Votán
I
UN
ESCARABAJO EN LA RED
(Durito
versión freeware)
Julio
del 2013.
Antes
de explicarles cómo va a ser esto de la escuelita (algo así
como un “manual de ruta” o “manual de malos modales”
o “manual de supervivencia”), vamos a asomarnos para ver en qué
están allá arriba. No porque seamos dispersos (que lo
somos, ni dudarlo), sino porque nosotros tratamos de mirar sus
calendarios y geografías, es decir, tratamos de entender.
Así que,
sea usted amable y paciente, y acompáñenos en esta mirada desde
acá hasta su allá. Veamos… mmh…
Tanta
coyuntura-histórica tratando, en vano, de arrebatar atenciones con
titulares noticiosos. La impostura mediática derrotada ahora
por los hashtags –o como se diga- (“virales” se dice,
por masivos, no por nocivos… ¿o sí?).
Ah,
la desesperación de comunicólogos, politólogos, columnistas, jefes
de noticias: los temas de “actualidad” ya no los marcan,
señalan, imponen sus análisis –no pocas veces bien lubricados por
billetes de todos los colores-, sino que cada quien según su modo,
su calendario, su geografía.
Dejemos
por un momento de lado esa patética relación entre las
personalidades del espectáculo y de la política en todos los
niveles –la realeza, ministros, presidentes, gobernadores,
legisladores-, cuya “trascendencia” sólo ocupa al
periodismo frívolo (es decir, todo el de paga). Las
reflexiones de politólogos y periodistas sobre este asunto sólo
atraen a los cada vez más escasos “profesionales del comentario”
en sus columnas.
En
la sentencia “tuitera” de Durito: “De la
relación entre la farándula y la política, vale decir: photoshop
los crea y ell@s se juntan”.
Porque
ahora resulta que la gente (esa masa rebelde que no mira hacia donde
se le ordena que mire, ni escucha lo que se le ordena que escuche),
ha adquirido la manía de traer lo cotidiano a primer plano: cómo
peinarse, lo que me pasó en tal lugar, lo que me
gusta-disgusta, lo que vi-oí-me dijeron-dicen, los crímenes que no
aparecen en los medios de comunicación de paga, los ridículos
reiterados de gobernantes (antes ocultos por montañas de dinero en
los closets de la comunicación de paga), ahora expuestos sin
control.
¿Que
el supuesto paladín de la libertad y la democracia, el gobierno
norteamericano, espía impunemente, o hace barbaridad y media en todo
el planeta? ¡Zas!, la red se convierte entonces en la mano
irreverente que derrumba la escenografía tras la que se oculta la
gran obsesión del Poder: controlar todo y a tod@s, sabiéndolo todo.
Y,
de pronto, cuando el Poder se da cuenta de que de nada valió
pagar tanto para que los reflectores principales (los mediáticos) se
apagaran o se concentraran en el espectáculo bobalicón de moda, el
respetable, la gente, la plebe, la banda, enciende sus lucecitas,
pero no para acompañar rítmicamente la balada de arriba, sino para
evidenciar que el
rey-príncipe-ministro-presidente-gobernante-legislador está
desnudo.
Gentleman de Iztapaluca El regidor Francisco Javier Romo del PAN |
Sabiéndose
expuesto, el Poder sólo alcanza a balbucear incoherencias y, por
supuesto, a criminalizar a sus descubridores. ¿Que tal o cual
gobernante o funcionari@ lleva con patético porte su síndrome de
“usted-no-sabe-con-quién-se-mete”? ¡Zás!, ahí tiene su
zape cibernético y que todos lo vean-escuchen-difundan. Y,
claro, la consecuente respuesta jurídico-policíaca de los
políticos: arresto de tuiteros; iniciativa de ley para
controlar las redes sociales; el espacio aéreo mundial usurpado por
el gobierno norteamericano, la patética servidumbre de los gobiernos
europeos (“es sólo un indio, deténganlo”).
Ponga
usted el nombre que guste de quienes arriba son o pretenden ser: Peña
Nieto, Obama, Berlusconi, Rajoy, Putin, el etcétera que padece usted
en su rincón. Grandes, medianos y pequeños (todos malos)
comediantes danzando al ritmo frenético de internet (¿sobra decir
que ni siquiera llevan el paso?).
Resumiendo: internet = (igual
a) la globalización inmediata y masiva del ridículo y la
incapacidad de la clase política.
