EnContexto: Red generación Por Aleyda González
El semestre de la primavera de 2013 no ha sido fácil para la Escuela de
Gobierno John F. Kennedy de la universidad de Harvard. Después de que la
institución anunciara el 28 de noviembre de 2012 que el entonces
presidente de México, Felipe Calderón, comenzaría el siguiente año como
Becario Inaugural del Programa Angelopoulos para Líderes Públicos
Globales, han llovido críticas y peticiones de revocación de la beca otorgada al ex mandatario.
El Decano de la
Escuela Kennedy, David Ellwood, se ha visto forzado a atender las
cartas y peticiones enviadas por quienes sostienen que la universidad no
debería recibir a Calderón por ser considerado, por un gran número de
connacionales, como el responsable de una de las peores crisis sociales
que haya vivido México.
No han sido pocos los manifestantes en contra de la estancia de Calderón en Harvard. El pasado 13 de enero, el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, y el presidente de la organización civil Propuesta Cívica, Sergio Aguayo, enviaron una carta a Ellwood pidiéndole una explicación por escrito de cuáles eran las razones por las que se decidió incorporar a Calderón al programa Angelopoulos. De acuerdo a sus argumentaciones, Felipe Calderón no cumple con los criterios éticos que la institución profesa. Unos días más tarde el ex embajador mexicano, Héctor Vasconcelos, graduado de esta universidad, envió una misiva al Decano para manifestar su rechazo ante la decisión tomada por la institución, así como la intención de devolver su grado académico de no revocarse la beca otorgada a Calderón, pues considera que éste representa los valores contrario a los que intenta inculcar la universidad. Recientemente, un grupo de activistas mexicanos y estadounidenses, encabezados por Eduardo Cortés y John Randoplh, entregaron las firmas de más de 34 mil personas que pedían a la universidad revertir la contratación de Calderón, debido al fracaso de su política pública y a las miles de víctimas de la guerra emprendida contra el narcotráfico desde el inicio de su sexenio.
Recolección de firmas
Cortés comenzó la recaudación de firmas
el mismo día que escuchó la decisión de Harvard de nombrar a Felipe
Calderón como Becario Inaugural del Programa Angelopoulos. Su
indignación lo llevó a comenzar la búsqueda de apoyo para exigir que
Calderón no tuviera oportunidad de permanecer en ninguna institución
educativa. Para Cortés una universidad “es responsable de impartir
conocimiento con ética y sabiduría,” en la cual “te deben formar como
líder. No es una escuela del crimen,” asegura.
John Randolph, ex agente de la patrulla fronteriza de los Estados
Unidos, también había comenzado una petición similar para reclamar a
Harvard. Randolph pretendía reunir 100 mil firmas; una por cada persona
sacrificada durante la insensata guerra de Felipe Calderón. Para él los
objetivos de esta petición eran muy claros, despertar la conciencia de
los estadounidenses, reunir una firma por cada víctima de la guerra y
que “la gente buena de México sepa que hay estadounidenses que están muy
enojados sobre las muertes y esta beca de Harvard manchada de sangre”.
Para Cortés, la participación de Randolph aporta una perspectiva
distinta: “es una visión sobre la migración forzada de decenas de miles
de mexicanos, que más que perseguir el sueño americano, esta vez
tuvieron que salir huyendo de la violencia en México”.
Un potencial “intercambio de ideas”
La comunidad estudiantil presenta posturas diversas. Hay quienes
aseguran que la presencia de Calderón no será un día de campo para el ex
mandatario, y que será importante para los estudiantes la oportunidad
de discutir de manera directa con un ex presidente los resultados de sus
políticas públicas a tan corto tiempo de haber terminado su mandato.
Existen también quienes abiertamente se oponen a que Calderón reciba una
beca académica pues consideran que fracasó como jefe de Estado y carece
de los méritos que un reconocimiento así requiere.
En respuesta a las reiteradas críticas y peticiones de dar marcha atrás,
Ellwood ha argumentado que la estancia de Calderón en Harvard permitirá
el intercambio de ideas con los estudiantes. “La escuela tiene una
larga tradición de proveer oportunidades a los líderes alrededor del
mundo para hablar e interactuar con la comunidad sobre temas importantes
de política pública”, afirma el Decano.
Así mismo, asegura que en estos intercambios se pueden realizar
cuestionamientos que desafíen a los líderes y enfatiza que muchos de sus
estudiantes “valoran enormemente la posibilidad de entablar una
discusión directa con un ex jefe de Estado aún cuando no estén de
acuerdo con algunas de las políticas o posiciones de ese líder”.
Sin embargo, a poco menos de un mes de su llegada, a Calderón sólo se le
ha visto en un evento público, del cual muchos dentro de la misma
universidad no tuvieron conocimiento. No se sabe todavía cuándo y qué
actividades se llevarán a cabo para permitir el famoso intercambio de
ideas. La mayoría de los estudiantes no tienen claro qué estará haciendo
el ex mandatario durante su estancia en la universidad. Ha habido
incluso quienes se han dirigido al Decano para pedir información sobre
las primeras participaciones de Calderón en foros públicos y la
respuesta ha sido vaga, sin fechas ni actividades concretas.
El presidente de la Asociación de Estudiantes Mexicanos de la
Universidad de Harvard (HUMAS), Guillermo Lerdo de Tejada Servitje,
aseguró que ya tuvieron un acercamiento con el ex mandatario en el que
se discutió la posibilidad de sostener una serie de encuentros con los
estudiantes mexicanos y Calderón estuvo de acuerdo. “Debemos garantizar
que los encuentros se den en un ambiente académico y de respeto”,
enfatizó Lerdo de Tejada. “De lo contrario, corremos el riesgo de que la
experiencia cierre la puerta a futuras oportunidades”.
La estancia de Felipe Calderón en la universidad no será la más
llevadera. Harvard ha tenido que enfrentar la crítica y defender de
manera constante la decisión de recibirlo de nuevo en sus aulas. En
tanto, el ex presidente intentará buscar ambientes controlados que
limiten la participación de audiencias grandes y diversas, lo cual pone
en riesgo la posibilidad de un verdadero debate de ideas y propicia un
entorno complaciente que le permita justificar, como lo ha hecho en
otros foros, las estrategias aplicadas contra el crimen organizado y
ensalzar los resultados de su política económica.
Video de la llegada de Calderon a Harvard
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