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sábado, 22 de marzo de 2014

El cinismo occidental en #Ucrania y Crimea y el hueso duro de roer de #Venezuela.Dicen que la crisis actual en Ucrania es la más grave desde el fin de la guerra fría.


Cubainformación TV Miércoles, 19 de Marzo de 2014 – Basado en un texto de Santiago Pérez – Blog “La pupila insomne” (Cuba).- Dicen que la crisis actual en Ucrania es la más grave desde el fin de la guerra fría. Tras la decisión democrática del pueblo de Crimea de reintegrarse en Rusia, las potencias occidentales han impuesto sanciones a Moscú.



Texto adaptado
Cubainformación TV – Basado en un texto de Santiago Pérez – Blog “La pupila insomne” (Cuba).- Dicen que la crisis actual en Ucrania es la más grave desde el fin de la guerra fría. Tras la decisión democrática del pueblo de Crimea de reintegrarse en Rusia, las potencias occidentales han impuesto sanciones a Moscú.
europecountriesmapen2_bbdd216bRusia, con probabilidad, impondrá sanciones recíprocas: quizá confiscando activos de empresas occidentales, deshaciéndose de bonos del tesoro de EEUU, o buscando monedas alternativas al dólar y al euro en sus operaciones con China, Irán o América Latina.
EE.UU trata de pasar la cuenta al Presidente Putin: por su papel firme e independiente en Siria e Irán, por la concesión de asilo a Edward Snowden, y por sus relaciones preferentes con los “países díscolos” de América Latina.
Washington busca debilitar el perfil de Rusia como potencia independiente en la arena internacional. Y es previsible que apueste a su fragmentación territorial, como en el pasado hizo con la Unión Soviética o Yugoslavia. Para ello, seguirá con el despliegue del escudo antimisiles, y con la labor de financiamiento de todo tipo de grupos de oposición en Rusia.
La imposición en Ucrania de un gobierno títere de EEUU y la Unión Europea envalentona ahora a quienes tratan de calcar la operación en otros países insumisos, como Venezuela.
Pero ahí tienen un hueso mucho más duro de roer. Por la capacidad de movilización de amplios sectores populares que apoyan a su gobierno y por sus amplias alianzas con países amigos, que no dejarán sola a la Revolución bolivariana de Venezuela.
Texto original
Crimen y la irresponsabilidad occidental
Santiago Pérez – Blog “La pupila insomne” (Cuba).-La crisis actual en Ucrania es considerada la más grave desde el fin de la guerra fría. Se anticipan escenarios  preocupantes para el desarrollo y evolución  del  sistema internacional, dada la magnitud de los actores involucrados y las medidas y contramedidas que se están barajando.
En caso de aprobarse el referéndum en Crimea el 16  de marzo para su  adhesión a la Federación de Rusia, las potencias occidentales han amenazado con congelar activos rusos en bancos occidentales, prohibir visas a figuras importantes del país y tratar de aislarlo en los foros políticos internacionales.
A la movilización general de las fuerzas armadas ucranianas, ya en curso, se le añadiría el incremento perspectivo de efectivos de la OTAN en el mar Negro y en los países Bálticos. Hasta ahora  ya han sido canceladas las negociaciones para la adhesión de Rusia a la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y se interrumpieron  los preparativos de la Cumbre del G-8 que debía tener lugar en Sochi en junio de este año. Es muy posible que si se produce finalmente  la incorporación de Crimea a la Federación de Rusia, la escalada de sanciones se intensifique. Es lo que han declarado los principales líderes de EEUU, Alemania, Francia, Gran Bretaña, la OTAN.
Los rusos probablemente respondan imponiendo similares sanciones  a las que les impongan; quizás confiscando activos de las compañías occidentales en su país, dejando de pagar deudas a bancos norteamericanos y europeos, deshaciéndose de bonos del tesoro de EEUU y/o buscando monedas alternativas para sus operaciones comerciales con China, la India, Irán, otros países asiáticos, Medio Oriente, América Latina.
