Nuestra región avanza en la construcción de una sociedad alternativa, dice a La Jornada
“Estamos
en un mundo en convulsión, donde América Latina ha vuelto a ser el
faro. Todos los procesos miran hacia nuestra región porque es donde
estamos más avanzados en el esfuerzo por construir una sociedad
alternativa”, asevera en entrevista la socióloga chilena Martha
Harnecker.
La sociedad socialista es esencialmente demócrata y protagónica, y el instrumento político debe ser el facilitador de todos los procesos de participación, afirma y comparte que este es uno de sus temas favoritos.
Como
parte de las actividades del cuarto Encuentro Internacional de
Pensamiento Crítico Volver a Marx, presentó su libro "Inventando para no errar: América Latina y el
socialismo del siglo XXI", publicado por Ediciones de Intervención
Cultural.
Divulgadora de la
obra de Marx en América Latina, la estudiosa social y periodista expone
que en el continente existe la búsqueda de cambiar la sociedad
capitalista tan injusta e inhumana, tan destructora de la naturaleza,
por otra, el “socialismo del siglo XXI” que, aunque ha tenido muchos
nombres, el ex presidente venezolano Hugo Chávez, “tuvo el coraje de
llamarla así porque en ese momento el desprestigio mundial del
socialismo era muy grande.
“Decidió llamarla
socialismo –indica– para contrastarla con la sociedad capitalista, pero
inmediatamente le puso el adjetivo ‘del siglo XXI” para diferenciarla, y
en sus primeras intervenciones dijo: ‘No vamos a imitar el socialismo
soviético. No queremos capitalismo de Estado, no queremos un socialismo
que suplante al pueblo que es el principal protagonista’.”
Desafíos de la izquierda
Harnecker,
quien dictaró la conferencia "Los desafíos de la izquierda marxista
en la coyuntura política latinoamericana", acota que esta sociedad en
construcción requiere una nueva cultura, apertura y pluralismo en un
proceso de transición, muy distinto a los que se dieron históricamente a
comienzos del siglo XX, cuando las revoluciones se hacían con la toma
del poder y la destrucción del aparato del Estado.
Observadora de las
experiencias recientes en Latinoamérica, principalmente en Venezuela,
país en el cual reside, afirma que hoy día “no sólo sabemos lo que no
queremos del socialismo, porque hubo muchos errores, sino que empezamos a
saber lo que queremos. En este libro planteo cómo hacerlo”. Y en
seguida corrige: “Cómo lo están haciendo”, porque la práctica social ha
creado soluciones novedosas e interesantes que necesitamos aplicar.
La autora hace
referencia, en su más reciente libro, a países como Brasil, Bolivia,
Ecuador y la propia Venezuela, bajo el gobierno de Hugo Chávez. “Yo soy
la primera entusiasmada con este trabajo, que no es de la Marta Hanecker
encerrada en un escritorio. Es el que he recogido, porque he sido
periodista y he puesto el micrófono. He ido detectando todos los
procesos donde ha habido una construcción interesante”.
Respecto del ex
mandatario venezolano, fallecido en marzo pasado, opinó: “En la historia
de América Latina hay un antes y un después de Chávez. Ha marcado un
hito, porque tuvo el coraje de plantearse una alternativa. Pero él supo
que no es por voluntarismo que se pueden hacer las cosas. Él entendía
bien, y de alguna forma su formación militar le hacía ver que las
batallas se ganan creando la fuerza. Fue una persona que entendió que
ese socialismo tenía que construirse con la gente y apostó siempre a la
organización”.
La sociedad socialista es esencialmente demócrata y protagónica, y el instrumento político debe ser el facilitador de todos los procesos de participación, afirma y comparte que este es uno de sus temas favoritos.
“Los gobernantes
deben entender que para luchar ante este Estado heredado contra el que
tiene que empezar a construir, necesitan un pueblo organizado que
presione y critique.
“Si la gente no la
construye, desde el Estado no se puede. El gran problema del socialismo
fue que el Estado con buenas intenciones quiso resolver los problemas de
la gente, pero la gente no se sintió parte de esa construcción y por
eso es que cayó tan fácil. Porque si tú no te sientes dueño, entonces no
te defiendes.”
Discípula de Louis
Althusser, en la École Normale de París, Harnecker habló de su juventud y
su encuentro con los postulados del autor de El Capital. “Yo era
dirigente de Acción Católica y descubrí en Karl Marx el instrumento para
entender cómo hacer una sociedad en que las personas se amen las unas a
las otras. El catolicismo te habla del amor y la caridad. Pero el
problema es que si la sociedad te lleva al egoísmo y consumismo, ¿cómo
vas a amar? Entonces descubrí esta lógica del capitalismo que había que
destruir y cambiar”.
Autora de Los
conceptos elementales del materialismo histórico, publicado en su
primera edición en 1968, el libro es un clásico para la enseñanza del
marxismo, que en más de 40 años ha brindado las nociones teóricas para
el conocimiento de la realidad desde el conocimiento científico. “Para
mí, Marx es eso: el único, el más profundo crítico del capitalismo”.
Y entonces comenta
que ahora resulta que quienes lo leen son los opositores, la gente
conservadora, porque en su obra está la predicción de lo que iba a
pasar.
La obra de Marx ha
sido muy deformada por los países que hicieron el cambio social en su
nombre, y decían que cuando murió el socialismo, el marxismo también lo
hizo. “Yo cito a (Eduardo) Galeano: nos han invitado al entierro de un
muerto que no es el nuestro”.
Y agrega: “El nuestro
es el socialismo de Marx, es protagónico, respeta las diferencias,
busca la felicidad. Podrías decir que es utópico, pero no puedes decir
que no es democrático, que es totalitario, colectivista, productivista.
“Este encuentro tiene una tarea fundamental: reivindicar el verdadero pensamiento de Karl Marx.”
ARTICULO ORIGINAL EN LAJORNADA.COM
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