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lunes, 17 de diciembre de 2012

Denuncia: tráfico de niños, procuración de Justicia y su administración: TORTURAS en JALISCO



México, D.F., 16 de diciembre de 2012.
 
Señor Don Emilio González Márquez,
Gobernador del Estado de Jalisco,
Palacio de Gobierno
Guadalajara, Jal. 
 
Respetable Señor Gobernador:
     Aún es tiempo de modificar las cosas y proceder en términos del Artículo 1 de la Constitución, que estableció  como base de la IV República, los Derechos Humanos.  Durante más de 50 años trabajamos para lograrlo, hasta que el Congreso decidió hacerlo,  respaldado por las legislaturas de los Estados.
     El tráfico de niños para adoptarlos en el extranjero, o para sacrificarlos, para extraerle los órganos, ha llegado a cifras estratosféricas y,  esto debe concluir,  ordenando una investigación sobre este trágico desastre humanitario, que representa una cadena de crímenes de lesa humanidad.
      En la "casa de arraigo" de Guadalajara,  funciona una "actualizada" inquisición, en la que se practican diariamente, torturas muy variadas, perpetradas por torturadores expertos que utilizan las más variadas técnicas: Descargas eléctricas en todo el cuerpo, privilegiando el abdómen; colocación de bolsas de plástico en la cabeza para inducir asfixia, con el propósito de obtener una "confesión" inculpatoria;  con las palmas extendidas, golpes en las orejas para destruir el tímpano de los golpeados; desnudar a los detenidos en pleno invierno o en temporada fría, obligándolos a permanecer en el patio hincados,  durante varias horas;  cada detenido dispone de una botella para depositar la orina y si hay mas orina de lo que cabe en el recipiente,  se derrama en el suelo y los detenidos tienen que permanecer entre sus propios orines;  para poder obrar y evacuar el recto,  sólo lo debe hacer el detenido a las 21 hs y no a otra,  pero si existen personas que no pudieron defecar en el horario oficial,  tiene que soportar la presión interna o de plano obrar sobre su propia ropa; el detenido es vendado desde el primer momento, para que sus ojos no puedan percibir y localizar el lugar donde es llevado, entre otras cosas,  es conducida la víctima al campo, en donde se encuentra un grupo que se dice es experto en desmembrar las extremidades y decapitar y, en ese instante es golpeado el detenido múltiples veces durante horas, para obtener la "confesión" inculpatoria; el detenido es esposado, con las manos hacia atrás y en estas condiciones es suspendido dolorosamente de las manos en las rejas de la celda y a la anterior tortura,  se agrega la golpiza en el cuerpo, agregándose descargas eléctricas en el abdomen y en la parte interna de los muslos;  los captores se presentan ante la víctima como sicarios, para causarle pánico,  y le amenazan con destazarlo, a menos de que confiese. Al inicio de la detención, la víctima es conducida ya vendada, a "la catorce", la primer sala de tortura, en donde se obtiene la primer "confesión", quedando fotografiado y grabado el suceso, para comprobar que la declaración es "espontánea", sin ninguna presión y por propia voluntad,  y después de esto, el capturado es "revisado" médicamente y los farsantes, a pesar de observarse lesiones visibles,  afirman en sus dictámenes, que el detenido está sano. El siguiente paso es llegar a la "casa de arraigo", en donde el inculpado permanece el tiempo de arraigo, en tanto se practican otras torturas, para complementar la "investigación".   Otras múltiples torturas se ejecutan como "procuración de justicia". 
     A los cuerpos policíacos se les capacita en ejercicios físicos, en el manejo de armas,  de escudos, toletes y en otras técnicas,  pero no se les enseña la menor técnica de investigación científica, a pesar de que en Guadalajara existen criminalistas y peritos de muy elevada calidad,  a los que se podría encargar la capacitación. También debe impartirse enseñanza de Derechos Humanos.
      El personal que se contrata para ingresar a los cuerpos policíacos es reclutado entre  ex presidiarios,  integrantes de mafias, con muy bajo nivel mental para convertirlos en incondicionales. 
      Los incondicionales y también torturadores denominados "agentes del ministerio público" (escrito con letras minúsculas),  redactan las "confesiones" por su propia cuenta y obligan al detenido a firmarlas.  Ya hay estudio pericial de Grafopsicología-Grafofisiología-Grafopatología, que permite comprobar que la firma fue hecha bajo tortura.
       Ningún "juez" se atreve a investigar la tortura en los casos en que se les denuncia. Los "jueces" son cómplices de la tortura.
        Es procedente crear una Procuración de Justicia Independiente,  Competente e Imparcial, abriendo procesos electorales en los Distritos Judiciales, sin la participación de los partidos políticos,  para elegir al Ministerio Público.  Los Jueces igualmente deben ser electos en el Distrito Judicial correspondiente.
        Sabemos que esto tiene gran magnitud,  pero, es conveniente que intervenga el equipo de transición, para que esto tenga continuidad y se lleve a cabo, para invertir los términos:  Primero Investigar y luego detener y no lo contrario: Primero detener, torturar y obtener "pruebas" inculpatorias, procedimiento violatorio al principio de Inocencia.
         El Consejo Federal Ejecutivo Nacional e Internacional del Frente Mexicano Pro Derechos Humanos, A.C. (FREMEXDEHU) y la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM-FEDEFAM), le saludan a Usted  cordialmente.
 
Benjamín Laureano Luna                                                                              Julio Mata Montiel
FREMEXDEHU                                                                                           AFADEM-FEDEFAM

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