EN CORTODF, ciudad secuestrada
José Luis Avendaño C.
¿Ciudad
de México o Distrito Federal? Ambas. Sin embargo, por sobreposición o
conveniencia política y jurídica, sus habitantes somos ciudadanos de segunda.
Para discutir sobre el tema, desde la óptica ciudadana, el equipo de Reporte México organizó un foro, el 5 de abril en Tacuba no. 53, Centro Histórico, que se transmitió por Radio Seguridad (www.radioseguridad.com ), a través del cual transmite Reporte Latino, de lunes a viernes de 9 a 10 horas. Fueron ponentes Rodolfo Ávila, Enrique Torres y Salvador González
Briseño.
Dos
momentos recientes avalan su despertar ciudadano: 1968 –el movimiento
estudiantil y popular— y 1985 –los sismos del 19 y 20 de septiembre—,
acontecimientos abrieron el cauce para que democratización de la ciudad.
Una ciudad lacustre en su origen, fundada en 1325, con la llegada de
los mexicas, que, como símbolo del ancestral centralismo, le dio su nombre al vasto territorio que hoy es México.
Una
megalópolis de ocho millones de habitantes, más doce millones que
desarrollan sus actividades aquí: el centro político, económico y social
del país, con una gran migración. Un ejemplo, entre muchos, es que,
todavía, muchos grupos llegan hasta aquí, buscando una solución a sus
problemas, locales o estatales que se convierten en federales. Una
ciudad de contrastes, donde conviven la riqueza y la miseria, la opulencia y el hambre.
Las reformas electorales de
1993 y 1996, con la conversión del Departamento del Distrito Federal en
Gobierno del Distrito Federal, así como el arribo del Partido de la
Revolución Democrática (PRD), impulsaron la agenda para
que la ciudad de México se convierta en el estado 32 de la Federación.
Con ello, la Asamblea Legislativa se convertiría en Congreso
Constituyente, con miras de elaborar su propia Constitución, con todo lo
que significa de derechos y obligaciones, y autonomía de gestión.
Actualmente, el DF se rige por un estatuto de gobierno, por el
que muchas decisiones las hacen tanto el Congreso federal como el
Presidente de la República. Por ejemplo, los nombramientos del jefe de
la policía y del procurador de justicia, así como establecimiento del
techo de la deuda. Todas estas acciones le restan autonomía a la gestión
y le restan soberanía, ámbitos que la ponen en desventaja con las 31
entidades federativas, donde los gobernadores se manejan como virreyes,
casi con total autonomía, por no decir impunidad.
El DF es una ciudad que, al albergar los poderes federales, es un espacio con dos gobiernos: propiamente el jefe de gobierno y el Presidente, y que, por lo tanto, da lugar a poderes acotados en el caso del primero, o se puede hablar de injerencia del segundo. O donde se entrecruzan facultades.
La actual discusión de la Reforma Política del DF se da en medio de una serie de reformas, ya aprobadas o por votar, dentro del Pacto por México, que reúne a las cúpulas del PRI, PAN y PRD. “Un pacto de traidores”, lo llama el público, por el papel de la dirigencia perredista.
El DF es, no sobra decirlo, es un codiciado botín político y económico. Por eso, existe el riesgo que la reforma política sea moneda de cambio por otras que le interesan, sobremanera, al Ejecutivo, como la energética y hacendaria.
Precisamente es el aspecto económico, a la hora del manejo de las finanzas públicas, donde se observa una especie de discriminación:
no obstante aportar más del 50 por ciento del ISR (impuesto sobre la
renta) y del IVA (impuesto al valor agregado), que son impuestos
federales, sólo se le regresan siete centavos de cada peso fiscal. Por otro lado, el presupuesto participativo no es más que un engaño, un darnos atole con el dedo a los habitantes de la ciudad de México, pues sólo comprende tres por ciento del
presupuesto del DF.
La
discusión se enriqueció con la participación del público –en su mayoría
joven—, que mostró su indignación, y propuso una serie de acciones que
caen dentro de la desobediencia civil, como el no pago de ciertos servicios (agua, electricidad), como una forma de presión.
Este primer foro realizado por el equipo de Reporte México, mostró la necesidad de que la gente tenga más información y elementos de análisis, a fin de saber que lo que se juega es el futuro de la ciudad.
De gira
Enrique Peña Nieto está metido en una febril actividad reformista
y se da tiempo de salir de gira, esta vez a China y Japón. La mejor
definición provino de los empresarios que lo acompañaron: EPN es un “súper promotor”.
Pues bien, consiguió la venta de 30 mil barriles diarios de petróleo a
China, cuando sus necesidades energéticas rebasaron ya a las de Estados
Unidos.
Empero, mientras Peña Nieto andaba en China, The Financial Times (5-4-2013) presenta un reportaje, con cifras del Bank of America, que destaca que la mano de obra mexicana es más barata que la china, debido a la combinación de un alza salarial en el país asiático y un estancamiento salarial en México. Hace 10 años, el salario por hora en el sector manufacturero era el triple en México; hoy es 20 por ciento mayor en China.
El corolario es que los bajos salarios mejoran la competitividad de las exportaciones con el sello made in Mexico (hecho en México). Un llamado de que México es la mejor inversión.
Estados Unidos
En las crisis, los ricos se hacen más ricos y los pobres se hacen más pobres; no es más que la materialización de la ley capitalista de privatización de las ganancias y socialización de las pérdidas. Eso es lo que hacen los gobiernos cuando rescatan empresas y bancos.
El profesor Richard D. Wolf f revela que las ganancias se recuperan del colapso de 2008, pero el desempleo es 50 por ciento más elevado que en 2007 y los salarios son más bajos (Monthly Review, 31-3-2013).
En materia de empleo, hay cifras encontradas:
en el mes de marzo, se crearon 88 mil empleos, pero la fuerza laboral
se contrajo en casi medio millón (496 mil) de trabajadores. Así que se
observa una típica recuperación sin empleo (jobless recovery).
Sigue cabalgando
Eduardo Galeano (Espejos. Una historia casi universal. Siglo XXI editores. México. 2008) nos cuenta la Resurrección de Zapata:
Nació, dicen, con una manita tatuada en el pecho.
Murió acribillado por siete balazos.
El asesino recibió cincuenta mil pesos y el grado de general de brigada.
El asesinado recibió a una multitud de campesinos, que sombrero en mano visitaron su muerte.
De sus abuelos indios habían heredado el silencio.
No decían nada, o decían:
–Pobrecito.
Nada más decían.
Pero después, poco a poco, en las plazas de los pueblos se fueron soltando las lenguas:
–No era él.
–Otro era.
–Muy gordo lo vi.
–Le faltaba el lunar de arriba del ojo.
–Se fue en un barco, salió de Acapulco.
–En la noche se voló, en un caballo blanco.
–Se fue para Arabia.
–Por allá, por Arabia, está.
–Arabia queda muy lejos, más lejos que Oaxaca.
–Ahorita vuelve.
(En la cartelera cultural de la Secretaría de Hacienda, del mes de abril, todavía se habla de Zapata como un “bandolero”: “Emiliano Zapata Salazar fue un campesino, bandolero y uno de los líderes militares más importantes de la Revolución Mexicana y un símbolo de la resistencia campesina en México. Uno de sus gritos célebres es ‘Tierra y Libertad’”…)
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