DGCS-UNAM Un grupo de universitarios trabaja en el
desarrollo de una pulsera que detecta y mide, en tiempo real, la
concentración de colesterol y triglicéridos en la sangre, además de la
viscosidad.
“Con este método no es necesario extraer el líquido para
obtener los datos, lo que representa una gran ventaja”, explicó Leonardo
Moreno, del doctorado en Ciencias e Ingeniería de Materiales de la
UNAM.
La
herramienta, cuyo prototipo se desarrolla en el Instituto de
Investigaciones en Materiales (IIM), facilitará la labor de los médicos y
será útil tanto para éstos, como para los pacientes.
De
forma usual, los triglicéridos y el colesterol se detectan en pruebas
de laboratorio mediante la extracción de una muestra; los resultados de
esos análisis llevan cierto tiempo. Con la propuesta universitaria la
detección se realiza en tiempo real, sin necesidad de extraer el fluido,
explicó Moreno.
Los
componentes de la sangre son, por un lado una fracción sólida,
hematocrito que incluye eritrocitos, leucocitos y plaquetas, y otra
fracción líquida, compuesta por agua, sales, proteínas y lípidos
plasmáticos.
En
su labor, los universitarios se han enfrentado a procesos propios de la
sangre, como la coagulación (en esta situación intervienen
interacciones eritrocito-eritrocito de larga duración). Pese a estas
complicaciones, la finalidad es, mediante una sola medida, estimar la
viscosidad asociada y así la concentración de colesterol.
En
esta investigación participan, además de Leonardo Moreno, Octavio
Manero (jefe del grupo), Antonio Sánchez Solís, Fausto Calderas, Luis
Medina Torres y Guadalupe Sánchez Olivares, expertos en reología,
ciencia que estudia los principios físicos que regulan el movimiento de
los fluidos complejos.
“Este
conocimiento se ha aplicado a polímeros fundidos y alimentos, entre
otros. El grupo decidió aplicarlo en sangre humana, compuesta de células
y una fracción líquida que contiene diferentes concentraciones de
colesterol, triglicéridos y proteínas”, mencionó Moreno. La cantidad que
se tenga de esas biomoléculas afecta la viscosidad de la sangre,
situación muy conocida, aunque nunca se ha cuantificado ni modelado de
manera reológica.
Asimismo,
dispusieron de 300 muestras que proporcionó el Instituto Nacional de
Cardiología, junto con las caracterizaciones bioquímicas para
relacionarlas con las reológicas. A partir de ello empezaron a dilucidar
el efecto que tiene el colesterol y los triglicéridos sobre la
viscosidad de la sangre, para lo cual analizaron parámetros de
estructuración. De esa forma, con sólo una medida de presión pretenden
estimar esa propiedad del fluido.
La
finalidad de la investigación, reiteró, es contar con un prototipo, una
especie de reloj-pulsera que proporcione las mediciones. Por cuestiones
tecnológicas, electrónicas e instrumentales (que salen de su campo de
conocimiento), los universitarios se valdrán de dispositivos con
aplicaciones de computación ya existentes en el mercado, como relojes
inteligentes con sensores médicos.
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