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jueves, 31 de julio de 2014

Dramático testimonio desde #Gaza que nos comparte el periodista mexicano Federico Cambell Peña:



"Linda, mi hija, llevaba un mes ya, pensando e imaginando su cumpleaños. Todos los días me entregaba un plan, que al día siguiente lo modificaba. Linda quería hacer una fiesta grande, quería invitar a toda la clase, los vecinos, y otros más, quienes compartan con ella clases de música y gimnasia.
Quería que yo comprara regalos para cada uno de los participantes en la fiesta, como un bonito reconocimiento por participar y por los regalos que ella iba a recibir.
Linda quería comprar 100 globos de todos colores y tamaños, que yo tendría que inflar. Quería comprar un nuevo vestido de flamenco, quería ir a la peluquería para que le cortasen el cabello a la francesa. Y por supuesto quería una tarta con la foto de ella encima hecha con crema, y con sabor a caramelo. Quería varios tipos de zumo. Quería música flamenca y de Shakira. Quería y quería y quería.
Yo, como soy un blando, dije bueno: "un día antes voy a preparar la mayoría de lo que pedía".
Pero de repente estallaron los cohetes en el cielo de Gaza y la tierra se movía como un terremoto, y los cazas F16 junto a los Dron, iban y venían arrojando una lluvia de cohetes. Los milicianos de Hamas lanzaban cohetes también. Y el clima llevaba a una catástrofe.
Padecemos falta de electricidad desde hace años, pero la falta de luz con el clima bélico crea una imagen fantasmal de la ciudad.
Si no hay electricidad, significa que tampoco hay agua, significa que hay que subir las escaleras hasta el undécimo piso donde vivo con mi familia en un barrio costero al norte de la ciudad de Gaza.
La falta de luz es falta de vida, y ahora, con los bombardeos, se está acabando con la vida de muchos.
Linda estaba muy triste, llorando, solo porque perdió la fiesta de su cumpleaños, y me preguntaba: "¿qué diré a mis amigas y amigos?". Lloraba también porque se había perdido los regalos.
Yo le prometí hacerla cuando acabe esta catástrofe bélica, y la haré como ella quería. Pero pensaba para mis adentros: “si sobrevivimos".
Muchas veces me lamento por haberme casado y tenido hijos. Y me pregunto: "¿qué culpa tienen estas criaturas?". Y vuelvo a decirme: "¿acaso los pueblos bajo colonización no han de tener hijos?".
Las verdaderas víctimas son los niños, ¿cuánto miedo pasan? ¿Cuantos traumas sufren? ¿Cuántos malos recuerdos almacenan en sus memorias? ¿Y su subconsciente?
¿Qué tipo de personalidad van a tener estos niños con toda esta violencia que están absorbiendo?
Los niños del barrio, ¿no juegan otras cosas que no sea la guerra?
Yo mismo tengo una infancia llena de sufrimiento, resultado de las varias guerras que había vivido. Tenía que leer mucho y en varios idiomas, tenía que viajar a varios países y varias culturas, tenía que discutir mucho y mucho, tenía que pasar por varias experiencias. Tenía que perder muchas cosas, todo esto para llegar a la tolerancia.
Muchas veces no doy respuestas a las preguntas de mis hijos sobre las imágenes trágicas que se pasan por TV, les digo: "les explico más tarde", y nunca lo hago.
Pero los acontecimientos en el terreno me ponen en momentos de apuro con mis hijos, en el barrio, en la escuela. Porque ellos hablan de todo y saben toda la trágica historia.
Adonís, mi hijo mayor (10 años) me dice: "¿por qué tengo que a adaptarme a la guerra?, ¿por qué no nací en otro país sin guerra? ¿Por qué no podemos viajar? ¿Por qué los israelíes cierran las fronteras? ¿Y por qué nos atacan? ¿Y por qué nosotros les atacamos? Y por qué… y por qué… y por qué.
Nadim, el pequeño (4 años), entiende de que estaba hablando Adonís, y pone la mano derecha cerca de su cabeza y comienza a cantar el himno nacional palestino, lo hace con lengua de trapo, y Linda insiste en celebrar su día.
La ciudad está cerrada, las calles vacías, un panorama muy triste y se siente humillada.
La TV pasa imágenes de las víctimas de los bombardeos en todas partes de la Franja de Gaza, la gran mayoría son niños y niñas bajo ruinas, unos carbonizados, otros hechos pedazos. No quiero que mis hijos vean esto. Y cambio el canal, porque el mayor drama fue cuando dijeron los nombres de las víctimas, y una de ellas es una amiga de Linda, su nombre estaba en la lista de invitados al cumpleaños.
Tengo una amiga judía, una señora con más de 80 años, una de los supervivientes del holocausto, nació en Palestina y vivía entre Argentina y Chile, es novelista en lengua castellana, pone en su CV: lugar de nacimiento Palestina. Y vive actualmente en Jerusalén, Nos conocimos hace años vía Internet y mantenemos contactos de vez en cuanto. Ella recuerda la fecha de nacimiento de Linda, y llama por teléfono para felicitarla. Linda sabe decir en castellano:
"hola, ¿cómo estas señora?" Y sabe unas canciones y comienza a cantar: Bésame mucho.
La señora hablaba de los cohetes que han llegado a Jerusalén muy cerca donde ella vive, y está interesada en saber si estamos todos bien y a salvo de los bombardeos israelíes. Y deseaba de corazón que todo se acabara y que lleguemos algún día hacia la paz justa y duradera entre los dos pueblos, y dos estados. Lo mismo que yo deseo.
Mi esposa por fin pudo preparar una tarta gracias a que teníamos algunos ingredientes en casa.
Linda cambió la cara al ver la tarta, comenzó a sonreír. Los niños tienen el milagro del olvido. Ser feliz es lo más que ellos buscan, y la felicidad, aún parcial y temporal, les hace olvidar todo sufrimiento.
Y por fin llegó la hora de celebrar la fiesta con 5 personas, que somos de familia.
En el momento de fotografiar, estalló un cohete muy cerca del edificio. (En la foto se ve el niño más pequeño muy asustado).
Y en vez de cantar Happy Birthday to You, comenzamos a cantar la canción de Timon y Pumba conocida por Stand By Me.
Hace ya años, y varias guerras, aprendí desde la primera, a hacer el papel de payaso ante a mis hijos, cuando estalla la explosión, y ellos se asustan, saltan en sus asientos con caras pálidas, con ojos sin lágrimas, con bocas abiertas sin grito, con miradas llenas de angustia, mirando hacia mí, cuando me dicen: “papá haz algo por nosotros… yo mismo no sé qué hacer, yo mismo no soy un héroe, y como toda persona tengo miedo y me asusto, pero para mi imagen de padre frente a mis hijos, cambio la tragedia en comedia y comienzo a hacer el payaso, me salió por primera vez la canción de Stand by Me porque comienza diciendo: "dom… dom… dom… y de esta forma sirvió como psicoterapia para que los niños sacaran la rabia de adentro. Y así no fue Happy Birthday, ni flamenco, ni Shakira, sino dom… dom… dom… Timon y Pumba.
Linda cumplió ocho años, en este periodo ella sufrió la Operación Plomo Fundido y el drama del 2012 y todos los enfrentamientos desde el 2006 hasta hoy en día.
¿Cuántas veces más ella ha de vivirlo si no se pone fin a este grave conflicto desde hace más de sesenta años?
Linda insiste, cuando se acabe todo el bombardeo va a hacer la fiesta como ella había imaginado. Y yo digo para mis adentros: "si sobrevivimos".

Federico Campbell Peña DESDE GAZA, AHMA

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