Pero
¡cuidado!, porque allá arriba ya se dieron cuenta de que lo
instantáneo (la evidencia masiva de su incompetencia) es también
fugaz. Y que el remedio para un escándalo es un escándalo
mayor. El mejor antídoto contra un “hashtag” viral
es otro ídem. Mientras esas denuncias no pasen al “hay que
hacer algo”, de ahí al “hay que hacer esto”, y de ahí al
calendario y la geografía (“hay que hacerlo en tal lugar, tal
día”), pues no hay problema. El Poder no tiene inconveniente
en que sus ridículos sean temas de sobremesa, pero si, por ejemplo,
los nuevos “terroristas internacionales”, es decir, las redes
sociales, pasan del escarnio a la movilización… pues entonces sí
empiezan a sonar los “teléfonos rojos” (ok, ya sé que ya no se
usan, pero creo que me entienden) en los centros del Poder Mundial,
es decir, en los centros financieros. Porque una cosa es
indignarse individualmente frente a la injusticia, y otra cosa es
hacerse colectivo de Indignados. En suma, los problemas se
ponen serios cuando las “manitas abajo” en la red, se transforman
en puños desafiantes en la calle… y en el campo.
Pero
allá arriba, l@s analistas insisten en la mentada y re mentada
“coyuntura” (el “contexto histórico”, mi buen). Y se
trata del espectáculo de siempre. Por ejemplo, las
elecciones… Fraudes pre-electorales, electorales y
postelectorales. La conclusión entonces es casi unánime: “no
sirven”… hasta que llega una nueva temporada electoral y un
iluminado a modo ofrece lo de siempre: la libertad anhelada al
alcance de una boleta electoral. Así, la salvación está en
pintar una cruz en determinado lugar de un papelito, con fervor
depositarlo en una caja, y a esperar que ese ser intangible que es
“la mayoría” aparezca como irónico disfraz de quien realmente
decide: un puñado de grandes señores y señoras del dinero.
“La
Sociedad del Poder”, le llamamos nosotros, nosotras las zapatistas,
tal vez sólo para señalar que no es en el aparato tradicional,
exaltado por la ciencia política ídem y los políticos ibídem,
donde reside el Poder y su criminal ejercicio.
Ah,
la clase política y corifeos que la acompañan. Como si
estuvieran a años luz de la realidad, los políticos de arriba no se
han enterado de que lo que pretenden gobernar ya no existe. Su
(mala) actuación es sólo la escenografía tras la que se ocultan
los escombros de un mundo… de su mundo…
DURITO
Versión π (3.14159265 etc.)
Un
político es como un zombie con un letrero de “vegetariano
radical”, y cualquiera que sea su lema de campaña en el fondo es:
“sigo siendo el mismo pero ahora me voy a portar bien”,
me dice Durito, que sostiene que Hannibal
Lecter no es más que un zombie
con buenos modales y habilidades gastronómicas (por cierto, vienen a
la escuelita dos especialistas en gastronomía, seguramente
intrigados por los ingredientes del platillo “Marco´s
Special”, no apto para
vegetarian@s y tan exitoso que olvídate de Ratatouille,
¿Querrán robar la receta secreta?).
Sí,
ha regresado Durito. El autodenominado “único superhéroe
que no usa mallas, ni calzones encima de las mallas… ni debajo de
las mallas”.
Durito
tiene días insistiendo en que es su turno. A mi argumento de
que muchos no lo recuerdan y que muchos más ni saben de su
existencia, Durito me ha dado su tarjeta de presentación y me pide
que la publique. Él insistió, así que aquí la pongo, por si
algún despistado (o despistada, que la equidad de género no se
olvide) decide recortarla y tenerla a la mano:
Don Durito de La Lacandona A.C. de C.V. de (i)R. (i)L.
Caballero Andante.
Hojita de Huapác # 69.
Montañas del Sureste Mexicano.
Sé que
fue un error, pero le pregunté qué diablos quería decir
eso de “A.C. de C.V. de (i)R. (i)L” y me respondió: “Andante
Caballero de Cabalgadura Versátil de Irresponsabilidad Ilimitada”.
Le
dije que ya nadie usa las tarjetas de presentación, que ahora hay
“blogs”, “perfiles” y cibernéticos equivalentes.
En respuesta a mis reparos, Durito me quitó la tarjeta, garabateó
sobre ella y me la devolvió. Ahora dice:
Andante Caballero y Grafitero Cibernético.
Arroba más w (pero al triple) punto #yosoy69yomiyomi.
(Se rayan muros feisbuqueros y de los otros. Presupuesto sin costo)
Versión 7.7 bis.
Descarga gratuita sólo para linux.
Diga sí al software libre
Por
supuesto que no le pregunté qué significaba todo eso.
