“¿Qué estaba haciendo Dios antes de la Creación? ¿Preparando el Infierno para quien hiciera este tipo de preguntas?”,
via pijamasurf.com
El célebre físico y cosmólogo Stephen Hawking dictó hace un par
de días en California la conferencia “El origen del Universo”, en la
cual evidenció la cuestionable necesidad de la idea de Dios para
explicar fenómenos relacionados con el cosmos y sus fenómenos.
Desde
cierta perspectiva se puede pensar que la creencia en dios creador y
regulador del mundo tal y como lo conocemos es admisible solo dentro de
un sistema de conocimiento en el que los fenómenos y los hechos que
suceden tiene explicación solo por la presencia de ese factor. Llueve
porque dios lo quiere y así lo planeó. Desde una lluvia banal (o
milagrosa, según se quiera ver) hasta la existencia de una cadena
alimenticia o la misteriosa cohesión de los átomos que da determinada
forma a la materia, todo, si no se cuenta con otra explicación, puede
ser atribuible al propósito y la intercesión divina.
¿Pero esta manera de pensar se sostiene
en un mundo en el que existen la lógica y la demostración objetiva?
Según la opinión del prestigiado físico y cosmólogo Stephen Hawking, no.
“El Big Bang no necesita a Dios”, dijo Hawking en una conferencia
ofrecida la noche del martes 16 de abril en el Instituto Tecnológico de
California.
“El origen del Universo” fue el título
que, modestamente, dio Hawking a su plática, en la cual inició narrando
algunos mitos africanos sobre la creación para pasar pronto a una de las
preguntas existenciales por antonomasia: “¿Por qué estamos aquí?”.
Esta interrogante, que admite numerosas respuestas (casi tantas como mentes se la formulen),
tiene en el físico una perspectiva propia, pues él habla desde el lugar
que la ciencia ocupa en el imaginario occidental, ese que a partir del
siglo XV comenzó paulatinamente a desplazar a la idea de Dios como
fuente primordial de conocimiento.
“¿Qué estaba haciendo Dios antes de la
Creación? ¿Preparando el Infierno para quien hiciera este tipo de
preguntas?”, dijo Hawking a su auditorio en uno de los momento más
irónicos.
Desde la ciencia, recapituló el autor de Una breve historia del tiempo,
existen igualmente varias teorías sobre el origen del Universo, entre
las cuales destaca la de Roger Penrose, el físico que, contrario a la
opinión que sostenían Fred Hoyle y Thomas Gold sobre la posibilidad de
que el cosmos no tuviera principio ni final y existiera solo en una
infinita sucesión de creaciones espontáneas, probó que este no puede
expandirse una vez que se ha contraído, por lo cual existe un instante
de singularidad que marca el inicio del tiempo.
En este esquema —y de acuerdo con los
datos recabados hasta ahora sobre el número y madurez de las galaxias
conocidas— la edad del universo ronda los 13.8 mil millones de años, lo
cual se corresponde con la teoría propuesta por Penrose.
Por otro lado Hawking recaló en la teoría de los multiversos
de Richard Feynman, según la cual, con ciertos ecos de Leibniz, es
posible que muchos universos hayan sido creados de la nada, lo cual
equivale a pensar en la posibilidad de múltiples existencias paralelas.
Curiosamente, en este modelo la probabilidad de la vida es mínima y la
de la vida humana es aún menor.
En cuanto a su pronóstico de futuro, el
físico consideró que la exploración espacial es clave para asegurar la
supervivencia de nuestra especie. “No creo que sobrevivamos otros
doscientos años sin escapar de nuestro frágil planeta”, dijo.
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