Araceli Damián |
Negro comienzo
Araceli Damián*
Negro y ensangrentado inicio ha tenido el sexenio de Enrique
Peña Nieto. Las murallas fueron insuficientes para acallar la protesta que se
hizo presente tanto fuera como dentro de San Lázaro. Más de veinte personas
heridas, sobre todo jóvenes, fue el resultado de violenta represión. Serán
ellos los condenados por quienes ahora ostentan el poder, serán ellos a los que
se acusará de haber iniciado todo.
Es evidente que los que iniciaron todo fueron provocadores.
El objetivo es desprestigiar al movimiento de estudiantes #Yosoy132, que
resultó de la pacífica protesta llevada a cabo en la Universidad Iberoamericana
contra la imposición mediática del entonces candidato priísta a la Presidencia.
En aquella ocasión no necesitaron más que algunas cartulinas y pintura color
roja para manifestar su rechazo y poner en jaque la “flamante” campaña
electoral televisiva. Nos recordaron a todos el pasado represor de Peña Nieto,
quien ordenó el uso de la fuerza, incluyendo la violación de mujeres, en el
pueblo de Atenco.
Quedará también en la memoria su primer día de gobierno. Fue
un verdadero exceso el amurallamiento y el dispositivo de seguridad en torno a
la Cámara de Diputados. A quién le tenían miedo ¿a los jóvenes que protestaron
con cartulinas?, ¿a los que miran cómo se desmorona el país?, ¿a los que
manifiesta su inconformidad por cómo las élites se reparten
la riqueza nacional y dejan en el desempleo y la desesperanza a millones de
mexicanos?
Hubo reportes de disturbios en diversas calles del centro de
la ciudad, se dijo que los manifestantes agredieron a transeúntes y negocios. Lo
sucesos reportados no corresponden con la estrategia que han seguido hasta
ahora los jóvenes pertenecientes al movimiento #Yosoy132. Lo único que han
hecho los jóvenes que legítimamente pertenecen a este movimiento es elevar sus voces
de protesta, lo cual ha sido más eficaz que la violencia.
Uriel estudiante, golpeado por policias |
Desgarradoras son las imágenes de los heridos con las balas
de goma, los orificios producidos señalan que eran balas de gran tamaño,
disparadas por los policías a la cabeza de los manifestantes. Se observa en las
fotos una persona con una enorme herida en la cabeza, otra con el ojo
destrozado y decenas de jóvenes ensangrentados. ¿Por qué usar tanta fuerza, por
qué hacerlo hoy que es el primer día de “gobierno”?, ¿qué mensaje nos quieren
enviar?
Al poco tiempo de mirar las fotos por internet recibí una
invitación por correo electrónico para inscribirme en el Foro 2013 “Políticas
públicas para un desarrollo incluyente”, convocado por el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) y la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE).
En el correo se indica que en el foro participarán los
nuevos secretarios de estado, gobernadores, líderes de las cámaras
legislativas, órganos judiciales y autónomos, así como representantes de la
sociedad civil y que el propósito del encuentro “es promover un diálogo entre
el nuevo gobierno y la sociedad mexicana con expertos nacionales e
internacionales sobre políticas públicas orientadas a aprovechar al máximo el
potencial de México para generar un desarrollo incluyente.” ¿De qué diálogo
están hablando, cuando inician con violencia y represión?
¿Cómo puede haber diálogo cuando en el periodo de transición
se aprobó una reforma laboral retrógrada que lacera los derechos de los
trabajadores? Fue clara la complacencia de quien hoy ostenta el título de
presidente de la República ante dicha reforma. ¿Qué les dirá Enrique Peña Nieto
a los millones de trabajadores expuestos de manera descarnada al despido, a la
baja remuneración y la falta de seguridad social?, ¿que quiere iniciar un
diálogo?
¿Cómo pretende Peña lograr que 31.5 millones de trabajadores
(de un total de 48.7) tengan acceso a los servicios de salud y seguridad social
mediante la reforma? Si alguna vez fue difícil lograrlo, ahora se torna casi imposible.
Para tener derecho a la seguridad social se requiere un mínimo de semanas
cotizadas, lo cual requiere cierta estabilidad laboral. Todos los que trabajen
por hora, semana o como se le ocurra al empleador, lo harán sin posibilidad de
acumular las semanas requeridas para tener derecho a una pensión. Los servicios
de salud también están ligados a la estabilidad laboral, por lo que tampoco se
podrá obtener con facilidad. Por si les parece poco, vayan preparando el
bolsillo ya que habrá aumentos al IVA (Impuesto al Valor Agregado) para
financiar la pantomima de cobertura universal de servicios de salud
supuestamente lograda con el Seguro Popular en el sexenio anterior.
En cuanto ingresos, temo informarle a Peña que en 2010 casi
el 70% de la población (más de 70 millones de personas) tenían un gasto en
alimentos menor al de la canasta normativa de alimentos; mismo porcentaje de
población que habitaba viviendas inadecuadas (en relación a la calidad de
materiales o el hacinamiento) y del que tenía niveles inadecuados en educación.
El correo que recibí muestra que el canto de las sirenas ha
iniciado. Muchos caerán en sus redes y comenzarán a aplaudir las acciones de
este gobierno aun cuando millones de mexicanos sigan viviendo en condiciones
deplorables.
Por lo visto aun no terminamos de salir de la larga noche del
gobierno de Calderón cuando hemos iniciado ya la oscura noche de Peña Nieto.
*El Colegio de México,
adamian@colmex.mx
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