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sábado, 31 de enero de 2015

Tumbados y Manchados,

por José Luis Avendaño C.
 ¿Todos somos Charlie? Sí : “Je suis Charlie”, pero…
 El atentado terrorista, el 9 de enero en París, en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo –reivindicado por Al Qaeda—,  ha concitado el repudio generalizado de las sociedades democráticas, y es visto como un ataque a la libertad de expresión, por parte de hordas fundamentalistas del Islam, que así vengan a Mahoma. Una muestra de intolerancia.
 El significado que ha tomado el hecho es que se ha equiparado al atentado del 9-11 (11 de septiembre de 2001, en Nueva York), convertida en una guerra de religiones, que recuerdan a las guerras (no tan) santas, que tienen, raíces económicas y geopolíticas de dominación. Lugares vistos como nidos del terrorismo, fueron, y aún son, reductos del colonialismo, por no decir del esclavismo, en el que los gobiernos son de carácter oligárquico, que en la práctica operan como gerentes de administración neocolonial, servidores de las grandes potencias y/o corporaciones, que hoy se rasgan las vestiduras.
 El debate se ha centrado en la defensa de la libertad de expresión, que en el caso de los caricaturistas llega al libertinaje. ¿Es válido que se ataque, así sea mediante la burla, a las creencias de la gente? Más, cuando hay grupos sensibles o radicales, que se ofenden porque atacan su creencia, convertida en dogma y estilo de vida. Es como si se ofendiera, aquí, a la virgen de Guadalupe. Recuerdo esa imagen de la Guadalupana con la cara de Marilyn Monroe, que hizo a muchos volver a creer o convertirnos
 Con una importante población islamita, producto de las migraciones del norte de África y del Oriente Medio, donde es una religión de Estado, y por lo tanto existe una simbiosis entre religión y política, Francia se convirtió en blanco del dogmatismo. Francia, espacio de la democracia burguesa por excelencia, contra la aristocracia y el poder feudal, con su lema: Libertad, igualdad, fraternidad, que es una justificación ideológica. Porque, igualmente, Francia fue y es potencia (neo) colonial, con el saqueo y explotación de recursos.
 A duras penas, se ha cumplido el primer rubro de la triada: la libertad, reducida una engañosa a libertad de comercio, donde lo mismo se compre y vende un tornillo que la fuerza de trabajo; una libre competencia que en verdad es una competencia monopólica, en el que, bajo el neoliberalismo dominante, se observa una modernización del proceso de acumulación, que es excluyente por naturaleza 
No hay peor crítica, mejor dicho, mejor crítica que la que se hace desde el humor y la risa, como reflexión crítica, pero que empresas y gobiernos exaltan  manipulan, en una crítica ideológica, en torno a las creencias, sentimientos y emociones, más que sobre el sustrato económico y social.
De inmediato viene a la memoria la convivencia, en medio de ocho siglos de dominación árabe en la península ibérica, entre mahometanos, judíos y cristianos, que terminó con la toma de Granada en 1453, que significó el ascenso de los Reyes Católicos y la posterior invención de la Inquisición.
 En España y sus dominios, se impuso el catolicismo, de la mano de la Contrarreforma, como religión de Estado. ¿Cuántas veces, durante tres siglos de la Colonia (proceso de acumulación originaria de capital gracias a la espada y la cruz, símbolos de despojo y apropiación),  en México, el virrey era, también, un alto dignatario de la Iglesia? Hoy, el proceso continúa, con otro nombre, con un poder fáctico donde convergen política, economía e ideología, que nos apantalla.
México tiene el dudoso honor de ser de los lugares más violentos para el ejercicio del periodismo. A los asesinatos no esclarecidos, se suman las desapariciones y los ataques a los medios, principalmente los que cuestionan la realidad y el quehacer de las personas del poder político y/o económico, vinculadas, o no, al crimen organizado.
A los 43 estudiantes normalistas desaparecidos en Iguala, y que, luego de cuatro meses, se da, oficialmente, por muertos e incinerados, a fin de limpiar el camino electoral en Guerrero, se suma el de otro periodista asesinado en Veracruz –uno más—, y al que la autoridad le regatea su calidad de periodista, porque era, también taxista. Ambos hechos, que nos hablan de un debilitamiento de las instituciones o, si se quiere, de su descomposición, en primer lugar de la clase política (partidos y políticos todos).
¿Cuál es la solución desde el poder? Un remedo de democracia, más con tintes de autoritarismo selectivo, cuya expresión actual es la espotización: cápsulas de valor político cero. Si spot se traduce como mensaje breve, en que se confunden propaganda y publicidad, también significa mancha.
Y por cualquier lugar que se pise,  sale pus, salta una tumba clandestina y quedamos manchados.

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