Se refirió a la interacción de redes criminales y
estatales en el uso de la violencia y el miedo como instrumento de poder
político.
Según la autora, las
redes de trata y narcotráfico se presentan como lo que erróneamente se
denomina crimen organizado; “emprendimientos privados que no son tales”.
Y agregó: “me refiero a la relación que existe entre las organizaciones
criminales y las corporaciones policial y militar, las corporaciones
políticas y las económicas, principalmente los bancos que se dedican al
lavado de fondos.
La
politóloga, autora de “Poder y desaparición” habló del crimen
organizado, y se refirió al miedo como instrumento político, en el BAN!,
el Festival Negro porteño auspiciado por Revista Ñ.
Por Julián López
En
un festival de literatura en el que todo son tiros, gángsters y filos
de cuchillo también hubo espacio para la reflexión acerca del miedo y,
más precisamente, del terror global. “Resistencia comunitaria a las
redes criminal-policiales” fue la charla en la que habló durante una
hora la doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de
México Pilar Calveiro.
Poder y desaparición (Colihue) es uno de
los deslumbrantes libros que llevan la firma de esta argentina que
aborda de manera osada y valiente el eje de la violencia política en la
Argentina de los años 70.
Con un modo natural de decir, la autora
se refirió a la interacción de redes criminales y estatales en el uso de
la violencia y el miedo como instrumento de poder político. “Algunas de
las violencias que se manifiestan en lo global son estatales, como las
guerras y las invasiones y otras se presentan como si fueran privadas
aunque en realidad están articuladas y protegidas por los propios
estados”, sostuvo.
Según la autora, las redes de trata y
narcotráfico se presentan como lo que erróneamente se denomina crimen
organizado; “emprendimientos privados que no son tales”. Y agregó: “me
refiero a la relación que existe entre las organizaciones criminales y
las corporaciones policial y militar, las corporaciones políticas y las
económicas, principalmente los bancos que se dedican al lavado de
fondos. Estas manifestaciones son público-privadas ya que articulan
circuitos legales e ilegales”.
En una clara jerarquización del
quehacer político Calveiro remarcó que “estas violencias tienen
objetivos económicos y políticos y por eso deben ser pensadas y
resistidas políticamente”.
En un festival de temática que entre
otras cosas aspira a provocar miedo, Calveiro dedicó unos minutos a
diferenciar este sentimiento del terror. “Se suele hablar del terror
como de un miedo muy intenso, sin embargo el fenómeno de la intensidad
da lugar a otro fenómeno: el terror implica la suspensión de la razón,
lleva a una casi imposibilidad de la acción pero es la acción lo único
que puede protegernos”.
Respecto del creciente reclamo social de
seguridad Calveiro sostiene que “esa centralidad extraordinaria en la
agenda política de la actualidad plantea un desafío: cuanto más un
Estado proclama que lo que hace es defender el orden público, más crecen
las amenazas y los temores en la población. De hecho, a nivel global,
el filósofo polaco Zygmunt Bauman sostiene que la guerra antiterrorista
lo único que ha logrado es que se incrementen tanto el miedo como el
terrorismo”.
En cuanto a la problemática local la invitada apuntó
que los grupos más afectados son los migrantes y los pueblos originarios
debido a un abandono de enormes franjas de población por parte del
Estado, pero también por parte de la sociedad. “Estas poblaciones son
objeto de violencias superpuestas, legales e ilegales, y específicamente
en las comunidades originarias, de intereses económicos como las
mineras y las madereras que lo que buscan es despojarlos de sus
territorios”.
Ante el pavor que representa lo que se conoce como
capitalismo criminal, pero lejos de la idea del buen salvaje, Calveiro
encendió la esperanza refiriéndose justamente a las acciones de los
pueblos originarios que suplantan la opción de la violencia por el
concepto de resistencia.
“Esta forma de relación en la política es
súper efectiva y de largo plazo”, destacó. “Como la comunidad Cherán,
en Michoacán, México, que logró la autonomía recuperando su saber
ancestral, recurriendo a una enorme batería de acciones: la protesta, el
reclamo, la conversación, la negociación pero también la acción armada
porque ellos cierran su comunidad y no permiten que entren ni el
ejército ni los narcos. Hay un uso muy cauteloso de distintos
instrumentos y una auto restricción muy fuerte de la violencia; de lo
que se trata es de detener la violencia estatal y paraestatal pero nunca
de igualarla ni de sobrepasarla. Es una forma de resistencia muy
racional”, concluyó.
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