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miércoles, 10 de julio de 2013

252 cabilderos : como mueven sus millones sin ética para modificar leyes a su favor,

Grandes empresas y trasnacionales invierten millonarios recursos en más de 250 personeros que pululan en los pasillos, restaurantes y hasta en los sótanos de las cámaras legislativas para convencer a diputados y senadores de promover iniciativas, reformar artículos constitucionales o detener aquellas modificaciones a la ley que no estén a su favor. Trabajan sin estar apegados a un código de ética; tampoco están obligados a la rendición de cuentas. Su principal herramienta es la manipulación. Mientras, hasta 26 iniciativas de ley para regular el lobbying se encuentran en la congeladora del Poder Legislativo federal
 Influir, la palabra preferida de los cabilderos de trasnacionales, asociaciones, cámaras y personas físicas que deambulan en los pasillos de la Cámara de Diputados y del Senado de la República. Los legisladores charlan con ellos, escuchan sus propuestas, sus ofrecimientos; son “convencidos”. Pero de todo lo que se habla entre ellos, nada se sabe.
 
Se trata de 252 cabilderos registrados ante la Mesa Directiva de la LXII legislatura de la Cámara de Diputados. Entre ellos, firmas que encabezan listas de Forbes, como la tabacalera Philip Morris, los auditores de Pricewaterhouse, Coopers, Bayer, Monsanto, Cargill –representadas a través de la Asociación Mexicana de Semilleros–, Grupo Modelo, Jugos del Valle.
 
El registro contiene 32 asociaciones, 25 cámaras, ocho consejos, seis fundaciones, cinco consultorías, cuatro confederaciones, tres institutos, dos federaciones, dos centrales y 165 despachos, empresas y personas físicas, entre otras.
“Probablemente el cabildeo político sea un inevitable acompañante del arte de gobernar. El cabildeo, conocido en los países anglosajones como lobbying, tiene su origen en la negociación que, a través de personas especializadas, realizan determinados acuerdos con grupos sociales con intereses específicos, para poder influir en la aprobación, rechazo o reforma de alguna ley”, expone José de Jesús Gómez Valle, maestro en estudios políticos y sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
 Gómez Valle, también profesor e investigador adscrito al Departamento de Estudios sobre Movimientos Sociales del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara, explica que etimológica y originalmente lobby significa pasillo o antesala, en referencia al parlamento británico donde los representantes de intereses privados iban al encuentro de los parlamentarios para exponerles sus inquietudes y demandas.
La senadora por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) Iris Vianey Mendoza Mendoza dice que la del cabildeo es una de las prácticas cotidianas tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores que “produce mucha sospecha y desconfianza porque no hay nada que lo regule. Convivimos con ellos, los escuchamos, pero no hay transparencia”.
Agrega: “Necesitamos una ley que regule el cabildeo para evitar el tráfico de influencias, amiguismo político, manejo patrimonialista de información privilegiada. Además, institucionalizar el ejercicio del cabildeo como un instrumento al servicio de la sociedad civil, que enriquezca la democracia, y no como un agente de chismorreo”, arguye la perredista.
 

Las iniciativa

Los antecedentes para los cabilderos datan de 2002 a 2008, periodo en el que se presentaron 22 iniciativas y proyectos legislativos en la Cámara de Diputados y cuatro en el Senado de la República, relacionados con este tema, que no prosperaron.

Fuente: www.contralinea.com.mx Periodismo de investigación

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