El Fisgón: Anestesia de doctores Neoliberales |
Hoy
tenemos un Estado reducido, con muy poca movilidad, incapaz de
sustentar una política soberana y de ejercer jurisdicción sobre el
territorio nacional
El
panorama de México, con inminente recesión, caída en el poder
adquisitivo, incremento de la violencia y pérdida de soberanía,
configura un estado de decadencia, que no se resolverá con las reformas
planteadas por el Ejecutivo y el respaldo acrítico de la oposición,
explicó Porfirio Muñoz Ledo.
La
tragedia del país es que se tuvo la espléndida oportunidad de una
transición democrática exitosa, de reconstruir sus instituciones y de
cambiar el rumbo económico y social del país. No se hizo, dijo en
entrevista con La Jornada.
Para
el ex secretario del Trabajo y ex embajador de México en Naciones
Unidas, la sociedad sufre las consecuencias de un periodo
particularmente fallido de la historia de México.
¿Qué
gran problema atacamos en serio? Sólo se usufructúa el poder, todo se
vende a los particulares. Hoy no tenemos un Estado ni una sociedad
fuerte, tampoco un ejercicio de nuestras decisiones soberanas, señaló.
–¿En qué ruta va el país?
–Si se ve para cualquier lado, el panorama es de desastre. La economía
va en caída porque no salen del circuito neoliberal, y las reformas
siguen ese curso.
“Se anunció que la reforma laboral generaría más empleos y
productividad, que daría mayor movilidad al mercado de trabajo y
reduciría la informalidad. Todos los datos son en contrario.
La reforma fiscal fue un popurrí. Estamos metidos en la parte final del ciclo neoliberal.
–Aun así, no está rota la relación con el sistema neoliberal.
–Al
contrario. ¿Por qué? Por la alianza PRI-PAN. No hay diferencia entre
uno y otro. El blanquiazul puede colocarse un poco más a la derecha y
también el tricolor. El PRIAN existe desde 1988, y esa es la enorme
paradoja de la historia contemporánea de México
“¿Para qué ha servido la alternancia en el poder, si la política es la misma? ¿O ha cambiado?
Ha habido alternancia de personas, de
siglas, de partidos, pero no de política, y cuando se escriba lo que
ocurrió en México, se verá que el país no pudo generar una fuerza
opositora suficiente para ganar las elecciones y cambiar el rumbo del
país.
–¿El Congreso no logró la ruptura del sistema unipartidista?
–¡No!
El PAN decidió apoyar al gobierno de (Carlos) Salinas, con todo que el
propio (Manuel) Clouthier dijo que le habían robado su programa.
“Antes
de las elecciones de 1988 hubo cierta confluencia entre la corriente
democrática y el PAN, pero luego el blanquiazul se aflojó: le preocupaba
más el triunfo económico por su abierto pacto con Salinas.
–¿Qué originó ese retroceso?
–El
Fobaproa. Habíamos tenido conversaciones con el sector más racional del
PAN para presentar un proyecto distinto, que consistía en no reconocer
el quebranto como deuda pública.
“Acción
Nacional estaba de acuerdo en la democratización de la Cámara y del
país, pero no en materia económica, porque están con el gobierno y así
nos lo dijeron. Esa es una agravante de la transición fallida.
Hoy
tenemos un Estado reducido, con muy poca movilidad, incapaz de sustentar
una política soberana y de ejercer jurisdicción sobre el territorio
nacional. No se hizo una reforma cabal del Estado, libre de la transa, y
no se puede distinguir entre la oposición y el gobierno. ¿Dónde está
uno y otro?
El Fisgón: En serio Chong |
–Está
tratando de reconstruir el poder presidencial, pero no tiene las
condiciones, porque ello no significa convencer a las elites que
aprueban las leyes con ellos, sino reorganizar el país.
“Además,
no es cierto que la economía esté funcionando. Todo indica recesión. Y
el argumento del gobierno es que la economía se levantará en el segundo
semestre. ¡Sí, claro, cuando llegue Santaclós! La decadencia puede
llegar a un debilitamiento inmenso del Estado.
–¿Dónde están los síntomas de esa decadencia?
–Primero,
una disminución de la soberanía nacional. Luego, el agotamiento del
modelo económico neoliberal, que tiene a la gente con hambre. En la
calle hay mucha irritación, por no decir encabronamiento. La gente dice
todo está de la fregada, el salario no alcanza. Y es cierto, el salario
está varado, lo cual es una mentada de madre.
“Tercero,
como la combinación de los dos anteriores: el predominio del desorden
sobre el orden. La frontera entre el delito y la normalidad se ha vuelto
absolutamente delgada. Y ese es un punto capital, de gangrena.
Y la economía. No es posible que no puedan invertir selectivamente las reservas para darle un empujón a la economía, concluyó.
LA JORNADA, 26 DE MAYO DE 2014.
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