EN CORTO
José Luis Avendaño C.
¿De cuál México estamos hablando?
Así como hay muchos Méxicos, también existen muchas economías, o al menos dos: la economía real, productiva, en la que sumergen millones de mexicanos, la mayoría en calidad de marginados, excluidos, jodidos pues, y la economía (antes) de papel y ahora virtual, la del mercado bursátil, controlada por unos cuantos.
La
Bolsa Mexicana de Valores informa que las ganancias de 203 mil 254
inversionistas que apenas representan el 0.18 por ciento de la
población, repuntaron 83 por ciento, 13.8 por ciento anual, mientras el
Producto Interno Bruto (PIB) aumentaba escasamente 1.95 por ciento anual
entre 2007 y 2012; seis veces más.
Sus activos sumaron, al cierre de 2012, 6 billones 384 mil 67 millones de pesos, equivalente a 40 por ciento del PIB, que es el valor a precios de mercado de todos los bienes y servicios producidos en el país durante un año, que actualmente es 15 billones 603 mil millones de pesos (La Jornada, 9-2-2013).
Qué bueno por ellos, pero ¿por qué no crece la economía mexicana? ¿Cuál es la diferencia con la crisis europea?
Más sabe el diablo por viejo…
¿Alguien le cree al IFE?
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| Fiscuales: El Fisgón |
La unidad fiscalizadora del Instituto Federal Electoral (IFE) dictaminó que Andrés López Obrador sí rebasó el tope de gastos de campaña
de 2012, y Enrique Peña Nieto no, por lo que el PRD tendrá que cargar
con la multa correspondiente, junto con el PT y Movimiento Ciudadano. En
cambio, y a pesar de documentarse sobradamente los casos de Monex y
Soriana –tarjetas a cambio de votos—, Peña Nieto, ya presidente, salió exonerado.
Los priistas acudieron a la figura del prorrateo o distribución de los recursos, no solamente concentrados en Peña Nieto, sino en todos los candidatos a
elección popular: diputados, senadores, gobernadores y presidentes
municipales. Según el representante del PRI ante el IFE, la distribución
fue de 49.5 por ciento a candidatos a diputado, 49.5 por ciento a
candidatos a senador y sólo a uno por ciento al candidato a presidente.
Aunque en realidad no haya sido esa la proporción, el PRD y el PAN pueden patalear o decir misa, pero el caso recuerda el dicho del priista: “nos acusan de ladrones, no de pendejos”. Ellos sí saben cómo hacerle. O se demostró que el PRI tiene mejores contadores que la izquierda electoral.
De hambre, mujeres y periodista
Recibo un artículo de Sara Lovera –“Palabra de Antígona”—, periodista y feminista, compañera en La Jornada, y que antes estuvo, al igual que yo después, en El Día. Así que reproduzco, con gusto, algunos párrafos:
“Qué
difícil es hablar claro en México. Decir las cosas por su nombre y
evitar las evasivas, con frecuencia teñidas de una justificación:
política o científica. Aunque el ocultamiento derive con frecuencia de
las políticas económicas.
“Ahora
estamos en puros anuncios y buenos propósitos. Me puse a pensar en la
anunciada Cruzada contra el Hambre, cuyo principal problema o el primero
a atacar es esto de la pobreza alimentaria que atenta contra la
sobrevivencia humana.
“Vi
en un canal de televisión la entrevista a la secretaria de Desarrollo
Social, Rosario Robles. La vi cómo explicaba y decía. Cómo sustentaba
por qué la pobreza alimentaria es la arista más dolorosa del hambre que
padecen millones de personas en México, traté de buscar un reflejo, algo
que me indicara su verdadera preocupación.
“A
Rosario Robles se le olvidó que la cifra fundamental de esta desgracia
se ubica entre la niñez y las mujeres. Que las mujeres siguen atadas a
su condición subordinada en todas las clases sociales, pero que ahí,
donde se padece la marginación y el hambre, ellas son víctimas supremas:
ser madres y cumplir con el ritual hace que no coman de lo poco que
pueden obtener; que trabajen tanto que sus huesos no resistan. Por ello
habría que enfrentar el problema considerando su condición de mujeres y
su condición de pobres, campesinas, indígenas o urbanas de las zonas
periféricas.
“El
tema es central. No hablar directo, no decir y explicar cómo una cosa
está unida a otra parece ingente. Es lo mismo que sucede cuando se
analiza aisladamente y sin contexto la violencia contra las mujeres o
qué sufren las mujeres por el hecho de ser mujeres. Hoy eso no resiste
ni la justificación política ni la científica: el crecimiento de la
violencia femenina está ligada al modo de producción y al contexto
político.
“Es
igual. Hablar de violencia contra mujeres periodistas, fuera del
contexto y el análisis de cómo se construyen las relaciones de poder
entre prensa y Estado, es como sacarlas de la realidad global: son
perseguidas, hostigadas, amenazadas, por hacer uso de su libertad de
expresión, en un ambiente donde esa libertad está restringida para todas
y todos. Y lo que es cierto es que el impacto tiene diferencias
cuantificables y explicables por su condición de género, pero me deja
insatisfecha que eso no se analice en el marco de la falta de
democracia, el abuso de poder y el sistema político mexicano.
