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viernes, 1 de noviembre de 2013

Alberto Patishtan libre: Siempre he sido inocente, siempre he sido libre,

(31 de octubre, 2013).- “¿Quién es Alberto Patishtan? Soy yo, una persona que escucha y que está perdiendo la vista por la enfermedad, pero ahora ve más claro en su corazón”. Así comenzó a hablar Alberto Patishtan frente a la gente reunida en un acto para celebrar su liberación.
El profesor chiapaneco aseguró que siempre ha sido inocente “ante los ojos de Dios y de mí mismo; quisieron acabar con mi lucha, quisieron restar pero lo que lograron fue multiplicar, quisieron apagar pero lo que hicieron fue hacer resplandecer”. Así, Patishtan afirma que durante todo el tiempo que estuvo en la cárcel siempre fue libre.
Él fue encarcelado por oponerse al gobierno municipal, “sólo soy uno que vió lo que estaba pasando en su pueblo, me encontré con que se daba otro tipo de esclavitud. Así que dije ‘¡No más, voy a defender a mi pueblo!’ Y salí a gritar, a levantar la mano. Por eso me encarcelaron”.
Sin embargo, una vez en prisión se dio cuenta que ahí había otros compañeros pobres: “Entonces me dije que el trabajo no había terminado y comencé a luchar desde la cárcel”. Siempre sonriente, Alberto Patishtan asegura que la posibilidad de seguir luchando por sus “hermanos” y saber que era inocente fue lo que lo mantuvo libre: “Fui útil dentro de la cárcel, desde el primer día que llegué: estoy libre y me he sentido libre siempre”.
Alberto y su hijo
“Cuando una persona lucha dentro de la cárcel se convierte en un estorbo. Dentro de la cárcel todo está al revés; al mal le llaman bien, al bien le llaman mal; incluso había algunos que pedían que ya me sacaran de la cárcel porque ahí sólo les estorbaba”.
La labor de defensa de sus compañeros que el profesor Patishtan realizó dentro de la cárcel fue intensa: “tuve que ser sacerdote, tuve que ser psicólogo, tuve que tomar el papel de abogado y hasta fui doctor”, todo por ayudar a los otros presos, en su mayoría indígenas pobres, que veían en él a un consejero o guía.
Un periodista le pregunta si él se considera un símbolo y Patishtan, con su sonrisa siempre en los labios, responde que sólo es “un símbolo de que hay muchas cosas que hacer todavía”.
Afirmó que actualmente se encuentra a la mitad de un tratamiento de radioterapia que durará 28 sesiones, destinado a eliminar un tumor que tiene en el cerebro y que le provoca paulatinamente la pérdida de la visión. Su salud es su prioridad máxima ahora. Después de concluir su tratamiento regresará a la comunidad de El Bosque, disfrutará a su familia y luego “Dios me iluminará” para saber qué hacer, pero está convencido de que la lucha debe continuar: “Sigamos construyendo, nos falta mucho. No estamos comenzando y debemos continuar”.
 
Sobre si demandará al Estado para exigir la reparación del daño que le causaron, Patishtan dijo “yo no guardo rencor porque en mi corazón hay paz. Al regresar a mi pueblo estaré con mi gente y lo que le toque al Estado será del Estado.”
Con un mensaje muy conciliador, Patishtan pidió que “aprendamos a amarnos los unos a los otros, para mí ahí está la clave”. A Peña Nieto, Patishtan le pidió que “como autoridades, deben seguir haciendo el bien”.
FOTOGRAFIAS DE SOMOS EL MEDIO


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