según sus autores quiere acabar con los terroristas, logrará
multiplicarlos.
“Desde
1948, los palestinos viven condenados a humillación perpetua. No pueden
ni respirar sin permiso. Han perdido su patria, sus tierras, su agua,
su libertad, su todo. Ni siquiera tienen derecho a elegir sus
gobernantes. Cuando votan a quien no deben votar, son castigados.
Gaza está siendo castigada. Se convirtió en una ratonera sin salida,
desde que Hamas ganó limpiamente las elecciones en el año 2006. Algo
parecido había ocurrido en 1932, cuando el Partido Comunista triunfó en
las elecciones de El Salvador. Bañados en sangre, los salvadoreños
expiaron su mala conducta y desde entonces vivieron sometidos a
dictaduras militares. La democracia es un lujo que no todos merecen.
“Son hijos de la impotencia los cohetes caseros que los militantes de Hamas, acorralados en Gaza, disparan con chambona puntería sobre las tierras que habían sido palestinas y que la ocupación israelí usurpó.
Y la desesperación, a la orilla de la locura suicida, es la madre de
las bravatas que niegan el derecho a la existencia de Israel, gritos sin
ninguna eficacia, mientras la muy eficaz guerra de exterminio
está negando, desde hace años, el derecho a la existencia de Palestina.
Ya poca Palestina queda. Paso a paso, Israel la está borrando del mapa.
“Los colonos invaden, y tras ellos los soldados van corrigiendo la frontera. Las balas sacralizan el despojo,
en legítima defensa. No hay guerra agresiva que no diga ser guerra
defensiva. Hitler invadió Polonia para evitar que Polonia invadiera
Alemania. Bush invadió Irak para evitar que Irak invadiera el mundo. En
cada una de sus guerras defensivas, Israel se ha tragado otro pedazo de
Palestina, y los almuerzos siguen. La devoración se justifica por
los títulos de propiedad que la Biblia otorgó, por los dos mil años de
persecución que el pueblo judío sufrió, y por el pánico que generan los
palestinos al acecho.
“Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas,
el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el
que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país
que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad
con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español
no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con
ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para
liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de
eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia
mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?
“El ejército israelí, el más moderno y sofisticado del mundo, sabe a quién mata. No mata por error. Mata por horror.
Las víctimas civiles se llaman daños colaterales, según el diccionario
de otras guerras imperiales. En Gaza, de cada diez daños colaterales,
tres son niños. Y suman miles los mutilados, víctimas de la tecnología
del descuartizamiento humano, que la industria militar está ensayando
exitosamente en esta operación de limpieza étnica.
“Y como siempre, siempre lo mismo: en Gaza, cien a uno. Por cada cien palestinos muertos, un israelí.
“Gente peligrosa, advierte el otro bombardeo, a cargo de los medios masivos de manipulación,
que nos invitan a creer que una vida israelí vale tanto como cien vidas
palestinas. Y esos medios también nos invitan a creer que son
humanitarias las doscientas bombas atómicas de Israel, y que una
potencia nuclear llamada Irán fue la que aniquiló Hiroshima y Nagasaki.
“La llamada comunidad internacional, ¿existe?
“¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?
“Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial
se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos
vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las
posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad.
“Ante la tragedia de Gaza, los países árabes se lavan las manos. Como siempre. Y como siempre, los países europeos se frotan las manos.
“La
vieja Europa, tan capaz de belleza y de perversidad, derrama alguna que
otra lágrima mientras secretamente celebra esta jugada maestra. Porque
la cacería de judíos fue siempre una costumbre europea, pero desde hace
medio siglo esa deuda histórica está siendo cobrada a los palestinos, que también son semitas
y que nunca fueron, ni son, antisemitas. Ellos están pagando, en sangre
contante y sonante, una cuenta ajena” (Eduardo Galeano, La Jornada, 28-11-2012).
“Ya poca Palestina queda. La implacable devoración del mapa invoca títulos de propiedad, generosamente otorgados por la Biblia, y se justifica por los dos mil años de persecución que el pueblo judío sufrió.
“La cacería de judíos fue, siempre, una costumbre europea; pero los palestinos pagan esa deuda ajena” (Eduardo Galeano. Los hijos de los días. Siglo XXI editores. México. 2012).
El 29
de noviembre, con los votos en contra de Israel y Estados Unidos, la
Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce a Palestina como “estado observador no miembro”. Pero, ¿hasta cuándo seguirá la impunidad de Israel?
Para mostrar la indignación:
MURO DE LA INDIGNACIÓN
Muro de los jovenes #YoSoy132 para manifestar su repudio a la Imposición y desconocimiento de Enrique Peña Nieto, Mexico No tiene Presidente, desde Madrid |
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