Tortura y silencio
José Luis Avendaño C.
"El alarmante aumento del uso de la tortura significa que existe
una amenaza real de malos tratos para cualquier persona en
México. En una encuesta encargada por Amnistía Internacional (AI), el 64 por
ciento de las mexicanas y los mexicanos encuestados, declararon tener
miedo de sufrir tortura en caso de ser puestos bajo custodia". Entre
los maltratos, antes de
ser desaparecidos o asesinados, se cuentan
amenazas, golpes, descargas eléctricas, violencia sexual y semiasfixia.
Así lo dice el informe Fuera de control: Tortura y otros malos
tratos en México, que hizo y presentó AI, en el marco de una campaña
mundial Stop Tortura, que analiza a situación de cinco países,
sobre esta situación que es violatoria de los derechos humanos, a manera
de contrapunto o contrainforme en la materia. Porque, según las cifras oficiales,
han disminuido los índices de violencia,
generados por la delincuencia organizada.
La percepción de la gente es otra,
pues, aunque se presenta un nuevo rostro
de país, con el fin de atraer y
recibir inversiones, sólo se le
esconde debajo del tapete.
Tres ideas fundamentales recorren el informe de AI:
1) el aumento de las
denuncias sobre tortura, como un acto violatorio a los derechos humanos,
que coincide con la mayor presencia y acción de las fuerzas armadas en las
calles en su guerra contra el
narcotráfico;
2) las irregularidades en
las detenciones y procesos, de parte de la policía, Procuraduría y las
autoridades de Justicia, y aun de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
(CNDH), y
3) la criminalización de
los detenidos, todavía no sentenciados,
que presentados en los noticiarios, son víctimas de juicios mediáticos.
Respecto a 2003, en 2013 aumentaron en 600 por
ciento (siete veces) las denuncias de tortura
y maltratos; quienes torturan, gozan de una casi total impunidad, pues de
menos de un por ciento de los casos han terminado con una recomendación pública de parte
de la CNDH.
Apenas en mayo –hace cinco meses— el relator
especial de la ONU sobre la materia visitó el país, y observó: “Aún persiste
una situación generalizada del uso de la tortura y maltratos en
México”. Frente a ello, las autoridades guardan
silencio.
Lo anterior, sin contar la otra tortura que proviene del modelo
neoliberal, vigente en México desde diciembre de 1982, con su cauda de crisis, desempleo y precariedad laboral.
Sólo en la actual administración, el poder adquisitivo del salario ha caído
7.24 por ciento (desde 1987, el deterioro es de 78.66 por ciento), según Centro
de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM.
Mientras el salario mínimo sólo aumentó 2.53 pesos,
el costo de la Canasta Básica Indispensable (CBR), deja fuera salud, educación,
vivienda y esparcimiento), se incrementó 20.66 pesos. Además, con el actual
minisalario, el trabajador de laborar 22 horas 53 minutos sólo para adquirir la CBR. Así que, con todo y reformas, en particular la educativa, laboral y energética, con la misma política económica, traerá igual resultado.
Desde aquí, un recuerdo a los miles de torturados,
desaparecidos y asesinados por la dictadura de Augusto Pinochet, que
instaló, aquel 11 de septiembre de 1973,
a sangre y fuego en Chile –cual
laboratorio— lo que sería el modelo neoliberal: esta otra dictadura del capitalismo salvaje,
todavía que domina las políticas
económicas en muchos países.
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