El gobierno capitalino
participa activamente en el saqueo de una de las mayores riquezas del
Distrito Federal: el uso del suelo. Y la pieza clave es la Secretaría de
Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi).
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Ciudad de México zonas marginadas y sin arboles |
En los medios capitalinos
se observa la multiplicación de los vecinos quejándose porque se talan
árboles o se construye en áreas verdes y zonas protegidas; porque se rebasan
la altura o la densidad de las construcciones; porque se autorizan
restaurantes o casas de juego y porque el gobierno vende calles. También se
organizan y recorren oficinas gubernamentales e invierten en abogados y en
juicios interminables. En algunas ocasiones se alzan con la victoria, por lo
general padecen tribulaciones y frustraciones. Sólo persisten por la claridad
de sus convicciones cívicas.
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Santa Fé DF |
Mientras una parte de la
ciudad se embellece la otra se afea, lo que degrada la calidad de vida. La
Seduvi es un ente opaco y hermético que para algunos es la "caja
chica" del jefe de Gobierno (otros aseguran que los centavitos salen del
Mercado de Abastos). Todos los entrevistados coinciden en que la Seduvi tiene
gran responsabilidad en una realidad descrita, en 2010, por el entonces
contralor general del GDF, Ricardo García Sainz, el uso del suelo en la
capital es "un régimen de corrupción que no podemos negar, con venta de
protección, pero, sobre todo, omisiones" de la autoridad.
Miguel Ángel Mancera
celebró su victoria en las urnas con una fiesta en el World Trade Center. Esa
noche destacaban por su júbilo los principales "desarrolladores" e
"inmobilarios" capitalinos. Deben seguir contentos porque Mancera
eligió para dirigir la Seduvi a Simón Neumann Ladenzon, experimentado
empresario inmobiliario con tres décadas construyendo en la capital. Cuando
surgieron las críticas por las implicaciones de ese nombramiento, Mancera
respondió diciendo que es un personaje de "honradez probada" sin
"ningún conflicto de intereses".
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Construcciones Irregulares |
En estos meses Neumann ha
demostrado su determinación de guardar silencio. Él y la Seduvi han sido
particularmente parcos a la hora de explicar las irregularidades en el ahora
famoso edificio de la calle Céfiro en Coyoacán que sacó a la luz la
corrupción del delegado de Coyoacán Mauricio Toledo. Tampoco respondió al
pliego petitorio que le entregaron en marzo más de 10 mil habitantes de 800
colonias capitalinas. Me impresionó la energía y el conocimiento de la ciudad
que tiene esta coalición horizontal de vecinos afectados por el urbanismo
salvaje (los interesados pueden buscar en internet Suma Urbana). Ni Neumann
ni la Asamblea Legislativa del DF ni las delegaciones ni el reciente Comité
de Expertos del Consejo de Desarrollo Urbano Sustentable (Conduse) les han
contestado.
La Seduvi es una reliquia
autoritaria. Su titular lo nombra el jefe de Gobierno sin intervención de la
Asamblea. Cuando los asambleístas opositores solicitaron la comparecencia de
Neumann para que explicara irregularidades en el uso de suelo, la mayoría
perredista en la ALDF se opuso de manera unánime, con sus excepciones que la
distinguen. Los negocios, ya se sabe, son un ablandador de ideologías y
biografías.
En torno a la Seduvi
operan las inmobiliarias que han atesorado una enorme experiencia en métodos
para aceitar a su favor la voluntad de autoridades del GDF y las delegaciones
y que tienen una notable capacidad de influencia en los tribunales de primera
instancia. Entre todos destrozan sistemáticamente la calidad de vida de
amplias zonas de la capital.
El urbanismo salvaje y
depredador es un patrimonio cultural de todo México. Uno de los motivos por
los cuales me siento orgulloso de vivir en la capital es el vigor y la
densidad del capital social que ha permitido el florecimiento de derechos
ausentes en otras partes del país. Esa sociedad participativa tiene ahora una
batalla que trasciende ideologías y clases sociales: frenar el saqueo de la
capital, y para ello la prioridad es exigir modificaciones a la manera como
funciona la Seduvi, una dependencia que por ahora sólo rinde cuentas al jefe
de Gobierno y a las inmobiliarias.
LA MISCELÁNEA
Después de insistir, la
Seduvi aceptó entregarme "para consulta" una lista tentativa de las
50 personas seleccionadas por ellos para integrar algo llamado el Comité de
Expertos del Consejo de Desarrollo Urbano Sustentable (Conduse). No puedo por
tanto difundir ese listado; pero sí puedo utilizar una versión previa que
circula en internet. Me llamaron la atención cuatro nombres que aparecen en
la lista oficial y en la encontrada en la red. En el Conduse participa el
asambleísta Carlos Hernández Mirón que preside la Comisión de Desarrollo e
Infraestructura Urbana de la ALDF (no son compatibles las funciones de
vigilar y asesorar a la misma dependencia). También están personajes sin
tacha. A Cuauhtémoc Cárdenas, Mario Molina y Alicia Ziccardi Contigiani
solicito que convenzan a Neumann de publicar los nombres de los 50 expertos y
que escuchen a la coalición agrupada en Suma Urbana.
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