Bueno,
el asunto es que Durito me ha dicho que ahora es cuando, que
qué mejor momento para hacer su reaparición que cuando un
pequeño, pequeñísimo número de personas, de geografías y
calendarios tan dispersos, están esperando el inicio de clases en la
escuelita zapatista.
Para
quienes no lo conocen o no lo recuerdan (o para quienes, como el que
esto escribe, han hecho el esfuerzo de olvidarlo), Durito es un
escarabajo. Cierto, no es un escarabajo cualquiera. Se
dice caballero andante (y le da por recitar párrafos enteros de “El
Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha”), tiene un “clip”
mal desdoblado como lanza, un pedazo de cáscara de cacaté
como yelmo, una tapita de frasco de medicina como escudo, y como
espada, bueno, ahí sí son palabras mayores, porque su espada es
nada menos que “Excalibur” (aunque su apariencia sea la de una
ramita). Para completar tiene como montura no un rocín, sino
una tortuguita del tamaño de un dedo pulgar, a la que llama “Pegaso”
(“porque parece que vuela cuando agarra velocidad”, aclara
Durito).
Durito
o Don Durito de La Lacandona, dice que su misión es, transcribo
textualmente lo que me dicta, desafiar al poderoso, socorrer al
desvalido, arrancar suspiros de las féminas, ser modelo de posters,
y… y lo que vaya saliendo en el camino porque tampoco es cosa de
encasillarse, ¿no? Por ejemplo, también hago ingeniería –soy
albañil media cucharita de té-, fontanería, pintura, consejero
amoroso, botiquero, webmaster, mago, catador de helados de nuez,
escribano, especialista en tratamientos de belleza que incluyen
lavado, engrasado, hojalatería y pintura, etcétera. No
olvides poner énfasis en el “etcétera”.
Así que,
aprovechando que –al igual que millones de personas-, la coyuntura
histórica no nos toma en cuenta, y mientras llega el día fatídico
en que inicien los cursos de la escuelita zapatista, Durito
impartirá ahora un curso propedéutico, dice, de “alta
política”.
Y
para hacerlo, Durito se pone en modo “Massively Multiplayer
Online –MMO-” (para que todo el mundo se entere, dice -al
menos en Word of Warcraft y en Call of Duty-) y
comienza con… ¡¿Un Twit?!
“Los
partidos políticos institucionales son el “bioshacker” de la
lucha por la libertad”
(Durito
sonríe satisfecho de su capacidad de síntesis, pero siente la
necesidad de extenderse así que… a sufrir…)
Para
entender el funcionamiento contemporáneo de la política de arriba,
hay que acudir a su nuevo ateneo: los medios de comunicación de
paga. Ojo: noten ustedes que ya no usé el tradicional “medios
masivos de comunicación” porque hay medios alternativos (o libres
o como se diga) que son masivos y otros que son terreno de lucha
(como internet).
Tomemos,
por ejemplo, la televisión. Encienda su aparato y aprecie
usted cómo la realidad imita a la publicidad. Ahí están esos
anuncios con aparatos maravillosos que le permiten no sólo bajar de
peso, también le dan una figura de yomiyomi, de
corre-porque-te-alcanzo.
Adquiriendo
uno de esos aparatos, usted puede atascarse de garnachas, harinas,
carbohidratos, hidrocarburos, azúcar, benzoato de sodio en generosas
proporciones, y además tirarse en la cama o el sofá o la
hamaca o el suelo (todavía hay clases sociales, no se crea) y darle
al videojuego, a la novela o a la teleserie. En unos cuantos
días, usted tendrá una figura como el joven o la señorita que en
este momento está demostrando que el aparato es fácil de usar,
además de ser útil para colgar la ropa a secar.
Bien,
así es la política de arriba en el momento en que piden su
voto. No es necesario que usted se organice, que luche todos
los días y en todas partes, por construirse un destino. Para
eso, no faltaba más, está este producto. En su nueva versión
le hemos incluido un botón de reseteo, y ahora incluye un
frasco de gel con aroma a florecitas. Él se encargará de
todo. Usted siéntese cómodamente y verá cómo abundan las
ofertas de trabajo digno, los créditos con bajos intereses, las
escuelas laicas, científicas y gratuitas, la cultura al alcance de
todos, las viviendas con todos los servicios que sí sirven y de bajo
costo, alimentos completos, hospitales bien equipados y personal
médico capacitado, las cárceles llenas de verdaderos delincuentes
(es decir, de banqueros, funcionarios y policías), la tierra de
quien la trabaja, las riquezas naturales propiedad de la Nación.
