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viernes, 21 de junio de 2013

Recordando a Ramón López Velarde: Suave Patria: Como la sota moza, Patria mía, en piso de metal, vives al día, de milagros, como la lotería.

Ramón López Velarde es un poeta originario de Jerez, Zacatecas. Su obra marca el momento de transición entre el modernismo y la vanguardia.“Suave patria” es una de sus más grandes creaciones, su poema más famoso, exaltado como expresión suprema de la nueva mexicanidad nacida de la Revolución, en el cual López Velarde le escribe al México que le tocó vivir, y el cual le valió ser considerado como el poeta nacional de México justo antes de su muerte en 1921 acabando de cumplir los 33 años.



Suave Patria
 Yo que sólo canté de la exquisita
 partitura del íntimo decoro,
 alzo hoy la voz a la mitad del foro 
a la manera del tenor 
que imita la gutural modulación del bajo,
 para cortar a la epopeya un gajo. 

Navegaré por las olas civiles 
con remos que no pesan, porque van 
como los brazos del correo chuán 
que remaba la Mancha con fusiles. 

Diré con una épica sordina: 
la Patria es impecable y diamantina. 

Suave Patria: permite que te envuelva
 en la más honda música de selva 
con que me modelaste por entero 
al golpe cadencioso de las hachas, 
entre risas y gritos de muchachas 
y pájaros de oficio carpintero. 

Primer acto

 Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros,
 y tu cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros. 

El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros de petróleo el diablo.

 Sobre tu Capital, cada hora vuela
 ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
 las campanadas caen como centavos.

 Patria: tu mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio.

 Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.

 Y en el barullo de las estaciones,
 con tu mirada de mestiza, pones
 la inmensidad sobre los corazones.

 ¿Quién, en la noche que asusta a la rana,
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
 pólvora de los juegos de artificio?

 Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
 y a tus dos trenzas de tabaco, sabe
 ofrendar aguamiel toda mi briosa
 raza de bailadores de jarabe.

 Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
 en calles como espejos, se vacía
el santo olor de la panadería.

Cuando nacemos, nos regalas notas,
 después, un paraíso de compotas, 
y luego te regalas toda entera 
suave Patria, alacena y pajarera. 
Al triste y al feliz dices que sí, 
que en tu lengua de amor prueben de ti
 la picadura del ajonjolí.

 ¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
 de deleites frenéticos nos llena!
 Trueno de nuestras nubes, que nos baña 
de locura, enloquece a la montaña, 
requiebra a la mujer, sana al lunático,
 incorpora a los muertos, pide el Viático,
 y al fin derrumba las madererías
 de Dios, sobre las tierras labrantías.

 Trueno del temporal: oigo en tus quejas 
crujir los esqueletos en parejas;
 oigo lo que se fue, lo que aún no toco, 
y la hora actual con su vientre de coco. 
 Y oigo en el brinco de tu ida y venida, 
¡oh, trueno!, la ruleta de mi vida.

 Intermedio:

 Cuauhtémoc Joven abuelo: escúchame loarte,
 único héroe a la altura del arte. 

Anacrónicamente, absurdamente, 
a tu nopal inclínase el rosal;
 al idioma del blanco, tú lo imantas 
y es surtidor de católica fuente 
que de responsos llena el victorial 
zócalo de cenizas de tus plantas. 

 No como a César el rubor patricio 
te cubre el rostro en medio del suplicio;
 tu cabeza desnuda se nos queda
 hemisféricamente, de moneda. 

Moneda espiritual en que se fragua 
todo lo que sufriste: la piragua 
prisionera , al azoro de tus crías, 
el sollozar de tus mitologías,
 la Malinche, los ídolos a nado, 
y por encima, haberte desatado 
del pecho curvo de la emperatriz 
como del pecho de una codorniz. 

 Segundo acto 


Suave Patria: tú vales por el río 
de las virtudes de tu mujerío. 
Tus hijas atraviesan como hadas, 
o destilando un invisible alcohol, 
vestidas con las redes de tu sol, 
cruzan como botellas alambradas. 

 Suave Patria: te amo no cual mito, 
sino por tu verdad de pan bendito; 
como a niña que asoma por la reja 
con la blusa corrida hasta la oreja
 y la falda bajada hasta el huesito.

 Inaccesible al deshonor, floreces; 
creeré en ti mientras una mexicana 
en su tápalo lleve los dobleces 
de la tienda, a las seis de la mañana, 
y al estrenar su lujo, quede lleno
 el país, del aroma del estreno. 

Como la sota moza, Patria mía, 
en piso de metal, vives al día, 
de milagros, como la lotería. 

Tu imagen, el Palacio Nacional, 
con tu misma grandeza y con tu igual 
estatura de niño y de dedal. 

Te dará, frente al hambre y el obús, 
un higo San Felipe de Jesús. 

 Suave Patria, vendedora de chía: 
quiero raptarte en la cuaresma opaca, 
sobre un garañón, y con matraca,
 y entre los tiros de la policía. 

 Tus entrañas no niegan un asilo 
para el ave que el párvulo sepulta 
en una caja de carretes de hilo, 
y nuestra juventud, llorando, oculta 
dentro de ti el cadáver hecho poma
 de aves que hablan nuestro mismo idioma. 

Si me ahogo en tus julios, a mí baja 
desde el vergel de tu peinado denso
 frescura de rebozo y de tinaja: 
y si tirito, dejas que me arrope 
en tu respiración azul de incienso 
y en tus carnosos labios de rompope. 

Por tu balcón de palmas bendecidas 
el Domingo de Ramos, yo desfilo 
lleno de sombra, porque tú trepidas.

 Quieren morir tu ánima y tu estilo, 
cual muriéndose van las cantadoras 
que en las ferias, con el bravío pecho
 empitonando la camisa, han hecho 
la lujuria y el ritmo de las horas. 

 Patria, te doy de tu dicha la clave: 
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario; 
cincuenta veces es igual el Ave 
taladrada en el hilo del rosario, 
y es más feliz que tú, Patria suave. 

Sé igual y fiel; pupilas de abandono; 
sedienta voz, la trigarante faja 
en tus pechugas al vapor; y un trono 
a la intemperie, cual una sonaja:
 ¡la carretera alegórica de paja!

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