A 100 años de distancia
FOTÓGRAFOS DE LA DECENA TRÁGICA SALEN A LA LUZ
*** El suceso revolucionario registrado en 1913, fue el de mayor
cobertura por fotógrafos nacionales, como Eduardo Melhado y Samuel
Tinoco, Abraham Lupercio y Ezequiel Carrasco
*** El 7 y 8 de febrero próximo se realizará el coloquio y la exposición: La imagen cruenta. Centenario de la Decena Trágica, con la participación de una veintena de investigadores
Hace 100 años, la Ciudad de México fue por última vez un escenario
bélico, esos hechos aciagos de febrero de 1913 que configuran la llamada
Decena Trágica, serán revisados por una veintena de investigadores, a
partir de las imágenes que de ella generaron un importante número de
fotógrafos mexicanos, quienes se convirtieron en pioneros del
fotoperiodismo de guerra.
Para Samuel Villela, Rebeca Monroy y Daniel Escorza, coordinadores del coloquio y la exposición: La imagen cruenta. Centenario de la Decena Trágica,
que organiza el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH-Conaculta), se trata de una conmemoración que permite reflexionar
sobre nuestra soberanía, pues en ese momento se truncó el proceso
democrático surgido del triunfo maderista.
Historiadores e historiadores de la imagen abordarán —el 7 y el 8 de
febrero— los hechos previos y posteriores al golpe de los generales
porfiristas al gobierno de Francisco I. Madero, la traición de
Victoriano Huerta y la confabulación del embajador de Estados Unidos,
Henry Lane Wilson, pero desde la mirada de la prensa y los documentales
de la Decena Trágica.
De los aproximadamente 80 fotógrafos, entre profesionales y
aficionados, que se estima capturaron los combates, los repliegues, el
éxodo de los capitalinos, los destrozos, el horror y la muerte, poco a
poco se han ido revelando una decena de autores que hallaron,
principalmente en las revistas ilustradas y los diarios, un espacio para
narrar visualmente esos infaustos días.
Hasta hace unos años, antes que los historiadores indagaran en las
imágenes publicadas sobre el suceso —revisión que permitió atribuir
algunas de ellas—, los fotógrafos de la Decena Trágica vivían en el
anonimato dentro de los fondos de la Fototeca Nacional, entre ellos el
Casasola, uno de los principales corpus de la fotografía documental de la Revolución.
Ahora se sabe —precisó el antropólogo Samuel Villela— que Eduardo Melhado y Samuel Tinoco laboraban para Novedades y La Semana Ilustrada, respectivamente; Abraham Lupercio para El Imparcial, Ezequiel Carrasco para Revista de Revistas, Manuel Ramos para El mundo, Antonio Garduño para El Diario, y Gerónimo Hernández para el diario maderista Nueva Era. Otros autores importantes fueron Heliodoro J. Gutiérrez y Sabino Osuna.
“Esto convierte a la Decena Trágica en el suceso revolucionario que
tuvo la mayor cobertura por parte de fotógrafos nacionales (exceptuando
al alemán Hugo Brehme); contrario, por ejemplo, a la Toma de Ciudad
Juárez, donde los fotógrafos estadounidenses tuvieron una presencia
mayoritaria”, destacó el investigador de la Dirección de Etnología y
Antropología Social (DEAS) del INAH.
En efecto, abundó a su vez el historiador Daniel Escorza, del Sistema
Nacional de Fototecas (Sinafo), esos diez días, entre el 9 y el 18 de
febrero de 1913, fueron los más capturados de la Revolución Mexicana,
junto con la Toma de Ciudad Juárez, en 1911, y la Invasión
Norteamericana de Veracruz, en 1914.
A pesar de los esfuerzos por sacar del anonimato, tanto a fotógrafos
como cinefotógrafos, en opinión de Samuel Villela existe un gran legado
visual pendiente de procesar, y también falta valorar el trabajo que
este gremio realizó con gran profesionalismo y bajo el riesgo de perder
la vida, como fue el caso de Miguel Casasola (hermano de Agustín
Víctor), quien fue herido en una de las contiendas de la Decena Trágica.
