Han pasado ya las fiestas de fin
de año y el espíritu navideño que a muchos y muchas embriagó de sentimientos
positivos, buenos deseos y hasta de algunas sustancias y bebidas “espirituosas”.
Han quedado atrás los sueños y
fantasías que por algunos días maquillaron nuestra realidad y empieza la famosa
y dolorosa cuesta de enero y el año nuevo 2017.
Se ha ido el año 2016, uno de los
más nefastos para el pueblo mexicano, pero el 2017 no augura mejores saldos. Ya
nos pegaron con el “gasolinazo” que es parte de las llamadas reformas
estructurales, el incremento de los precios de los artículos de primera
necesidad va al alza, así como el deterioro del nivel de vida. La cuesta de enero
será un viacrucis para muchos.
Se agudizará el despojo de
tierras, de los recursos y territorios de los pueblos, el desprecio a los
movimientos que luchan por demandas económicas, sociales, por verdad y
justicia; los asesinatos extrajudiciales, la desaparición forzada de personas
no parará, así como la represión a los movimientos populares y la intención de
someter y destruir a movimientos estratégicos para la lucha popular como el
magisterio democrático, al movimiento indígena independiente y al zapatismo, en
fin, seguirá la violenta ofensiva del Estado capitalista incluidas las empresas
del narco de manera brutal.
No es necesario ser adivino ni
analista político de paga para vislumbrar un nuevo año de incertidumbre,
dificultades y penurias para quienes sostenemos el mundo capitalista desde
abajo. Poco o nada bueno se avista en el horizonte de arriba, solo guerra,
violencia, desolación, pobreza, despojo, explotación, represión y desprecio
para los que hacen andar al país y no tienen más riqueza que sus manos.
Nosotros pensamos que ante el
embate de la hidra capitalista y la tormenta que ya comenzó, el movimiento
popular necesita asentarse fuertemente abajo y a la izquierda, aplicar
creativamente los principios del mandar obedeciendo, dejar de creer y esperar a
mesías que vendrán a resolver los problemas, sacudirse el vanguardismo y la
ambición del poder que confrontan al pueblo con el mismo pueblo, que engañan a
la gente, que prometen cambiar todo pero piensan y actúan igual que los
mandones capitalistas.
Urge dejar de seguir aplicando
esquemas de lucha anquilosados, desarrollar el pensamiento crítico, combatir el
pensamiento binario del bien y el mal, del mundo en blanco y negro y
creativamente construir lo nuevo. Es hora de la resistencia, de revisar las tácticas
y las estrategias, de voltear la mirada, de tocar piso, de dejar de
estrellarnos como kamikazes contra el muro del capitalismo, de concentrar todas
las fuerzas en la organización desde abajo y a la izquierda, de luchar por la
vida, de dejar de ambicionar y pelear por un poder que no es el nuestro, de
reconstruir la organización comunitaria, la articulación de todos los sectores
sin vanguardismos ni mesías, de hacerle fisuras al sistema para destruirlo y
abandonar la ilusión de que podemos conquistarlo, maquillarlo, humanizarlo o
mejorarlo. Es hora de mirar el horizonte y avanzar con los principios firmes
del mandar obedeciendo y cambiar el terreno de la lucha popular, porque el
presente es de lucha y el futuro es nuestro.
Nosotros vemos que en el momento
actual el principal cambio necesario se debe dar en quienes luchamos por un
mundo nuevo, desmilitarizar nuestras conciencias, desembarazarnos de la
ambición de figurar, de acumular poder, del arribismo oportunista, de la
soberbia, de quitarnos nuestra mentalidad de jueces y verdugos de todo y de
todos, de reeducarnos en la modestia, la humildad, el servir al pueblo, en la
tolerancia, en la resistencia constructora de organización y fuerza social para
agrietar y derruir el muro del Estado capitalista. Nunca podremos ni cambiar al
mundo ni lograr una vida digna, pensando y actuando igual que nuestros
enemigos. Y para ello el pensamiento crítico debe ser el medio que nos conduzca
a no perder de vista el horizonte luminoso de un nuevo mundo donde quepan muchos
mundos, con pan, trabajo, justicia, dignidad, democracia y libertad.
Por ahora les deseamos a todos y
todas ustedes estimadoas radioescuchoas, una feliz rebeldía y una próspera
resistencia 2017, pues para lograr una vida digna, la felicidad, el amor, la
realización y la paz, se necesita un nuevo sistema, no sólo un año nuevo.
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