EN CORTO
José Luis Avendaño C.
Chapopote
Inauguración de sexenio: Ahumada |
No me refiero a la explosión en la torre 2 de las oficinas corporativas de Pemex, en la ciudad de México el 31 de enero, sino a la estela de narcoviolencia en los primeros dos meses de la administración de Enrique Peña Nieto, como si el país no hubiera cambiado. En diciembre de 2012 y enero de 2013 se contabilizaron mil 758 muertos, 28 en promedio al día (La Jornada, 1-2-2013).
Para el crimen organizado no hubo 1 de diciembre, 1 de enero, Pacto por México, reestructuración de la administración federal…
De policías comunitarias y sicarios
No es por casualidad que en las entidades más pobres del país, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, hayan aparecido las llamadas policías comunitarias. Son las entidades con mayor pobreza, aunque sus territorios sean ricos en recursos; con mayores índices de injusticia, donde la procuración de justicia es deficiente. A presuntos culpables de diferentes delitos, los llevan ante tribunales populares
A una de estas instancias de justicia ciudadana –anticonstitucionales—, fue entregado un niño de 12 años por su abuela, y al que “estaban entrenando como pinche sicario”, cuenta él mismo, en una narración cruda: “En Chilpancingo vi cómo despedazan a la gente y la trituran; los compas (los
delincuentes) me invitan, me llevan por la carretera y me enseñan cómo
tienen a la gente amarrada, cómo te van quitando las manos y los pies,
la cabeza y sus partes, y por eso, pensando que ahí se gana dinero fácil, me fui, y ahora me anda buscando en el pueblo el compa que me llevó, pero ya no quiero. Por eso mi abuelita me entregó a la policía comunitaria”. Y en ese tono sigue el estrujante relato (La Jornada, 1-2-2013).
De violencia y violaciones
Por la ineficiencia de la policía es que las fuerzas armadas salieron a las calles a combatir al crimen organizado, particularmente al narcotráfico. El estar en medio la población civil, ha derivado en múltiples violaciones de los derechos humanos, pues en el recuento no se ha discriminado entre ejecuciones (ajustes entre narcos) y daños colaterales (civiles que se encontraban en el lugar
equivocado a la hora equivocada). De ahí las denuncias en contra de elementos del Ejército y la Armada.
El
informe anual de Human Rights Watch documenta que la tortura es
“práctica generalizada”, así como la ausencia de la protección de los derechos de las mujeres, los trabajadores, los migrantes y los periodistas (La Jornada, 1-2-2013).
De ideologías y políticas
Cambio de estatutos |
A propósito de la apertura de Pemex, que es modernización y no privatización,
se insiste, el PRI dijo estar dispuesto a modificar sus documentos
básicos, a partir de su relación con el petróleo, expropiado el 18 de
marzo de 1938 por el presidente Lázaro Cárdenas. Desde entonces, ha sido
símbolo, y hoy último reducto, del nacionalismo económico, al igual que Pemex, la empresa pública que lo administra; actualmente bajo el asedio privatizador de las grandes corporaciones.
En Davos, Suiza, durante el 43 Foro Económico Mundial, donde se reúnen las élites económica y política –muchas veces, una sola—, el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, dijo que se buscará concretar la reforma energética este mismo año, a través del
acuerdo que tienen los partidos políticos con el Pacto por México, y para la cual es necesario cambiar el marco legal (la Constitución). Lamentó que durante años el tema fue visto desde un punto de vista ideológico y de lo que se trata, hoy, es de eficiencia (La Jornada, 26-1-2013).
No es un secreto que Pemex es objeto de saqueo, además de que cualquier empresa normal que tuviera bajo el trato fiscal que
tiene la paraestatal, al aportar la tercera parte del presupuesto, no
dudaría mucho en el mercado. Los que inviertan, no les gustará que sus potenciales ganancias sean impuestos. De ahí que la reforma de Pemex vaya de la mano con la reforma fiscal.
Cuando el PRI se refiere a cambiar sus documentos básicos, quiere decir mudar de ideología que lo sustenta, precisamente, como ideología de la Revolución Mexicana (RM). Pero, ¿de cuál Revolución estamos hablando? ¿A qué momento de ella nos estamos refiriendo? ¿A cuál ideología?
Se
suele encapsular la RM en los límites del calendario: del 20 de
noviembre de 1910 (“a las seis de la tarde”, precisó Madero) al 5 de
febrero de 1917, cuando Venustiano Carranza promulga la Constitución,
que todavía nos rige: lo que tiene que ver con el petróleo, se trata en
los artículos 27 y 28. Muchos llevan la RM más allá y lo ven como movimiento y proceso
que aún no termina o que está en constante cambio, y que se materializa
en las diferentes obras e instituciones, algunas de las cuales se
resisten a desaparecer, a pesar del embate neoliberal.
Y no hay que olvidar que la RM no se dio en el vacío, porque sí, sino que tiene raíces y precursores, sin olvidar las facciones en pugna: las que ganaron y transformaron la Revolución en gobierno y partido, que la hicieron toda una respetable señora Institución, de ahí el nombre de PRI. También, las facciones que perdieron, pero de raíces más profundas y populares, ligadas a la tierra y el trabajo, representadas por Zapata y Villa.
Adolfo Gilly la ve como una revolución interrumpida, y otros, bajo el modelo neoliberal, la contemplan como una contrarrevolución, hace ya 30 años.
