Juan de Dios Andrade Martínez/01 Feb 2013
El
año empezó con una tanda de errores del Presidente, le siguieron los cuestionamientos a los magros resultados contra la violencia, luego vino el polémico caso de Florence Cassez, nuevamente las equivocaciones del
gobernante, la lógica avalancha de recursos jurídicos de otros presos pidiendo se les conceda lo mismo que a la francesa y la negativa de la SCJN, dando pie a mayores críticas, la investigación de las autoridades
para determinar si hubo irregularidades en la decisión de la Corte respecto a Cassez, los señalamientos en algunos medios sobre la presunta compra del billete de avión de la señora casi 48 horas antes del fallo de la SCJN y más tarde, el rechazo de la misma a las pretensiones del SME y la advertencia del sindicato en el sentido de que no se dejaran y que recurrirán a nuevas movilizaciones…
En paralelo se empezó a “calentar” el ámbito político por las multas a los partidos que hubiesen incurrido en alguna irregularidad en las elecciones de 2012 y el trato que dieron al PRI en el mismo tema. Y justo cuando subía de tono la polémica por las declaraciones de Peña Nieto sobre PEMEX y PETROBRAS, con el acostumbrado jaloneo por la
reforma en materia de hidrocarburos, tuvo lugar la explosión que afectó a la Torre de PEMEX. Todo ello antes de cumplir dos meses en el cargo el mexiquense…
¿Se puede Usted imaginar mayor grado de enredo y complejidad? En su
reporte de daños y victimas, pasada las 11 de la noche del jueves, el
Secretario de Gobernación reconoció la muerte de 25 personas y 101
heridos. Ante la presión de las preguntas de los reporteros sobre un
posible atentado, Miguel Osorio Chong se apegó a las palabras del
Presidente al pedir que no se especulase hasta no tener la investigación
avanzada y con mayores elementos. Aunque la posición es adecuada, pedir
lo anterior equivale a precisamente a activar todas las teorías de las
conspiración, habidas y por haber…
“La Madre de todas las casualidades…”
Las respuestas del
Secretario, tanto en el lugar de los hechos como en la entrevista que le
hizo Joaquín López-Dóriga unos minutos después, son reveladoras, sobre
todo si las comparamos con los hechos. En redes sociales se difundió la
noticia, misma que fue consignada por algunos medios, de que se había
tratado de un choche bomba (Intolerancia Diario). Varios medios locales mencionaron el calentamiento del sistema eléctrico
del complejo y el presidente del Sindicato de la Unión Nacional de
Técnicos y Profesionistas Petroleros, Moisés Flores, dijo que se trató
de falta de mantenimiento en las calderas del edificio B2,
exigiendo a Emilio Lozoya, director de PEMEX, aclarar lo ocurrido
porque ya se había reportado el problema. Dichas calderas sirven para
suministro de energía eléctrica, aire acondicionado y suministro de
agua. El líder sindical sostuvo que estaban cerca de 5 mil empleados a
la hora del siniestro (El Universal). A la par, mientras Osorio Chong
decía que la estructura de la Torre no estaba tan mal y que se había
desplomado una parte, las imágenes de los noticieros de televisión
indicaban que la gravedad era mucho mayor. Si algo resultó evidente fue el grado de tensión en que estaba el Secretario por los errores de dicción que cometió al leer el comunicado oficial…
En todo momento hay que atenernos a lo que arroje la investigación, pero no está demás señalar que de inmediato se montó un operativo para buscar explosivos en la Cámara de Diputados
que tenía asentado el inicio de su periodo de sesiones para el día
siguiente. Esto nos dice mucho de la primera interpretación que dieron
las autoridades a lo ocurrido. Cuando se le preguntó por las medidas
especiales de seguridad a lugares clave luego de la explosión, Osorio
Chong sostuvo que fuera de la zona en alerta, el resto estaba en
términos normales…
¿Se trató de un acto premeditado? Tal vez. Pero de no ser así, habría ocurrido la “Madre de todas las casualidades”.