“Pareciera
que no lo podemos hablar. Que es más sencillo en todos estos casos
ponernos en establecimientos estancos: mujeres, indígenas,
discapacitaciones, infancia, adolescencia, tercera edad, vejez, etc. Y
que mirar en contexto cómo la población mexicana carece de democracia,
está impactada por el capitalismo salvaje y que de acuerdo a las
condiciones específicas se viven situaciones diferenciadas. Nos estamos
perdiendo en los específico y olvidando lo nodal. Una cosa no debe
sacrificar a la otra, en ningún caso”.
Abusos y violaciones a los derechos humanos de periodistas
El 31 de enero, Human Rights Watch (Observatorio de los Derechos Humanos) da a conocer su Informe Anual 2013. En el capítulo de México, documenta casos de abusos a los derechos humanos y la impunidad militar, la “práctica generalizada” de la tortura y la falta de protección a mujeres, migrantes y periodistas. Al respecto, David Brooks escribe:
“En el rubro de libertad de expresión, HRW resalta los ataques y presiones contra periodistas,
sobre todo aquellos que se han dedicado a denunciar narcotráfico o que
‘‘han asumido una actitud crítica frente a las fuerzas de seguridad y
las autoridades’’. Denuncia que las autoridades no han investigado ni
juzgado adecuadamente delitos contra miembros de la prensa, ni protegido
a periodistas vulnerables, ‘‘lo cual ha propiciado un clima de impunidad y autocensura’’.
Informa que entre 2006 y mediados de 2012, se registraron más de 630
denuncias por agresiones contra la prensa, y la fiscalía especial
dedicada a este
ámbito sólo ha logrado obtener una condena penal desde que fue creada
en 2006” (La Jornada, 1-2-2013).
La renuncia de Ratzinger
Con
el escándalo a cuestas –por acciones de pederastia de parte de algunos
de sus miembros y acusaciones de corrupción y lavado de dinero—, la
renuncia de Josef Ratzinger, Benedicto XVI, tomó a muchos por sorpresa.
Es la primera renuncia en más de cinco siglos.
Sucesor
del carismático polaco Karol Wojtyla, Juan Pablo II, quien hizo
política desde el Vaticano, el alemán –ex miembro de las Juventudes
Hitlerianas— es lo opuesto en carácter, “casero”, y poco afecto a las
relaciones humanas.
De
85 años y enfermo, su renuncia, efectiva el 28 de febrero, no deja de
ser sorpresiva, pero un análisis más profundo nos dice que era hombre
solitario en medio de las intrigas por el poder, un poder más terrenal
que espiritual.
La
iglesia católica, como institución, poco ha cambiado en dos mil años,
debido a su cercanía con el poder, un poder fáctico ella misma. Al
predicar la humildad y con votos de pobreza, en la realidad es todo lo
contrario. Son conocidos los “tesoros” del Vaticano, tesoros en obras de
arte, que no puede vender.
En
tiempos no tan lejanos, fue la principal terrateniente (durante la
Colonia y hasta mediados del siglo XIX), gracias a la compra-venta de
indulgencias, y mantiene una enorme influencia, más terrenal que
espiritual.
El 3 de junio en el diario español El País, Pablo Ordaz escribió un artículo que desde el título no admite dudas: “Nido de cuervos en El Vaticano”,
donde Ratzinger confiesa: “Ya soy un Papa viejo”, sin los ánimos ni el
carácter para seguir los pasos de su antecesor, y más preocupado por los
asuntos del cielo que los de la tierra.
De
los 122 electores (cardenales menores de 80 años, entre los cuales sale
el siguiente Papa), 30 son italianos, 11 estadunidenses y seis
alemanes, que dominan los asuntos del Vaticano, a pesar de que 47 por
ciento de los católicos habitan en América Latina. Sin embargo, el
manejo de las finanzas se halla en manos italianas.
El Banco del Vaticano está bajo sospecha de corrupción y lavado de dinero, dinero que no sólo es blanqueado, sino bendecido.
Recuérdese la declaración de un prelado mexicano: “No importa de dónde
viene el dinero, sino a dónde va”. Y así, de paso, también se limpian las conciencias.
Frente a los escándalos financieros en el Vaticano, Ratzinger dio la orden de “limpiar el banco… rescatar de las manos del Diablo las cuentas de Dios”. Y Benedicto XVI cita a San Agustín: “Sin justicia, ¿qué son los reinos sino una gran banda de ladrones”.
Su
renuncia es una victoria para el ala más conservadora y reaccionaria de
la Iglesia. Una institución donde la fe es lo de menos. Y de la
justicia –una cosa más terrenal— ni se diga.
14 de febrero
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| Casa Blanca |
El
cine-club de la Universidad Obrera de México (San Ildefonso no.72,
Centro Histórico) presenta un memorable programa doble que comienza a
las 15 horas: Casablanca y Un hombre y una mujer.
Regresa JEP
Hay errores que se pagan con la muerte. Uno de ellos es el del gobierno de Francisco I. Madero, que trató de gobernar con la estructura porfirista intacta.
Lectura obligada es el texto “Diez días de febrero” (primera parte), con el que José Emilio Pacheco regresa a las páginas del semanario Proceso, con su columna Inventario, en la que trata el episodio de la Decena Trágica,
hace 100 años, que culminó con los asesinatos del presidente Madero, de
su hermano Gustavo y del vicepresidente José María Pino Suárez. Papeles contrastantes, jugaron en el episodio los embajadores de Estados Unidos, Henry Lane Wilson, y de Cuba, Manuel Márquez Sterling.
En
la misma edición se entrevista a Patricia Galeana, directora del
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México
(INEHRM), quien no duda en calificar el suceso de acto contrarrevolucionario.
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