En la esfera militar, donde Rusia es más fuerte que en otras áreas,  hay que esperar medidas de respuesta, que pueden ir desde la no autorización de las inspecciones a la ejecución de los tratados de limitación de armamentos ya firmados, hasta movilizaciones adicionales de efectivos y tropas en este y otros teatros de operaciones. Pueden peligrar esfuerzos comunes ruso-norteamericanos para buscar salidas negociadas al conflicto sirio e iraní. Tal vez Moscú interrumpa la cooperación con la OTAN para el empleo de la llamada ruta Norte como vía  de tránsito para el suministro a las tropas  de la OTAN que permanecen en Afganistán y que deben retirarse este año.  Debe incrementarse la inestabilidad en las regiones prorrusas del este y sur de Ucrania.
Otro escenario es que prevalezca  la cordura y se logre determinada negociación entre las partes, lo que evitaría la escalada que se avizora. Si se diera este hipotético escenario, no obstante, ya los eventos transcurridos en estos tres meses van a dejar su huella en las perspectivas de evolución de los acontecimientos.
En primer lugar, va estar más claro aún, pase lo que pase, que EEUU sigue aplicando a Rusia la misma política  instaurada después del fin de la guerra fría, y que ha estado, está y estará dirigida a lograr el debilitamiento del Estado ruso en la arena internacional (cualquiera que sea el signo ideológico de sus gobernantes), y reducir su perfil de potencia  independiente. De ser posible, incluso, se desearía una fragmentación de la propia Rusia. Para ello continuará en marcha la carrera armamentista, el despliegue del escudo antimisil, la labor subversiva en el espacio postsoviético y en la propia Rusia. Las relaciones de estos dos actores seguirán siendo sumamente complicadas, lo que irradiará tensión en el escenario mundial.
Por otro lado, dada la debilidad y sumisión del nuevo gobierno ucraniano, incluyendo el que emerja después de los comicios del 25 de mayo, se espera que Kiev reanude el pedido de entrada de Ucrania a la OTAN,como en su momento hizo el Presidente prooccidental VíctorYushenko, lo que, si se lleva a efecto, generará otra espiral de tensión geopolítica en el futuro.
EE.UU ha aprovechado esta coyuntura para enviar el mensaje de que no acepta “plácidamente” la emergencia de potencias que cuestionen su postura de “primero entre iguales” en la geopolítica mundial. Ha sido un pase de cuenta al Presidente Putin por su postura independiente en la crisis siria, en el tema de Irán, en la concesión de asilo a Snowden, y en muchos otros puntos.Este enfrentamiento con Rusia es también una estocada a los BRICs y una advertencia a los poderes emergentes, actuales, y del futuro, de las consecuencias que tendría un comportamiento independiente. Habría que ver la reacción de estos actores emergentes ante el desplante presente y perspectivo de los norteamericanos.
De paso, la acción yanqui en Ucrania ha sido un golpe también a sus aliados europeos, los cuales, una vez más, van a tener que pagar las mayores sumas por el rescate a Ucrania, y cuya economía (la de la Unión Europea, para no hablar de la de Ucrania) puede salir mucho más perjudicada que la estadounidense, dada su mayor imbricación con la economía rusa.
Como resultado de esta crisis, probablemente Washington logre fortalecer aún más a la OTAN  como instrumento de su dominio en Europa y en el mundo, en tanto que se ha revitalizado la “amenaza rusa”, tema especialmente sensible para los países de Europa del Este miembros de la OTAN.
Finalmente, el complejo militar industrial y el establishment de la seguridad nacional van a estar satisfechos con el auge que va a desarrollar la carrera armamentista y el incremento de la tensión internacional en cualquiera de los futuros escenarios.
Por otro lado, el supuesto éxito de la operación subversiva para derrocar al Presidente Yanukóvich debe envalentonar a los hacedores de política de EEUU y de la OTAN para ensayar acciones de este tipo en países que resistan sus designios imperiales. Venezuela es el caso típico, pero podrían aparecer muchos otros. El 2014, año por demás de elecciones de medio término en EEUU, depara un incremento de la tensión internacional y un incremento del peligro que emana desde Washington y de Bruselas.
*Investigador del Centro de Investigaciones sobre Política Internacional (CIPI) 

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