Joven mexiquense logra tercer lugar mundial en feria de ciencias en LA
Clara Guadalupe Escárcega Ramírez, desarrolló una investigación que emplea energía solar para obtener bioetanol a partir del jugo de la tuna, como una alternativa para sustituir el uso del maíz, lo que ofrece una opción a los ingresos económicos de los productores de tuna del valle de Teotihuacán, estado de México.
Agencia ID
Publicado: 07/07/2011 15:21
Publicado: 07/07/2011 15:21
México, DF. Un año antes de concluir la preparatoria, Clara Guadalupe Escárcega Ramírez, actual alumna de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Azcapotzalco (UAM-A), desarrolló una investigación que emplea energía solar para obtener bioetanol a partir del jugo de la tuna, como una alternativa para sustituir el uso del maíz.
Dicho proyecto le valió a la joven investigadora, de 19 años de edad, el tercer lugar en la categoría de Energía y Transporte en la Feria Internacional de Ciencias e Ingenierías 2011, organizada por Intel el pasado mayo, en Los Ángeles, California.
Así, tras concursar con más de mil 600 estudiantes de 65 países, Escárcega Ramírez indicó que su propuesta diseñada en 2009 sugiere un combustible amigable con el medio ambiente como alternativa al uso del maíz.
El proyecto ofrece una opción a los ingresos económicos de los productores de tuna del valle de Teotihuacán, estado de México, pues al ser una zona que produce al menos 200 mil toneladas del fruto al año, enfrentan problemas para la venta de este producto, subrayó la joven galardonada.
Y fue durante sus estudios de bachillerato, en la Preparatoria Oficial 19 del Municipio de San Martín de las Pirámides, que tuvo la inquietud de investigar sobre la estrategia efectuada por Aigarasul, principal productor y exportador mundial de caña de azúcar en Brasil.
"Lo que hizo esta compañía al notar la poca rentabilidad que dejaba la venta de caña para su transformación en sacarosa fue crear un biocombustible a partir del mismo recurso", expresó la joven mexiquense, quien se incorporó a estudiar ingeniería química en la UAM-A.
Con esta referencia, Escárcega Ramírez planteó un desarrollo para extraer el etanol que contiene el jugo de la tuna. Pero destacó que lo más relevante del proyecto es el empleo de energía solar en el proceso de destilación.
La joven estudiante explicó que la tuna es rica en azúcares, al contar con 65 por ciento de glucosa, principal fuente de energía para la obtención del biocombustible. "Entre más azúcar tenga el fruto mayor será el bioetanol conseguido".
Detalló que para lograr un litro del biocombustible requirió de alrededor de 10 kilos de tuna, pero primero realizó un método de fermentación donde el extracto del fruto se combinó con levadura de cerveza y se colocó en una incubadora por 24 horas.
Este proceso químico permitió que se formaran los alcoholes y ácidos orgánicos a partir de los azúcares, de manera que estableció una destilación simple para separar las sustancias y excluir el etanol, agregó Escárcega Ramírez.
Sin embargo, después de evaluar el alcohol por cromatografía de gases, una prueba que ayuda a conocer el porcentaje de etanol, agua y otras sustancias, "sólo logramos alcanzar 65 por ciento de un total de 99, cantidad mínima requerida para ser empleada como biocombustible", refirió.
Para lograrlo, acudió con Elihú Bautista Redonda, estudiante de doctorado en el Instituto de Química de la UNAM, quien la orientó para realizar una destilación más rigurosa. Además, visitó al investigador Manuel Gordon Sánchez, especialista en energía de la UAM-A, quien le prestó un horno solar en forma de parábola que favoreció en el ahorro de energía eléctrica.
"Aunado a ello, agregamos un tamiz molecular, es un material que contiene poros pequeños para absorber el agua remanente del etanol y así lograr la pureza deseada", añadió Clara.
Esta investigación llevó a la joven mexicana a ganar en la Feria Mexicana de Ciencias e Ingenierías 2010, organizada por el Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), Intel Educación México y Ciencia Joven, lo que le dio la clasificación para la competencia internacional en Estados Unidos.
Allí sorprendió al jurado luego de presentarles su proyecto, además le cambió la perspectiva sobre la ciencia. "La ciencia puede llevarnos muy lejos al adquirir y fortalecer nuevos conocimientos con quienes también comparten el gusto por esta disciplina”, concluyó Escárcega Ramírez.
La investigación contó con la colaboración de Patricia Rivero Ramírez, profesora de la Preparatoria 19 de San Martín de las Pirámides. Asimismo, tuvo apoyo económico por parte del Comecyt para el desarrollo del proyecto.
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