Por las imágenes, en las que incluso aparecen algunos de ellos, es
posible intuir que los fotógrafos solían moverse en pequeños grupos por
motivos de seguridad. De acuerdo con Samuel Villela, para 1913 había una
idea de solidaridad gremial, ya que dos años antes se había fundado la
Asociación Mexicana de Fotógrafos de Prensa, y se montó la primera
Exposición de Arte Fotográfico, la cual fue inaugurada por el entonces
subsecretario de Instrucción Pública, Alberto J. Pani.
Lo mismo para capturar el momento, como por su vida, todos estos
fotógrafos corrieron en las calles y avenidas que cubrían el perímetro
entre la Plaza de Constitución y La Ciudadela, en ese entonces, la
Fábrica Nacional de Armas, donde se atrincheraron los sublevados,
encabezados por Félix Díaz.
“De manera que las imágenes nos dan una idea de los actores, entre los
que destacan las tropas, Victoriano Huerta, Bernardo Reyes, Félix Díaz,
Manuel Mondragón, la gente de a pie…, y de los puntos donde sucedieron
los eventos, sobresalen Bucareli con el Reloj Chino destrozado o la
Sexta Demarcación, que hoy es sede del Museo de la Policía”, señaló
Villela.
No obstante el desenvolvimiento de los fotorreporteros, la historiadora
Rebeca Monroy precisó que por obvias razones hay dos momentos clave
dentro de la Decena Trágica, de los que no se conocen imágenes: los
asesinatos de Gustavo A. Madero (a quien torturaron en La Ciudadela), y
del presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez, en un callejón
cercano a la Penitenciaría de Lecumberri.
A decir de la investigadora de la Dirección de Estudios Históricos
(DEH), varios de estos fotógrafos, procedentes de la fotografía de
gabinete o la Academia de Bellas Artes, como Antonio Garduño,
acostumbrados al retrato de estudio (heredero de la tradición
pictorialista), tuvieron que trastocar esa manera de captar la imagen al
afrontar la guerra.
“Sí hay fotos en las que se ven posados los personajes, a los jóvenes
con su fusil, pero los eventos les empiezan a marcar cambios para
capturar el momento en la refriega.
“La técnica era limitada, lo más rápido podía ser un décimo de segundo,
y bajo ciertas condiciones de luz, hasta un cincuentavo de segundo,
pero no era la instantaneidad a la que estamos acostumbrados hoy en día.
Muchos cargaban con tripié y cámaras de cajón, solo Agustín Casasola
tenía una Reflex, que era más ligera”, refirió Rebeca Monroy.
Ese dinamismo es el que se observa en las fotografías del Sinafo que integran la exposición: La imagen cruenta,
pues la idea es “mostrar cómo la cobertura de estos hechos, trastocaron
la iconografía en México y muchas de éstas fueron publicadas en el
extranjero (un medio importante de circulación fueron las casas
productoras de postales como Miret). No se quedaron en casa”, concluyó
la historiadora.
Coloquio y exposición
El coloquio: La imagen cruenta. Centenario de la Decena Trágica,
organizado conjuntamente por la DEH, la DEAS y el Sinafo, se
desarrollará el jueves 7 y viernes 8 de febrero, en las instalaciones de
la Dirección de Estudios Históricos del INAH: Allende 172, en el centro
de la delegación Tlalpan.
Con la participación de especialistas como Carlos Martínez Assad, John
Mraz, Ariel Arnal, Miguel Ángel Berumen, Antonio Saborit, Mayra Mendoza y
Ángel Miquel, entre otros, las ponencias se desarrollarán de 10:00 a
14:00 horas.
Bajo el mismo título que el encuentro académico, la muestra fotográfica
estará integrada por poco más de 20 imágenes, procedentes del Sinafo,
casi todas ellas inéditas, será itinerante y permanecerá en la DEH hasta
el próximo 15 de marzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinión es importante, Nos interesa conocer tu punto de vista para retroalimentarnos y así aprender juntos. DEJANOS UN COMENTARIO PORFAVOR