En fin, el mundo que siempre soñó disfrutar, pero sin tener que
hacer nada más que cruzar esta boleta electoral. No, ni
siquiera se tiene que molestar en vigilar si no se hace trampa o si
no se cuentan bien los votos, ¡nosotros lo hacemos por usted!
Ah,
el “bioshaker” de la libertad: baje de peso sin moverse (que el
aparato se mueva por usted); sea libre sin luchar (que el líder
luche por usted).
Ahora
bien, no apague usted su televisor. Veamos qué hay detrás de
esos anuncios. Sí, esos jóvenes musculosos y esas frondosas
señoritas no usan esos aparatos. Si usted les pregunta fuera
del escenario le dirán que son inútiles, que nunca comprarían uno,
que un buen cuerpo sólo se consigue con una alimentación adecuada y
haciendo ejercicio. ¿Me sigue?
Bueno,
pues igual en la política: los que verdaderamente mandan en el mundo
no creen en la democracia electoral, saben bien que ahí no se
decide nada de lo fundamental. Que el mando verdadero, el
Poder, está en otro lado, en SU lado.
Pero
resulta que, cuando usted está por cambiarle de canal, o poner
el dvd “de producción alternativa” para ver “The Walking
Dead”, aparece otro señor, señora, señorita, que le dice que no
le cambie, que si vota por él-ella, ahora sí se va a conseguir eso
que tanto necesita y merece, que para lograrlo, mire usted, sólo
tiene que marcar esta boleta electoral aquí en este logotipo que,
¡es cierto!, parece de comida chatarra…
Bien,
ahora un examen de opción múltiple para aprobar este curso
propedéutico:
Visto
lo anterior, usted…
a).-
Le hace caso al señor-señora-señorita
y se dice que hay que probar, que tal vez ahora sí, que hay que
hacer otro partido político… con los mismos de siempre.
b).-
Le cambia de canal o le da play
al devedé y empieza a comentar con su pareja o su perro o su gato, o
con los 3, sobre por qué los zombies siempre pierden a pesar de que
son mayoría abrumadora: Bueno, no siempre, más bien casi nunca / Al
final los zombies ganan / Y está esa película de Romero, donde sale
el de El Mentalista, donde al final se ve que los zombies van a
buscar un lugar para ellos / Ah, se llama “Zombie Land”, “Tierra
de Muertos” / Sí, se van tal vez horrorizados por la sanguinaria
crueldad de los vivos / Mmh, ¿o sea que tú dices que los zombies
van a hacer, como quien dice, su municipio autónomo rebelde
zapatista? / O que van a la escuelita zapatista / De por sí eso va a
estar lleno de gente rara / Sí, como nosotros / Y nosotras, menso /
Zape / Bueno, besito.
c).-
No tiene o apaga el televisor y busca en
la red si alguien ya consiguió autobús para San Cristóbal de Las
Casas, Chiapas, del 8 al 18 de agosto, para llegar a la fiesta, ir a
la escuelita, y estar en la cátedra de los pueblos originarios.
Mientras se enciende la compu, usted se prueba esas botas horribles
que alguien le dijo que le servirían cuando viniera a Chiapas.
d).-
No leyó-entendió la pregunta. Autoevaluación (no haga trampa):
Si
usted eligió la opción a, ni venga, nomás
va a hacer corajes. Si optó por la respuesta b,
no se preocupe, nosotr@s también parecemos zombies… bueno, pero
una peinada no le haría mal. Si su opción fue la c,
es bueno que sepa que esas botas no le van a servir de mucho.
Si eligió la d, entonces vuelva al inicio del texto
(no, éste no, sino el que se empezó a escribir hace más de 500
años).
Tan-tan.
Fin del curso propedéutico de Durito.
-*-
¿Y
los zapatistas, las zapatistas, cuál opción escogerían?
¿Usarían aparatos de ejercicio o una dieta balanceada, o ambas?
O ninguna -ya ve que a los zapatistas luego les da por construirse su
propia opción-.
Ah,
esas respuestas tal vez las encuentre en el curso “La Libertad
según l@s Zapatistas”. No se lo aseguro. Lo que
sí debe tener por cierto es que, aunque escaseen las respuestas,
abundarán las preguntas.
(Ah,
Durito trajo también un cuento, “la historia de gato-perro”,
pero ése lo dejo para otro día).
Vale.
Salud y, créame, lo que vale la pena no es fácil, por ejemplo,
subir esa loma para, desde ahí, ver como la luz al fin se cobija en
la sombra de madrugada.
(Continuará)Desde las montañas del Sureste Mexicano.
SupMarcos.
México, julio del 2013.
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