(31 de octubre, 2013).- “¿Quién es
Alberto Patishtan? Soy yo, una persona que escucha y que está perdiendo
la vista por la enfermedad, pero ahora ve más claro en su corazón”. Así
comenzó a hablar Alberto Patishtan frente a la gente reunida en un acto
para celebrar su liberación.
El profesor chiapaneco aseguró que
siempre ha sido inocente “ante los ojos de Dios y de mí mismo; quisieron
acabar con mi lucha, quisieron restar pero lo que lograron fue
multiplicar, quisieron apagar pero lo que hicieron fue hacer
resplandecer”. Así, Patishtan afirma que durante todo el tiempo que
estuvo en la cárcel siempre fue libre.
Él fue encarcelado por oponerse al
gobierno municipal, “sólo soy uno que vió lo que estaba pasando en su
pueblo, me encontré con que se daba otro tipo de esclavitud. Así que
dije ‘¡No más, voy a defender a mi pueblo!’ Y salí a gritar, a levantar
la mano. Por eso me encarcelaron”.
Sin embargo, una vez en prisión se dio
cuenta que ahí había otros compañeros pobres: “Entonces me dije que el
trabajo no había terminado y comencé a luchar desde la cárcel”. Siempre
sonriente, Alberto Patishtan asegura que la posibilidad de seguir
luchando por sus “hermanos” y saber que era inocente fue lo que lo
mantuvo libre: “Fui útil dentro de la cárcel, desde el primer día que
llegué: estoy libre y me he sentido libre siempre”.
Alberto y su hijo |
La labor de defensa de sus compañeros
que el profesor Patishtan realizó dentro de la cárcel fue intensa: “tuve
que ser sacerdote, tuve que ser psicólogo, tuve que tomar el papel de
abogado y hasta fui doctor”, todo por ayudar a los otros presos, en su
mayoría indígenas pobres, que veían en él a un consejero o guía.
Un periodista le pregunta si él se
considera un símbolo y Patishtan, con su sonrisa siempre en los labios,
responde que sólo es “un símbolo de que hay muchas cosas que hacer
todavía”.
Afirmó que actualmente se encuentra a la
mitad de un tratamiento de radioterapia que durará 28 sesiones,
destinado a eliminar un tumor que tiene en el cerebro y que le provoca
paulatinamente la pérdida de la visión. Su salud es su prioridad máxima
ahora. Después de concluir su tratamiento regresará a la comunidad de El
Bosque, disfrutará a su familia y luego “Dios me iluminará” para saber
qué hacer, pero está convencido de que la lucha debe continuar: “Sigamos
construyendo, nos falta mucho. No estamos comenzando y debemos
continuar”.
Sobre si demandará al Estado para exigir la reparación del daño que le causaron, Patishtan dijo “yo no guardo rencor porque en mi corazón hay paz. Al regresar a mi pueblo estaré con mi gente y lo que le toque al Estado será del Estado.”
Con un mensaje muy conciliador,
Patishtan pidió que “aprendamos a amarnos los unos a los otros, para mí
ahí está la clave”. A Peña Nieto, Patishtan le pidió que “como
autoridades, deben seguir haciendo el bien”.
FOTOGRAFIAS DE SOMOS EL MEDIO
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