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domingo, 19 de agosto de 2012

El “doble play” de Calderón: castigo a MVS, premio a Televisa

/18 de agosto de 2012 
Felipe Calderón demuestra que no sólo llevó el país al desastre en materia de seguridad, sino también en competencia y en libertades básicas como la de expresión e información. Para ello, no le importó hacer que dependencias como Hacienda y la SCT se contradijeran, con tal de anotar su personal doble play: utilizar la banda de 2.5 Ghz como instrumento de castigo para MVS por recontratar a la periodista Carmen Aristegui el año pasado, y al mismo tiempo congraciarse aún más con Televisa otorgándole prácticamente todo lo que exigió para consolidar su dominio en el ramo de las telecomunicaciones.
En el ocaso del sexenio de Felipe Calderón, tras la decisión de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de “rescatar” el espectro de la banda 2.5 Ghz, el presidente del Grupo MVS, Joaquín Vargas, decidió romper el pacto de silencio entre concesionarios y gobierno para revelar que desde 2008 la administración panista optó por favorecer los intereses de Televisa y negarle a su grupo el refrendo de sus concesiones para impulsar un proyecto de internet en banda ancha.
“La decisión hoy nos indica que la decisión (de decretar el “rescate” de la banda) ya estaba tomada y que al final del camino fuimos engañados”, sentenció Vargas en la rueda de prensa multitudinaria que ofreció el miércoles 15.
1 de las muchas fotos que corren en redes sociales sobre alcoholismo de calderon
No sólo las presiones de Televisa explicarían la medida que la SCT anunció el miércoles 8. Joaquín Vargas relató los intentos de censura y presión ejercidos no sólo desde Los Pinos y la SCT, sino también a través del que fuera secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, para que no recontratara a la periodista Carmen Aristegui como conductora de su noticiario matutino porque el 4 de febrero de 2011 lanzó al aire una pregunta relacionada con el supuesto problema de alcoholismo de Felipe Calderón.
“Minutos después –afirmó Joaquín Vargas–, recibí una llamada de la señora Alejandra Sota, coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia de la República, quien me exigió una disculpa pública por parte de la periodista”.
Sostuvo que también el titular de la SCT, Dionisio Pérez Jácome, con quien se reuniría ese 4 de febrero, le advirtió: “Tengo instrucciones del señor presidente de no gestionar asunto alguno con MVS, y en especial de la 2.5, en tanto la señora Aristegui no ofrezca una disculpa pública por el comentario que hizo con relación al supuesto alcoholismo del presidente”.
La advertencia más directa, dijo, provino del secretario del Trabajo, Javier Lozano, que en un encuentro realizado el 13 de febrero y en medio del escándalo internacional generado por la salida de Aristegui del aire, le soltó: “Hemos encontrado que tu proyecto de la 2.5 Ghz tiene méritos propios, pero si recontratas a la periodista, a tu proyecto se lo lleva la chingada y te olvidas de este gobierno hasta el último día”.
Aunque Lozano ha negado la versión, su amenaza se cumplió: La SCT tomó la decisión que paraliza inversiones por más de 500 millones de dólares, según informó Joaquín Vargas, luego de que MVS recontrató a Carmen Aristegui, quien se negó a leer una disculpa pública redactada desde Los Pinos.
Todavía el 3 de junio pasado, en vísperas de que la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) autorizara la fusión de Televisa y Iusacell tras una intensa presión de Los Pinos a los tres comisionados que originalmente votaron en contra, Alejandra Sota volvió a advertirle a Joaquín Vargas que esta resolución “ofrecía a MVS una ventana de oportunidad para destrabar el proyecto de la 2.5, siempre que MVS accediera a no impugnar ni jurídica ni mediáticamente la resolución del gobierno”.
Antes de iniciar su rueda de prensa en el Hotel Camino Real de la Ciudad de México, Joaquín Vargas confirmó a Proceso que la decisión de anunciar el “rescate” de los 190 mhz de la banda 2.5, la mayoría concesionados a MVS, fue una “venganza” de Felipe Calderón y que contaba con documentos para sustentarlo.
Esto fue muy similar a lo que le hicieron al general Tomás Ángeles”, comentó Vargas, en referencia al arresto y la acusación contra el militar por presuntos vínculos con el crimen organizado.
Airada respuesta
La reacción de los funcionarios aludidos fue inmediata e irascible. Javier Lozano y Dionisio Pérez Jácome reviraron la acusación de Joaquín Vargas,  quien según ellos quiso “chantajear” al gobierno calderonista con el posible despido de Aristegui.
La oficina de Comunicación Social de los Pinos emitió un comunicado que en sus últimos párrafos contiene una amenaza nada velada:
“Cuando no son los principios los que rigen el proceder de cualquier institución, sea privada o pública, se corre el gran riesgo de hacer lo que el señor Vargas hace: calumniar, difamar, tergiversar y engañar con el simple objeto de alcanzar sus metas económicas.
“El intento de imponer intereses financieros por encima de los de México es inadmisible para el gobierno federal. No se cederá frente a la presión y el chantaje, al tiempo que nos reservamos la valoración de proceder conforme a derecho”.
El Grupo Televisa también decidió hacerse oír. En un breve comunicado afirmó que “es ajena a esas decisiones” de la SCT y que el tema central de confrontación es el monto de la contraprestación.
Como si se tratara de un guión, una vez que Televisa emitió su boletín cambiaron las versiones de la SCT y de la Secretaría de Hacienda. Ya no “rescataron” la banda 2.5 Ghz por estar “subutilizada”, como originalmente afirmó Dionisio Pérez Jácome, sino porque MVS pretendía pagar “una bicoca” como contraprestación.
En su comunicado del jueves 16, Hacienda argumentó que MVS ofreció pagar sólo 104 millones de pesos por el uso de un bien que, de acuerdo con la valoración gubernamental, asciende a 27 mil millones. En otras palabras, la empresa ofreció “menos del 1%” de lo que pedía el gobierno, remató la SCT.
Las autoridades negaron rotundamente haber tenido alguna injerencia en la salida de Aristegui del 5 al 11 de febrero de 2011, pero el pasado jueves 16, en su espacio informativo, la periodista confirmó que no sólo fue una petición de disculpa pública sino la orden de que leyera un texto redactado desde Los Pinos. “Las presiones fueron escalando”, afirmó Aristegui en MVS Radio.
(Extracto del reportaje que se publica esta semana en la revista Proceso 1868, ya en circulación)

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