El acuerdo político de las distintas facciones en conflicto, producto de la negociación de
la tercera década del siglo XX, y que se concreta al fundarse el
Partido Nacional Revolucionario, abuelo del PRI, el 5 de marzo de 1929,
va desarrollando el movimiento revolucionario, que tiene un momento estelar ese 18 de marzo de 1938. Pero, también, la RM determina credos y prácticas, muchas de las cuales no alcanzan a traducirse en políticas, cuando más en programas. Uno de esos programas, determinantes en el plano ideológico, es el Partido Liberal, de los
hermanos Flores Magón, entre otros.
En su Manifiesto, del 1 de julio de 1906, que se publica en Regeneración, el Partido Liberal Mexicano dice: “Cuando los millones de parias que hoy vegetan en el hambre y la desnudez coman menos mal,
usen ropa y calzado y dejen tener petate por todo ajuar, la demanda de
mil géneros y objetos, que hoy es insignificante, aumentará en
proporciones colosales, y la industria, la agricultura, el comercio, todo, será materialmente empujado a desarrollarse en una escala que jamás alcanzaría mientras subsistan las actuales condiciones de miseria general”.
Nada que suene a socialismo o anarquismo,
con el que después se asocia a Ricardo Flores Magón. Enseguida, Gastón
García Cantú concluye: “El del Partido Liberal Mexicano era un plan de
reformas sociales que, si bien atendía a la condición de campesinos y
obreros, era, en realidad, un programa para la burguesía nacional. El capítulo más importante del programa señala la creación de un mercado interno
para el desarrollo de la industria, y el acrecentamiento del comercio a
expensas de aliviar la situación popular con mejores salarios y mayores
cultivos” (Idea de México IV. Ensayos 2. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/Fondo de Cultura Económica. México. 1991).
Si buscamos las raíces de este pensamiento económico liberal, cuyo objetivo sería la formación de una fuerte clase media, ellas se encuentran, no en Juárez, sino en Morelos, cuando, en Los Sentimientos de la Nación (1814), habla de “moderar opulencia e indigencia”; es decir, ni pocos ricos y muchos pobres, que es el signo más evidente de la desigualdad, característica de la sociedad mexicana de entonces y de hoy, y que cruza 202 años de Independencia y 102 años de Revolución.
Así que, independientemente de ideologías y políticas, incluyendo la actual cruzada contra el hambre, lo que importa es en qué se utiliza el excedente petrolero: si en beneficio de unos cuántos, como hasta hoy, o en beneficio de la gran mayoría pobre del país.
La decena trágica
Calle Bucareli en la Decena Trágica |
A propósito de la Revolución, el 9 de febrero se cumplen 100 años del inicio de la decena trágica, que culminó con los asesinatos del presidente Francisco I. Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez, por un golpe de Estado que instaló a Victoriano Huerta en la presidencia, con la ayuda de Estados Unidos. Madero, hijo de una pudiente familia de Coahuila, se convirtió en apóstol de la democracia y mártir de la Revolución.
Es hora de la reforma migratoria
En un emotivo discurso, que fue coreado por la comunidad latina, al grito de “¡Sí se puede… sí se puede!”, el presidente Barack Obama dijo que “es hora de una reforma migratoria”, que permitiría la legalización de 11 millones de personas. Una reforma que se ha frustrado en la última década, a raíz de la política antimigrante, como secuela de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Obama, hijo de padre keniano, recordó que Estados Unidos es un país de migrantes y que “ahora es el momento –“now is the time”— para encontrar una mejor manera de dar la bienvenida a aquellos inmigrantes que ven a América como la tierra de la oportunidad… a menos de que uno sea uno de los primeros americanos, un americano nativo, llegaste de algún otro lugar. Alguien te trajo”.
Esto, sin olvidar aplicar las leyes migratorias, que incluyen fortalecer la seguridad de las fronteras,
proceder contra empresas que contratan indocumentados y establecer un
sistema de verificación de la calidad migratoria de los trabajadores.
Una condición para adquirir la ciudadanía es aprender inglés.
Curiosamente, él quien había prometido una reforma migratoria al inicio de su primer mandato, es el presidente que más deportaciones ha hecho: un promedio anual de 400 mil desde 2009 (La Jornada, 30-1-2013).
Pacto por el rescate de la nación
Existen otros pactos, aparte del Pacto por México, suscrito por los partidos políticos y el Ejecutivo, que hasta ahora ha servido para legitimar la entrega (el entreguismo del país), vía las contrarreformas, como la laboral y la energética.
Los firmantes de la Proclama por el rescate de la nación, convocan al encuentro Hacia un pacto por el rescate de la nación y contra el neoliberalismo,
al advertir que “nuestra patria se encuentra ante el grave riesgo de
dejar ser una nación libre y soberana”. Y es que, al calor del
neoliberalismo, hemos dejado en el camino girones de independencia nacional.
La cita es el 16 de febrero en la Universidad Obrera de México (UOM).
Proponemos abordar el intercambio de ideas y propuestas con la siguiente
agenda: 1. Panel sobre el Pacto Neoliberal, la Resistencia y la
Desobediencia Civil Pacificas; y 2. Caracterización del Pacto de los
Neoliberales y cómo enfrentarlo: Retos, iniciativas y estrategias.
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