Cinco mil 718 mexicanos se quitaron la vida en 2011: Asociación Siquiátrica
Se cuadruplica el número de suicidios en sólo tres décadas
Advierte experto que la mayoría de los casos fueron por trastornos mentales no atendidos
Cuarenta y dos por ciento del total eran jóvenes que tenían entre 15 y 24 años: Inegi
Ángeles Cruz Martínez/Periódico La JornadaCuarenta y dos por ciento del total eran jóvenes que tenían entre 15 y 24 años: Inegi
Miércoles 3 de abril de 2013, p. 42
El suicidio es un problema de salud creciente. En
tres décadas su frecuencia aumentó casi cuatro veces, al pasar de una
tasa de dos por cada 100 mil habitantes a 7.6. Sólo en 2011, 5 mil 718
personas se quitaron la vida. La mayoría a consecuencia de un trastorno
mental no atendido, advirtió Eduardo Madrigal de León, presidente de la
Asociación Siquiátrica Mexicana.
El experto resaltó que 80 por ciento de individuos que se suicidan
tienen el antecedente de haber consultado con algún médico; pidieron
ayuda, pero no la recibieron o no fue la adecuada.
Un foco de atención de los expertos está en los jóvenes de 15 a 24
años de edad, que representan 42 por ciento de las personas que optan
por quitarse la vida, de acuerdo con información del Instituto Nacional
de Estadística y Geografía (Inegi). Son frecuentes también los casos de
personas en este nivel de edad que, de alguna manera, avisaron de sus
intenciones y no se les hizo caso, comentó el siquiatra.
Esa es una parte de la problemática; la otra es el estigma social que
persiste en torno a las enfermedades mentales, el cual obstaculiza el
acceso de los pacientes a los servicios médicos. Sin embargo, las
personas deben entender que un trastorno depresivo, ansiedad o
esquizofrenia, entre otros, son como cualquier enfermedad que debe ser
atendida por especialistas, apuntó.
En entrevista, Madrigal, también subdirector del Instituto
Jalisciense de Salud Mental, destacó la necesidad de que el sistema
nacional de salud se aboque a fortalecer la atención clínica en esa
área, pues sólo de depresión una de cada cinco personas en el país
presentará algún grado de la enfermedad en algún momento de su vida; es
decir, 20 millones de mexicanos.
El reto que enfrenta el país es que muy pocos afectados reciben la
atención clínica que necesitan a causa del estigma mencionado y también
por el tiempo que los pacientes tardan en reconocer que tienen un
problema de salud. En muchas ocasiones recurren a métodos alternativos o
a actos de voluntad (
echarle ganas), que al final no funcionan.
Subrayó que se desconoce que los trastornos mentales son resultado de
alteraciones en la estructura bioquímica del cerebro, la baja en la
producción de sustancias esenciales, como serotonina y noradrenalina,
cuya recuperación requiere atención médica especializada.
En el caso de la depresión, Madrigal puntualizó que si bien no
toda la tristeza es reflejo de la enfermedad, cuando hay, de acuerdo
con criterios clínicos específicos –como que su duración sea mayor a
seis meses y provoque alteraciones severas en la vida cotidiana–, está
comprobado que la persona afectada sólo puede recuperarse con un
tratamiento profesional.
Los casos no atendidos o con terapias erróneas pueden evolucionar
hasta el suicidio. Madrigal explicó que en las sociedades es frecuente
la alarma por las personas que se quitan la vida en contextos de crisis
económicas o violencia; sin embargo, no representan la cifra mayor y, si
bien deben ser atendidos, la prioridad del gobierno tendría que estar
en la atención de las enfermedades mentales como la mejor medida para
prevenir los suicidios.
En relación con las personas jóvenes, el especialista aseveró que en
algunas ocasiones el suicidio puede ser resultado de la conducta
impulsiva propia de los adolescentes por coraje o decepción, pero
también están los casos relacionados con el consumo de drogas y aquellos
que ven frustradas sus expectativas de vida. No estar en la escuela o
no encontrar trabajo pueden ser motivo de frustración, depresión y,
eventualmente, suicidio, añadió.
De ahí la importancia de contar con una estrategia nacional y
permanente de prevención, detección y control de la enfermedad mental,
en la que participen médicos especialistas, generales y padres de
familia, porque si algún niño o joven (hombre o mujer) amenaza con
suicidarse, se le tiene que hacer caso.
Muy probablemente la mayoría no concrete esas intenciones, pero lo
mejor es prevenir. También es fundamental acompañar a los adolescentes
cuando enfrenten procesos de pérdida y duelo, señaló el experto.
Los datos
En 2011 se reportaron 5 mil 718 muertes autoinfligidas.
– 41.6 por ciento tenían entre 15 y 24 años de edad.
– Por cada cinco o seis hombres que consuman el suicidio hay una mujer.
– Las mexicanas registran más intentos por quitarse la vida. Por cada seis hay un varón.
Los métodos
– 78 por ciento por ahorcamiento.
– 25 por ciento usa armas de fuego.
– 5 por ciento recurren a envenenamiento (sobredosis de medicinas).
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