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miércoles, 6 de agosto de 2014

Bullying económico, inseguridad y acoso a los socialmente más vulnerables; #Reformasestructurales del Estado

Bullying económico
José Luis Avendaño C
Desde ya algún tiempo me he encargado, para Reporte México, de rastrear las noticias en torno a dos temas: la seguridad y el llamado bullying o acoso escolar.
En el primer caso, la seguridad se trata en tres dimensiones: la seguridad personal, que también tiene que ver con su patrimonio o bienes; la seguridad pública y la seguridad nacional. Como tales, deben estar garantizadas y protegidas por el Estado. Cuando eso no sucede o su acción es insuficiente e ineficiente, por ejemplo, por el desafío de un poder fáctico, como lo es el crimen organizado, se da un vacío de poder que debe ser llenado, por lo que se da una disputa, en cuanto al control de territorios, incluyendo aquí a las mentes y a los cuerpos.
¡Menos mal! Ahumada
Con ello, aparece un clima social de violencia, que rebasa la capacidad del Estado. La inseguridad se vuelve casi una situación normal, con lo predomina el miedo, que a su vez alimenta la confrontación y la necesidad de mayor protección. De aquí al autoritarismo, sólo hay un paso.
En dicho clima social de violencia se hace más evidente un fenómeno que, aunque tiene su origen en el seno de la familia, se manifiesta con crudeza en la escuela: el acoso entre compañeros, que puede ser desde verbal (un apodo o sobrenombre) hasta maltrato físico, que llega a extremos de crueldad y muerte.
Por su naturaleza, tanto la seguridad como el bullying, se extienden a otros ámbitos de la esfera política, económica y social, y así podemos hablar de inseguridad, violencia o bullying económico, tal y como se observa en la aprobación de las distintas reformas estructurales aprobadas en los últimos meses: la educativa, la laboral, la de telecomunicaciones y ahora la de energía, que significan una virtual entrega de soberanía, convirtiendo a México en una neocolonia.
Lógica impecable: Fisgón
Es, precisamente, en el espacio de la economía donde se entrecruzan la seguridad, mejor dicho, su contrario, la inseguridad, y el bulliying, como acoso a los más socialmente más vulnerables, no únicamente a través de la violencia física, sino de la violencia económica, generada desde los programas y las políticas neoliberales, que son a su vez excluyentes y depredadoras. Es el caso del proceso, que lleva 30 años de gestación, pero que es en el actual sexenio cuando se concretan, de aprobación legislativa, de las reformas estructurales, particularmente la educativa, laboral, en telecomunicaciones y en energía.
No sólo se trata del despojo de las tierras a los campesinos, sino de la expoliación de los derechos laborales, es decir, de la destrucción de los contratos colectivos del trabajo, vía el despojo del contenido social de los artículos 27, 28 y 123 de la Constitución.
Uniformes: Ahumada
Por eso, retomo hay otro tipo de clasificaciones de la seguridad, a partir del tipo de protección que cubren. El sociólogo francés Robert Castel afirma que “históricamente han existido dos tipos de protecciones: las ‘civiles’, encaminadas a garantizar la seguridad de los bienes y de las personas en el marco de un Estado de derecho, y las ‘sociales’, que van contra los principales riesgos capaces de entrañar una degradación de la situación de los individuos, como son la falta de empleo digno, la enfermedad, el accidente y la vejez empobrecida. Hay una ‘seguridad civil’ y una ‘seguridad social’”.
 
Esta falta de empleo digno es la que alimenta la violencia e inseguridad que se observa tanto en la familia como en la sociedad. En El Manifiesto Comunista, de 1848, se dice: "Nos reprochan el querer abolir la explotación de los hijos por los padres. Confesamos este crimen”.

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