Como universitarios, pero sobre
todo como sociedad organizada consideramos necesario clarificar los siguientes
puntos:
1. La UNAM no es ni ha sido una
isla de paz en un océano de conflicto y violencia social. En esta universidad
hay luchas de poder político, hay falta de representatividad estudiantil,
académica y civil, hay falta de consensos en sus decisiones culturales y
académicas, hay usos elitistas de su infraestructura y una gran desigualdad
entre sus académicos, investigadores, gobernantes y trabajadores. Hay en suma,
contradicciones similares a las que vive el país entero.
2. No es una coincidencia que en
estos momentos seamos testigos de estos y otros brotes de desobediencia social
en México y en el mundo. Estos conflictos responden a la violencia cotidiana y
silenciosa que sufren múltiples sectores sociales a los que se les ha negado el
derecho de tener un trabajo digno, una educación transformadora, o simplemente
una vida digna.
3. Las respuestas a estas
contradicciones y conflictos son diversas. Al interior de la Universidad hay
una pluralidad de grupos y de posiciones ideológicas, tanto en sus cuerpos
académicos, como en su comunidad estudiantil y los sectores sociales que le dan
vida a sus aulas. La Universidad debe aprender a lidiar con estas diferencias
de una manera racional.
Si bien muchas organizaciones no
coincidimos ni con la forma que usaron los protagonistas de la toma de
Rectoría, tenemos muy claro que la violencia, la cerrazón y la ilegalidad han
venido muchas veces de las mismas autoridades. Como ejemplo basta recordar que
en 1996 las autoridades, con un discurso de legalidad y pureza, destruyeron en
complicidad con el ejército, la policía y porros el patrimonio universitario
del Foro Abierto de Casa del Lago, pisoteando con violencia la autonomía y el
espíritu de la UNAM.
4. Si no se puede estar de
acuerdo con las formas en que algunos grupos estudiantiles pretenden hablar a
nombre de la comunidad universitaria, sin haberla convocado o consensuado en
asambleas, tampoco se puede estarlo con aquellas autoridades y grupos de poder
que pretenden hablar a nombre de todos, cuando azuzan a la represión como vía
de resolución de conflictos, o aquellos que bajo su posición de poder emiten
juicios criminalizando todo tipo de protesta.
5. El conflicto de la toma de
Rectoría, no se resolverá con el uso de la policía federal. Esto debilitaría a
la universidad en general lo cual sólo conviene a los grupos más reaccionarios
de este país. El diálogo público es el camino, y esto obliga a ambas partes a
ser expuestas a la crítica de sus posiciones intransigentes.
6. La UNAM no es propiedad de sus
autoridades, sus académicos, ni tampoco de sus estudiantes, sino del pueblo de
México. Las formas en que se toman las decisiones a lo interno de la máxima
casa de estudios, la modificación crítica a los programas de estudios, las
decisiones sobre sus estatutos, la distribución del presupuesto universitario,
son algunos de los temas que exigen un diálogo y debate ampliado de
transformación y mejoramiento de la UNAM. Si las cúpulas de poder universitario
no escuchan estas demandas y no generan canales de participación en las
decisiones, muy probablemente seguirán naciendo voces y reacciones disidentes
más y más radicales.
En las autoridades está la
oportunidad de contribuir a que la UNAM sea ejemplo de la democracia, participación
y razón que está ausente en otras instituciones y regiones del país. Sólo así
podremos hacer que la UNAM enfrente las crisis que vive el país, y ponga un
alto a los grupos de poder televisivo, empresarial y político que buscan
derrumbar el sentido público, laico y sobre todo transformador de esta
universidad.
El próximo 28 de abril y 1ro de
mayo, las autoridades tendrán otra oportunidad democratizadora: en el marco de
nuestro 40 aniversario, realizaremos actos de demanda pacíficos en la Casa del
lago en el Bosque de Chapultepec exigiendo la reconstrucción del Foro Abierto
(que ellos destruyeron) y el reconocimiento oficial del papel que han jugado
los movimientos estudiantiles, sociales y laborales en la historia de esta
universidad.
“Las aves del más dulce canto,
defienden su libertad también con garras”
ORGANIZACIÓN POLÍTICO CULTURAL
CLETA
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