Breves de la semana, por si te las perdiste: de Distinciones y Celebraciones,

EN CORTO

José Luis Avendaño C.

Distinciones

Las distinciones a Elena Poniatowska (Premio Cervantes, equivalente al Nobel en el idioma español) y a Carmen Aristegui (Pen México), no sólo son un reconocimiento a la mujer, sino también, como lo enfatizó la misma Elena, a los periodistas, que practican un oficio de alto riesgo, pues poseen la virtud de pisar callos.

Eduardo Galeano, uno de los que se mencionaron para el Cervantes en este año, escribe dos textos en Los hijos y los días, cercanos en fechas y significados. El primero se refiere al 25 de noviembre, Día Contra la Violencia a las Mujeres:

“En la selva del Alto Paraná, las mariposas más lindas se salvan exhibiéndose. Despliegan sus alas negras, alegradas a pinceladas rojas o amarillas., y de flor en flor aletean sin la menor preocupación. Al cabo de miles y miles de años de experiencias, sus enemigos han aprendido que esas mariposas contienen veneno. Las arañas, las avispas, las lagartijas, las moscas y los murciélagos miran de lejos, a prudente distancia.

Patria, Ma Argentia, Ma Teresa Miraval

“El 25 de noviembre de 1960, tres militantes contra la dictadura del generalísimo Trujillo fueron apaleadas y arrojadas a un abismo en la República Dominicana. Eran las hermanas Miraval. Eran las más lindas, las llamaban mariposas.

En su memoria, en memoria de su belleza incomible, hoy es el Día Contra la Violencia Doméstica. O sea: contra la violencia de los trujillitos que ejercen la dictadura dentro de cada casa”.

Otro texto de Galeano, éste del 10 de diciembre:

“En el año de 2009, en el Día Universal de los Derechos Humanos, el presidente Barack Obama recibió el Premio Nobel de la Paz.

“En su discurso de agradecimiento, al presidente no le ocurrió nada mejor que rendir homenaje a la guerra: la guerra justa y necesaria contra el Mal.

“Cuatro siglos antes, cuando el Premio Nobel no existía y el Mal no residía en las tierras que contenían petróleo sino en las que prometían oro y plata, el jurista español Juan Ginés de Sepúlveda también había defendido la guerra justa y necesaria contra el Mal.

“En aquella época, Ginés explicó que la guerra contra los indios de las Américas era necesaria, ‘siendo por naturaleza siervos los hombres bárbaros, incultos e inhumanos’, y la guerra era justa ‘porque es justo, por derecho natural, que el cuerpo obedezca al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, lo imperfecto a lo perfecto y lo peor a lo mejor, para bien de todos’”.