En la sede de PEMEX, en el contexto de un forcejeo por el tema de las
reformas pactadas en el Congreso, ante el malestar de grupos de poder
que podrían verse afectados, no deja de ser una rara casualidad.
Pudiendo pasar en cualquier parte, tuvo que registrarse precisamente
ahí…
Miguel Osorio Chong, que hasta ahora se ha distinguido por un manejo
muy hábil de la política interior, tiene que actuar ahora con mayor
habilidad. La investigación debe no sólo aclarar los hechos, sino agotar
todas las medidas de transparencia ante la opinión pública. Ya se
posicionó la idea de que fue premeditado y si el informe oficial
resultase no ser así, tendrá que emplearse a fondo para convencer y
dejar satisfechos a todos o lo más que se pueda. Nuestros gobiernos no
se han distinguido por ser muy veraces en muchas cosas, especialmente
los emanados del PRI y convencer a la ciudadanía es un reto grande e
ineludible…
“La guerra de movimientos…”
No hay que cerrarnos ante la
posibilidad de que todo se haya debido a la casualidad o a la
negligencia de nuestras autoridades. Igual hay que considerar que pudo
ser planeado y que las instancias oficiales podrían decirnos la verdad o
mentirnos. Alguien dijo: “la verdad está en los hechos” y me parece que
tuvo mucha razón. Si dudásemos de algo que nos están diciendo, no hay
que perder de vista los acontecimientos. Al margen de si se trató de una
causa o de otra, lo cierto es que el Presidente no debe recular en nada
de lo acordado para las reformas porque sería interpretado como la
confirmación de que la explosión en la Torre de PEMEX no fue ni obra de
la casualidad ni de la ineptitud de algún funcionario, sino de la maldad
de unos cuantos. En los días siguientes, los hechos nos dirán la
verdad…
“Hombres de respeto…”
El verdadero hombre de respeto no es el
que se impone e infunde miedo, sino el que trata a los demás y a sí
mismo como personas portadores de dignidad. Por consideración a las
víctimas y a sus deudos, el Presidente no debe temer decir la verdad y
hacer sentir el peso de la justicia sin importar si se trató de un plan
orquestado o del descuido de algún funcionario. Mucho menos le debe
temblar la voz al reconocer el número de muertos en total, pues sería
una ofensa dejarles como “bajas anónimas”…
Si el Presidente buscase una salida fácil, sería el síntoma de que
le quedó grande el cargo y de que lo han doblegado al filo de los dos
meses de su sexenio. Es probable que no falten los que usen está
desgracia como ariete para golpearlo, pero en todo caso hay que decidir
si se quiere estar de pie o liquidado. Si el titular del Ejecutivo se
dejase dominar por sus temores, perdería credibilidad y dejaría de ser
confiable. Es ahora cuando puede sacar el respaldo que no pudo en julio
pasado, pues la mayoría no le quería en la Presidencia. Sólo que ahora
no es un asunto electoral, sino humano. Sólo tiene que decir la verdad y
someter todo al imperio de la justicia, en caso que proceda. Un
gobernante no debe permitir ni que lo dobleguen sus amigos ni sus
enemigos y si de verdad nadie fuese culpable, sostenerse en esa
posición, pase lo que pase…
La explosión en la Torre de PEMEX ha puesto en jaque al Presidente y
al Secretario de Gobernación directamente, pone a prueba al titular de
la PGR y podría golpear al responsable de la Paraestatal, surgido de las
filas del salinismo y quizá entrampe las reformas y afecte a la
consolidación de la democracia. Incluso podría acabar con el sexenio en
sus albores. Mientras tanto, hay que rezar para que las víctimas
mortales descansen en Aquél que murió por nosotros…
Hasta entonces…
Comentarios: confinespoliticos@yahoo.com
http://e-consulta.com/2013/
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